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La organización cumple 75 años realizando programas relacionados con la educación, la cultura y la ciencia
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Actualmente desarrolla en Iberoamérica más de 200 proyectos que llegan a 16 millones de beneficiarios
PorRTVE.es
Bajo el lema «Hacemos que la cooperación suceda», la OEI lleva a cabo actualmente en toda Iberoamérica más de 200 proyectos de cooperación de forma simultánea, y que tienen efecto directo sobre 16 millones de beneficiarios. El galardón subraya el impacto de la OEI en la región a lo largo de sus 75 años de historia, especialmente en los sectores sociales más vulnerables.
La organización, con sede en Madrid, tiene como misión principal fortalecer la cooperación entre los países que forman parte del bloque iberoamericano, lo cual incluye a 19 países, entre ellos los hispanohablantes (también España), lusoparlantes (Brasil y Portugal) y Andorra y Guinea Ecuatorial. Actualmente, cuenta con el apoyo de organizaciones y organismos internacionales, véase la UNESCO o la Unión Europea, así como un convenio de difusión de contenidos de actualidad con RTVE mediante el programa Espacio iberoamericano.
No es la primera vez que una organización recibe el Premio Princesa de Asturias en esta categoría. El año pasado recibió el galardón la Iniciativa Medicamentos para Enfermedades Olvidadas y en 2021 la ONG CAMFED (Campaign for Female Education).
Educación, el pilar de la OEI
La OEI fue fundada en 1949, una época marcada por la búsqueda de la reconstrucción de la paz mundial tras la Segunda Guerra Mundial. En dicho período, los países iberoamericanos compartían desafíos similares en niveles de educación, y con retos pendientes como la preservación y difusión de su cultura. En un primer momento, la organización fue concebida bajo el carácter de agencia internacional tras el I Congreso Iberoamericano de Educación celebrado en Madrid.
Con el nombre inicial de Oficina de Educación Iberoamericana, su objetivo se basó en fomentar el intercambio de experiencias educativas y avanzar en la mejora de los sistemas educativos de los países miembros. En sus primeros años, su trabajo se enfocó principalmente en la alfabetización en áreas rurales y en el refuerzo de la enseñanza primaria, dos de los problemas más urgentes que enfrentaban los países de la región.
Durante los años 50 y 60, la OEI ampliaría su campo de acción, enfocándose también en la enseñanza secundaria y la capacitación docente. Ello acabaría desembocando en el Instituto Iberoamericano de Enseñanza y Aprendizaje, una plataforma que asegura que los maestros iberoamericanos estén mejor capacitados para enfrentar los retos actuales de las aulas.
El segundo congreso de educación, celebrada en 1954 en Quito, fue uno de los primeros grandes hitos de la OEI. Reunió a los ministros de Educación de los países iberoamericanos, quienes comenzaron a formular planes comunes para enfrentar los desafíos educativos y culturales de la región. El proyecto ha cristalizado en sucesivas Conferencias Iberoamericanas de Educación (la primera en 1989) y con la creación de la Red Iberoamericana de Educación, que permite a sus miembros compartir información y trabajar para desarrollar políticas educativas conjuntas.
Estos primeros esfuerzos sentaron las bases para las importantes iniciativas que la OEI desarrollaría en las décadas siguientes. Una de las más recientes fue Metas Educativas 2021, que buscaba superar toda forma de discriminación en la educación.
También están programas de movilidad académica y de intercambio de estudiantes, fundamentales para unir universidades de Europa e Iberoamérica. Este es el caso del programa Paulo Freire, desarrollado entre 2017-2019 y que ha facilitado hasta 744 becas a personal docente para la cooperación entre instituciones educativas de ambas regiones y de países africanos lusoparlantes como Angola o Mozambique.
A partir de1985, la organización adoptó su nombre actual, Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura, por lo que ya no se limitaba únicamente al ámbito educativo, también abarcaba la ciencia y la cultura como motores clave para el desarrollo de la región.
Ciencia y cultura, los puentes para el progreso regional
Además de su enfoque educativo, la OEI se ha destacado por promover el avance científico y la preservación cultural en Iberoamérica. La organización ha sido fundamental en la creación de redes de investigación que impulsan la ciencia y la tecnología como motores del desarrollo económico y social, así como en la defensa del patrimonio cultural iberoamericano.
Uno de los proyectos más recientes es la Red Iberoamericana de Ciencia Abierta, promovida por la UNESCO y cuyo primer congreso fue en 2021. La iniciativa pretende democratizar el acceso al conocimiento científico y facilitar la colaboración entre investigadores de diferentes países. Un programa que se interconecta con otros de ámbito particular como la iniciativa «Somos Mujeres y Hacemos Ciencia«, que trata de inspirar a otras jóvenes para decantarse por carreras STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas).
A nivel de cooperación europeo, encontramos el Programa para el Fortalecimiento de los Sistemas de Ciencia y Tecnología para mejorar los sistemas científicos en Iberoamérica. Este surge entre 2021 y 2023 como una suma de esfuerzos entre la Organización de Estados Iberoamericanos y la Unión Europea para lidiar con diferentes problemas estructurales que lastraban las posibilidades de los Estados miembros de seguir avanzando en la escalera del desarrollo. Esto resulta fundamental en una región que ha observado en los últimos años un incremento en el número de científicos, pero donde la inversión en investigación ni siquiera llega el 5% de la mundial.
En el ámbito cultural, la OEI ha promovido la difusión del patrimonio cultural iberoamericano, apoyando la creación y consolidación de espacios de intercambio cultural, como festivales y exposiciones.
Un ejemplo de ello es el proyecto Ibermedia, un espacio cultural y formativo que fomenta la integración en redes para la coproducción de películas de ficción y documentales realizadas en los países iberoamericanos. Pero también Ibermuseos, que apoya la gestión y modernización de museos en una región con un extenso patrimonio histórico tangible e intangible.
Otro caso de cooperación cultural, ya no solo entre Estados miembros, también entre las áreas rurales y urbanas, es la iniciativa IberCultura Viva, que fomenta la participación comunitaria de grupos vulnerables como jóvenes, pueblos indígenas y comunidades afrodescendientes. Estos programas también permiten la difusión y preservación de lenguas indígenas iberoamericanas, que se cifran entre 350 y 750 según la organización.
El galardón del Premio Princesa de Asturias a la OEI subraya la importancia de la cooperación multilateral en la construcción de sociedades más inclusivas, equitativas y desarrolladas en el contexto iberoamericano. Asimismo, la historia de la OEI muestra su capacidad para adaptarse a los desafíos de cada época, manteniendo siempre su compromiso con el progreso educativo, científico y cultural de los países que forman parte de la comunidad iberoamericana.