LOS ALCÁZARES/ En Madrid y en Bruselas como en Cartagena y Murcia: por favor, no molesten.

No se comprometieron ni poco ni mucho. Blablablá y al archivo.

MORENTE

Las reclamaciones de vecinos de la Urbanización Nuevo Principado, que sufrieron directamente las consecuencias de la “destrucción” del Paseo Río Nalón, por parte de un Ayuntamiento sin escrúpulos, tuvieron diferentes destinatarios dentro de ámbito regional: Ayuntamiento, Comisión de Peticiones y Derechos del Ciudadano, Defensor del Pueblo de la Región de Murcia (ya extinguido), Gobierno Regional, Asamblea Regional y Delegación del Gobierno. Ninguno se responsabilizó. Compromisos cero. Soluciones ninguna.

Simultánea y posteriormente, el Defensor del Pueblo, el Congreso de los Diputados y el Parlamento Europeo, destinatarios de quejas y denuncias ciudadanas, también fueron haciéndose a un lado, uno tras otro, para no implicarse en la defensa de las justas peticiones de los ciudadanos. No se comprometieron ni poco ni mucho. Blablablá y al archivo.

Lo realmente decepcionante y vergonzoso es que, habiendo solicitado apoyo a la Administración y a las Instituciones, extraordinariamente dotadas de servidores públicos, a todas les trae sin cuidado el atropello medioambiental y social perpetrado en Los Alcázares, reiteradamente denunciado por los vecinos. Años y años llamando a sus puertas y todas  permanecen cerradas.

Y ahí sigue, a la vista de todos, la que otrora fuese la mejor vía peatonal de un residencial abierto, en dominio público urbano, zona verde equipada para paseo. Algo inimaginable para quien visite este espacio por primera vez; sin duda pensará que fue concebido para uso industrial hostelero molesto, demencialmente saturado de cobertizos y barracas, pegadas entre sí como lapas, ancladas al suelo y que no se retiran nunca. Zona de ocio, bullicio y marcha. Lamentablemente da esa impresión.

Y los responsables tan frescos, como si la cosa no fuese con ellos, sin importarles el qué dirán por favorecer económicamente, de modo tan descarado, a un sector muy concreto de actividad, perjudicando a cientos de residentes y ciudadanos en general. Tempus fugit.