LOS ALCÁZARES/ Expolio en el Residencial Nuevo Principado.

Comunidad de
Propietarios Eurovillas VI, Residencial Nuevo Principado
.

En
2003 el precio de compra de un apartamento en construcción (fecha de entrega
2005), en el edificio con el que se completaba el Residencial Nuevo Principado,
era de 2.167 € m² y el de una plaza de garaje 1.000 € m². Es decir, 113.615 € un apartamento de 46,67 m² útiles y una
cochera de 12,50 m².
Con fachada a la calle Río
Arangüín, una vía abierta al tráfico. Si era con fachada (vistas) al Paseo Río
Nalón, excelencia viaria del entorno, prestigio de la urbanización, el precio
era sensiblemente superior, porque no solo se adquiría un apartamento de lujo,
sino el derecho al uso y disfrute de un entorno privilegiado excelentemente
dotado, como corresponde a un área urbana calificada de Paseo.

Finaliza
el negocio para el promotor en 2005, con la entrega del edificio. El
Ayuntamiento completa su aportación al conjunto y los residentes y visitantes
pueden disfrutar/disponer de un PASEO:
jardines, palmeras, árboles, maceteros, bancos y papeleras. Algunos de estos
elementos de diseño exclusivo. Pero, precisamente a partir de ahí, se
intensifica otro negocio: el Ayuntamiento
vende
la vía pública. Las arcas
están vacías, la deuda histórica es descomunal, no hay un mendrugo que llevarse
a la boca,… el lujo asiático de la Casa Consistorial no hace honor a lo que dentro
se cuece, a la realidad.
La
administración local (mayo 2011), barajando posibles soluciones al problema y poder
cumplir con las promesas de cambio hechas a los ciudadanos, decide intensificar
la venta (alquiler sine die) de todo aquello
que no está escriturado y registrado a nombre de los contribuyentes: calles,
avenidas, plazas y paseos. Su forma de proceder está justificada, se trata de
una situación heredada. Y se pone manos a la obra, ofertándolo a un colectivo
no deseado (por los problemas que acarrea) en otras plazas: restauradores de
calle. Y les da tantas facilidades que, tanto los que están como los que
llegan, exclaman ¡esto es Jauja!
Y
claro está, como se les ha llamado y prometido/consentido cosas, y ellos han
invertido en mobiliario y equipamiento de calle, incluso “retocando”
instalaciones en los edificios, tienen que aceptar sus exigencias: fuera todo
el mobiliario urbano; todo lo que estorba para poner “lo nuestro”. Y comienza el expolio al ciudadano común.
En agosto 2012 solo queda un jardín privatizado, unos pocos árboles y palmeras
y cinco papeleras, de las cuales tres ya no están fijadas al suelo, señal de
que pronto desaparecerán. Las papeleras
son el símbolo del expoliador público
(antes y ahora) que de forma
descarada e injusta ha desposeído, despojado, usurpado y saqueado el espacio
público de un residencial y los derechos de un importante colectivo de
ciudadanos, en especial de los propietarios de viviendas.