La primera referencia hallada a este respecto se remonta a mayo de 1882 cuando dos velocipedistas de Murcia apostaron si era posible viajar hasta Archena y volver en tres horas y media.

Primeras aventuras ciclistas en Murcia 29-08-2017 09:36:34

LA OPINIÓN

Las primeras aventuras ciclísticas en la Región pudieran antojarse juegos de niños probándose a si mismos o intentando demostrar de lo que podían ser capaces, ellos, y el propio y novedoso artilugio. La primera referencia hallada a este respecto se remonta a mayo de 1882 cuando dos velocipedistas de Murcia apostaron si era posible viajar hasta Archena y volver en tres horas y media. Para probarlo, uno salió de la plaza de Jofré, a las 5.30 horas de la mañana, llegó a Archena a las 7 horas y regresó a la capital a las 8.45 h.Pero, sin lugar a dudas, la mayor empresa de aquellos años fue protagonizada por un lorquino en abril de 1887. Se trataba de un tal Zuzuarregui al que acompañaba, Ribera; ambos se propusieron toda una hazaña y lograron culminarla con éxito logrando ser los primeros velocipedistas que cruzaron Los Pirineos.

En febrero y marzo de 1890 diversos velocipedistas de Murcia organizaron rutas a Lorca ‘en sus caballitos de acero’. Entre ellos estaban Diego Marín Pareja, Pedro Buitrago Julia, Manuel Biedma y Antonio Martínez. Ese año José Cayuela y Bautista Martínez abrieron la ruta Totana-Huércal Overa-Totana. Pero el recorrido programado en 1893 era mucho más completo y ambicioso; lo organizó Francisco Martínez Herrero y su desarrollo era: Murcia, Lorca, Aguilas, Mazarrón, Cartagena y Alicante. Aunque menos dura, también fue noticia la de junio de 1895 cuyo recorrido sería Murcia-Orihuela-Murcia. La aventura más larga –sin discusión alguna- fue protagonizada por el cartagenero José Fernández Alarcón, quien en 1897 se atrevió a llegar hasta Madrid y vuelta con una máquina Dayton.

Los últimos años del siglo XIX y los primeros del sglo XX podrían considerarse como la edad dorada del ciclismo murciano por los logros alcanzados y el eco social que suscitaron. Germán Fernández Mendizábal, de Cartagena, Antonio Avilés Rocamora, de Murcia, y José Inchaurrandieta Aledo, de Totana, fueron los personajes destacados que la protagonizaron. En aquellos años todas las fiestas de primavera y septiembre de Murcia incluían pruebas ciclistas cuya popularidad y expectación, en ascenso, acabaron por contagiar al resto de la Región imponiendo ‘moda’. Una vez pasada aquella fiebre inicial, se sucedieron dos largas décadas de cierto decaimiento, de manera que hemos de aguardar a mediados de los años veinte para presenciar un sensible resurgimiento del ciclismo regional. Entre 1924 y 1927 fue Beniaján quien llevó la voz cantante gracias a ciclistas como Manuel Martínez García, Abel Vera González y Matías Flores Buendía. Junto a ellos hay que destacar a Antonio Garre Mármol (La Alberca), Francisco de la Asunción (Los Garres) y, poco después, José García Medrano (Beniel). Pero al frisar la década de los treinta, el destino del ciclismo regional pasó a los pedales de Miguel Carrión y poco después de Cano Ferre.

En noviembre de 1926 se organizaba la carrera más dura y de mayor repercusión cuyo recorrido de 106 kilómetros, desde Murcia, incluía Sierra Espuña. Sólo pudieron terminarla nueve ciclistas. Los dos primeros corredores que atravesaron la línea de meta fueron Matías Flores y Abel Vera González, ambos de Beniaján.