Las frutas y verduras han perdido hasta el 50% de su valor nutricional

La calidad del suelo influye directamente en la densidad nutricional de los alimentos, que ha caído en picado en los últimos 50 años

Un naranjo en una imagen de archivo

Un naranjo en una imagen de archivo / L.O.

Jose Antonio Sánchez  

Una de las conclusiones que saca el informe publicado por el movimiento ecologista Save Soil en la COP 16 que se está celebrando en Arabia Saudí es que un suelo rico en materia orgánica conduce a un mayor rendimiento de los cultivos y una mejor calidad nutricional de los alimentos. Razón por la que el deterioro de la salud del suelo está repercutiendo en la salud de las personas, ya que está provocando una pérdida nutricional de productos básicos en la alimentación.

El trigo es uno de los ejemplos clásicos al respecto, puesto que el contenido de proteínas ha disminuido un 23% entre 1955 y 2016. «Los alimentos ricos en nutrientes, apoyan la microbiota intestinal que desempeña un papel crucial en la regulación del estado de ánimo, el sistema inmunológico y la salud mental y física», relatan desde Save Soil.

La autora del estudio, Praveena Sridhar, amplía el espectro: «En los últimos sesenta años, se ha producido un importante descenso de la calidad de los alimentos en todos los ámbitos, en gran parte debido a la degradación del suelo. Esto supone una reducción significativa de una variedad de minerales y compuestos, esenciales para la salud y el bienestar humanos, en frutas, verduras y cultivos clave».

Incidencia en la salud mental

Además, incide en que un estudio publicado en el ‘US National Library of Medicine’ este año demuestra que la densidad nutricional de frutas básicas como manzanasnaranjas y plátanos, así como verduras como tomates patatas, ha disminuido entre un 25% y un 50% o más entre los últimos 50 y 70 años.

También se produce un efecto sobre la salud mental, ya que las «deficiencias en micronutrientes clave como B1B6 B9, a menudo debidas a una mala salud del suelo, están vinculadas a trastornos de salud mental como la depresión y la ansiedad. La mala salud del suelo también está relacionada con deficiencias de magnesiohierro zinc que se relacionan con un funcionamiento neurológico adecuado».

El calentamiento global podría triplicar la falta de agua en el Mediterráneo

Las probabilidades de sequía podrían aumentar de dos a tres veces en el Mediterráneo occidental a finales de este siglo como parte del proceso de calentamiento global, según advierte un estudio divulgado ayer por expertos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y de la Universidad de Vigo. Esa situación podría reproducirse en «un escenario de altas emisiones de gases de efecto invernadero», ya que la humedad procedente de los océanos y transportada por la atmósfera «tendrá una mayor influencia en la aparición de sequías en la zona euromediterránea debido al calentamiento global».

Así lo indica la investigación liderada por el CSIC y publicada por la revista científica ‘Communications earth & environtment’, que destaca la humedad de la atmósfera como «fundamental para la ocurrencia de precipitaciones, pero también de sequías», y apunta que el vapor de agua en el aire en el Mediterráneo occidental procede de ese mar, pero sobre todo del océano Atlántico.

Los investigadores analizaron cómo afectaría el calentamiento global a la influencia de la humedad transportada en la atmósfera en la aparición de fenómenos hidroclimáticos extremos, tales como lluvias torrenciales y sequías. Así, pronostican un previsible aumento de la influencia del transporte de humedad a mediados de siglo susceptible de llevar a que la «dependencia de las precipitaciones» aumente alrededor de «un 25% en invierno y un 10% en verano», aunque a finales de siglo podría generar, al contrario, mayor sequía en esa zona del Mediterráneo. EFE.