La Cueva del Puerto de Calasparra reabre con más luz y un museo

La gruta, la más grande visitable de la Región, estrena iluminación y salas para potenciar la singularidad de sus formaciones geológicas

LA OPINIÓN

La Cueva del Puerto de Calasparra, la gruta más grande visitable de la Región, reabría este jueves al público con más luz, nuevas salas y atractivos geoturísticos para potenciar la singularidad de las formaciones geológicas que alberga.

La gestión del lugar ha cambiado de manos: ahora es asunto de la UTE Técnicas Mineras de Santa Marta y la calasparreña Qalat Naturaleza y Aventura. La primera sociedad conoce bien lo que supone poner en valor un paraje así: es la concesionaria de la geoda de Pulpí.

La nueva adjudicataria ha realizado una importante inversión en la cueva que ha supuesto el cambio de iluminación, así como una sala interior de exposición permanente de minerales luminiscentes, primera que se realiza en España dentro de una cueva.

La Cueva del Puerto de Calasparra reabre con más luz y un museo | FOTOS DE ENRIQUE SOLER

La Cueva del Puerto de Calasparra reabre con más luz y un museo | FOTOS DE ENRIQUE SOLER

El geólogo Francis Fernández explicó que la de Calasparra es «un espectáculo natural que no tiene nada que envidiar a otras cuevas tanto a nivel nacional, como internacional, tanto por sus dimensiones como por su morfología y patrimonio geológico». Sobre las reformas, dijo que «tenía muchas zonas oscuras y no estaba al nivel, por lo que ha sido una inversión muy importante, no solo en lo económico, sino también en lo técnico, para conseguir que todos los detalles sean visibles».

«Vamos a ir implementando otra serie de nuevos recursos que harán que la cueva sea diferente, ofreciendo ciencia, cultura y entretenimiento», destacó, para desgranar que en la Sala de la Medusa se prevé instalar un museo geológico que muestre la primera exposición de minerales dentro de una cueva.

«Este tipo de minerales siempre están en vitrinas de museos y aquí estarán dentro de la cueva», rersaltó Fernández, que añadió que los monolitos de la iluminación anterior se utilizarán como peanas para realizar ese museo geológico, que albergará más de mil piezas, entre fósiles y minerales.

La Cueva del Puerto de Calasparra reabre con más luz y un museo

La Cueva del Puerto de Calasparra reabre con más luz y un museo

En las próximas semanas se abrirá una nueva actividad: una persona sin experiencia en espeleología podrá entrar a visitar una zona de la cueva de una manera más aventurera. «Podrán ver un patrimonio oculto en la visita convención, pero que es muy espectacular», apuntó Fernández.

La Cueva del Puerto fue descubierta en 1966 y es una de las gruttas más largas de la Región de Murcia, con un recorrido lineal de 4.720 metros. La edad de la cueva se estima que es de unos 15 millones de años, cuando empieza a formarse. Durante este tiempo, las aguas templadas profundas ricas en ácido sulfúrico y gas carbónico se elevaron bajo la montaña: una vez que el agua encuentra el lecho de roca caliza, empieza a disolver está creando una sucesión de morfologías singulares, cúpulas, toberas, canales en techos, características típicas de las cuevas hipogénicas (significa roca que se forma dentro de la tierra). Los visitantes pueden ver 700 metrosde galerías iluminadas y acondicionadas para el turismo. Durante aproximadamente una hora y cuarto, el guía explica los distintos tipos de formaciones que se encuentran en la cueva y cuáles son las características morfológicas que la hacen tan especial.

En el transcurso de la visita, se recorren distintos pasillos, unas veces en forma de amplias galerías, y otras de estrechos pasadizos. Estos pasillos trasladan al visitante a las diferentes salas que componen la zona turística: Sala de La Medusa, Sala Gaudí, Sala Sixtina y Sala de las Raíces, entre otras.

El objetivo es que el visitante se empape de la gran variedad de formaciones rocosas de gran belleza y espectacularidad, estalactitas, estalagmitas, columnas, banderas, excéntricas, tubiformes, garbanzos, medusas, órganos, cortinas, falsos suelos, etcétera.

En la cueva, que cuenta con casi cinco kilómetros explorados, también es posible realizar un recorrido deportivo para los más atrevidos por las estrechas galerías y rampas que recorrieron los descubridores.