Los albinegros caen con dureza frente al Deportivo, rival directo en la zona baja, mostrando una preocupante falta de competitividad
Dolorosa derrota la sufrida por el Cartagena esta tarde frente al Deportivo. En un duelo directo en la zona baja de la tabla, la diferencia fue descomunal. No sólo en el marcador con los cinco goles del cuadro gallego, sino también en el fútbol, la intensidad, las ganas y la determinación. El Cartagena ha dejado de ser competitivo y abochorna a su afición en su propia casa. Tanto fue así, que hasta nueve jugadores pidieron perdón en el centro del campo tras el pitido final.
El primero de la goleada llegó pronto, a los seis minutos, y tras una pequeña reacción llegó el segundo en el ecuador de la primera mitad. La velocidad de los extremos deportivistas mató al Cartagena, que tampoco sabía cómo defender los balones aéreos. A los dos minutos de la reanudación llegó el tercero y, a pesar del ánimo que dieron Escriche y Pocho Román fabricando un gol, se cayó el equipo al final. Los gallegos hicieron el 4 y el 5 a la contra para sentenciar.
Echó a rodar la pelota sobre el césped del Cartagonova y el primer equipo en acercarse a la portería contraria fue el Cartagena. Lo hizo Jairo, recuperado de su esguince leve de tobillo que le impidió estar en el encuentro copero, con un centro pasado. No obstante, el buen inicio fue un espejismo. A los cinco minutos avisó el Deportivo de córner y en la siguiente jugada llegó el primer gol, que dejó helado al cuadro albinegro.
Primer jarro de agua fría a los seis minutos
Salían los cartageneros por la derecha cuando Gastón Valles la perdió en la medular. Se puso en marcha el conjunto gallego y la cambió de banda encontrando a Mella pegado a la línea de cal. Entró el centrocampista por el flanco izquierdo del Cartagena, superó a Jairo con un impresionante regate en velocidad y, cuando cuando se quedaba sin campo, levantó la cabeza para ver cómo la línea defensiva se concentraba en el área pequeña. Con buen criterio, sirvió atrás ante el desmarque de dos compañeros. Barbero la dejó pasar y Yeremay remató sólo para hacer el 0 a 1 a los seis minutos de juego.
El tanto deportivista en los primeros minutos caldeó el ambiente en la grada. Tras otra llegada de los visitantes comenzaron los pitos con cada mala acción de su equipo. Trató de reaccionar el conjunto portuario con centros, tanto de saque de esquina como en jugada, pero los remates de Sipcic y Gastón Valles no fueron precisos.
Al cuarto de hora, el Cartagena se instaló en campo contrario buscando el empate. Cada vez disfrutaba de más posesión el equipo de Jandro Castro, quien siguió el encuentro desde la grada cumpliendo su segundo partido de sanción. Sergio Guerrero y Jairo fueron los jugadores más activos de la primera mitad junto a un Cedric voluntarioso.
No consiguió generar peligro real el equipo local y el Depor se lo hizo pagar a la contra. Con un centro lejanísimo, Escudero encontró a Barbero a la espalda de la zaga y el delantero se quedó mano a mano con el portero. Cuñat sacó el primer remate con el pie y también el segundo tras el rechace. Salvó Cuñat el segundo y entre pitos volvió a perdonar el conjunto coruñés. Yeremay se deshizo de Aguirregabiria y Sipcic en el vértice del área grande, centró a media altura y Barbero remató de forma fallida con la rodilla cuando tenía toda la portería para marcar.
El partido se había desequilibrado por completo y el segundo se podía intuir. No se hizo esperar. A los 25 minutos dobló su ventaja el Deportivo desde la esquina. Escudero recogió el centro inicial, muy pasado en el segundo palo, y la volvió a poner al palo contrario. Allí entraban Barbero y Ximo Navarro completamente sólos en un despiste inentendible de la defensa. Remató el segundo con fuerza hacia abajo para poner el 0 a 2 en el electrónico.
Comienzan los pitos de la afición
Aumentó el descontento de la afición, abochornada por su equipo. Sólo supo el Cartagena buscar las acciones individuales de Cedric sin ningún plan, orden ni control. Gastón estrelló un remate de cabeza al larguero sin demasiada potencia antes de que el partido se marchase al descanso.
La reanudación trajo cambios importantes en un Cartagena que necesitaba una reacción. Jandro introdujo a Hugo González, Ríos Reina y Ortuño por Luis Muñoz, con amarilla, Jairo y Kiko Olivas. Pasó el equipo a defensa de cuatro, pero el panorama no mejoró: el Depor marcó el tercero a los tres minutos. Yeremay avergonzó a Alcalá en velocidad, se frenó y abrió a Obrador, que le dobló. La puso atrás en una acción calcada a la del primer gol y el propio Yeremay remató a portería. La sacó Sipcic en primera instancia, pero el rechace lo empujó a placer Barbero.
Con el 0 a 3, el Depor jugó a lo que quiso y el Cartagena persiguió sombras. Llegó tarde a todo. Los pitos se transformaron en ‘olés’ sarcásticos y Cuñat sacó el cuarto en el enésimo mano a mano. Esta vez fue Mella quien condujo sin oposición desde el centro del campo tras un pase filtrado para estrellarse con el meta.
Efímera esperanza
No reaccionó el equipo hasta la entrada de Escriche y Pocho Román por Cedric y Gastón. A los pocos minutos acortó distancias el equipo de la ciudad trimilenaria gracias a un centro del primero y un remate del segundo que se fue al palo. Barcia introdujo el balón en su propia portería para poner el 1 a 3 que daba esperanzas a la parroquia albinegra. Al tanto le siguieron los mejores minutos del equipo, pero ningún gol más. Con el equipo volcado, el conjunto visitante se puso las botas a la contra.
Con el Cartagena a la desesperada y cansado, Yeremay deleitó con la función final. En el 87 retó a Guerrero en una carrera de 50 metros, recortó y la puso para un Lucas Pérez que entraba sólo al área. Pablo Cuñat despejó desde el suelo, pero dejó el balón muerto para que Cristian Herrera sentenciara con el 1 a 4. Sólo un minuto después, el propio Yeremay volvió a hacer uso de su velocidad para dejar atrás a Aguirregabiria y plantarse frente a Cuñat. Definió al palo largo para poner el punto y final al partido con el 1 a 5.
Tras cinco minutos de añadido y varias ocasiones que bien podrían haber significado el sexto gol en contra, Guzmán Mansilla decretó el final para el alivio de la afición cartagenerista. La dura derrota deja tocado a un Cartagena que ha perdido la competitividad y que se hunde en el fondo de la tabla.