Triunfal y gloriosa jornada para el deporte español

El triunfo de la selección en Alemania y el de Alcaraz en Wimbledon son el ejemplo del buen momento del deporte español

España conquista por cuarta vez la Eurocopa y Alcaraz su segundo Wimbledon

La selección española gana por 2-1 a Inglaterra, con goles de Nico Williams y Mikel Oyarzabal desatando la alegría en todo el país.

GREGORIO LEÓN ORM
14 JUL 2024 – 19:17
España

España, campeona de Europa. Foto: RFEF

GREGORIO LEÓN ORM

La España de Lamine Yamal y de Nico Wiliams. Pero también de Mikel Oyarzabal. Y de Luis de la Fuente. Y de un grupo que se ha manejado como una familia para volver a hacer muy feliz a todo un país. La selección española es la nueva campeona de la Eurocopa. Inglaterra llora. España salta.

La primera parte se rigió por el guion escrito, aquel que esperaba al final. España hacía más uso de la pelota, insistiendo una y otra vez en la posesión, con porcentajes del 70 por 100, afanado en la tarea de desordenar la estructura defensiva de los ingleses. La selección de Southgate, superior en el juego aéreo, privó de problemas a Pickford. Lamine Yamal y Nico Williams estaban sometidos a vigilancias. Todos sus intentos eran en vano. Y así fueron amontonándose los minutos. Unai Simón tampoco sufría sobresalto alguno, hasta que en una falta el balón le cayó a Foden. No lo enganchó bien. Menos mal. 0-0 y a descansar.

Y España dio un grito unánime. Eran poco más de las diez de la noche. Y apenas se jugaban dos minutos del segundo tiempo en Berlín. Carvajal vio desmarcado a Lamine Yamal, que buscó a su socio natural, a aquel con el que comparten tantos momentos, dentro y fuera del campo. Dos hermanos de travesuras, como niños que son. Nico Williams ya esperaba la pelota a la izquierda. Y no se lo pensó. ¡Pumba! Zapatazo y para adentro.

Dani Olmo y el propio Lamine Yamal tuvieron en sus botas un segundo gol que podía ser definitivo. Pero en el caso del primero, el remate no fue bueno. En el segundo, apareció Pickford. Movió el banquillo Inglaterra. Y fue uno de los nuevos, Palmer, el que hizo el empate, en el único desajuste de España hasta ese momento. Otra vez Lamine Yamal tuvo en sus botas el 2-1, después de una jugada bien elaborada. Pero Pickford volvió a negarle el gol. Pero la solución al enredo llegó por la otra banda. Un envío de Cucurella desde la izquierda lo atacó Mikel Oyarzabal, que había entrado por Morata. Y el jugador de la Real embocó, oficiando de delantero centro. Era el minuto 86. A partir de ahí España apretó los dientes para aguantar hasta el minuto 94. El árbitro decretó el final. Y se desató toda la felicidad, que se extiende por un país que ha vuelto a enamorarse.