Los granas, en su partido más completo de lo que va de temporada, solo pueden sacar un punto, aunque mantienen el liderato
El partido que más lo mereció, el Real Murcia no ganó. El partido que mejor jugaron los granas, no pasó del 0-0. Con un punto se tuvieron que conformar los murcianistas ante el Marbella. Un punto que poco tuvo que ver con lo que sucedió sobre el césped, un césped donde solo hubo un equipo, y ese equipo fue un Real Murcia que elevó sus prestaciones, que completó el mejor encuentro de lo que va de temporada, que ganó todas las batallas, que supo sobreponerse a las pérdidas de tiempo de los visitantes y que tuvo ocasiones de varios colores, pero que esta vez no encontró la pegada de otros días.
Con un Moha gigante en el centro del campo, el Real Murcia que comenzó dominando, acabó el partido asediando. Echando toda la carne en el asador, aunque a veces impreciso por las ganas de ganar, no fue capaz de encontrar el gol que moviera el 0-0 del marcador. El empate, el primero de la temporada, permite seguir líder, pero este domingo, visto lo visto, nadie se fue a casa hablando y celebrando el puntazo.
No fue la primera parte ante el Marbella el tostón de partidos anteriores. Pero al descanso, el Real Murcia no había conseguido que el marcador se moviese. Y eso que, en esta ocasión, los granas entraron más animados al partido. Sacando partido de la presión alta y de las ganas de jugadores como Toral, Mier o David Vicente, la mayoría de batallas caían del lado local. También las ocasiones. De hecho, Gazzaniaga fue un mero espectador durante media hora.
Se sentía cómodo sobre el campo el Real Murcia. Con Toral, otra vez en el once, intentando agradar y con el doble lateral -Fran Fernández insistía en su apuesta- agitando la banda derecha, no hacía falta mucha posesión para llegar al área de Dani Martín.
Lo intentaba Carrillo tras un centro de Toral, aunque muy forzado; también se probó Cadete, pero sería en el 19 cuando llegaría la más clara. Tras una combinación entre el propio Cadete y Toral, el balón llegó a David Vicente, que estaba en una situación inmejorable, pero el zaragozano confirmó por qué no es delantero. Porque su remate sin oposición no encontró puerta.
Era tal la superioridad del Real Murcia, sobre todo física, que todas las segundas jugadas tenían color grana. Y viendo las ganas, todo parecía indicar que el marcador se movería más pronto que tarde. Pero de repente, el Marbella consiguió cambiar el guion del partido.
No lo hizo a base de fútbol. Lo hizo a base de lo que se denomina otro fútbol. De repente el partido empezó a pararse. Que si una lesión, que si un calambre, que si ahora hago cambios, y dos segundos después decido frenarlos.
Fueron unos minutos de desconcierto, unos minutos en los que ni los jugadores sabían si había que jugar o si daba tiempo para tomar un poco de agua. Y entre el lío y las sustituciones, que finalmente llegaron en el minuto 30, el Marbella cogió aire.
Le sentaron bien los cambios a los andaluces, muy superados desde el principio. Sobre todo la entrada de Ohemeng dio aires a los visitantes. A la vez que generaba problemas a un Real Murcia que parecía tenerlo todo bajo control. Jorge Alvarez probaba a Gazzaniga, mientras que Marcos Peña enviaba alto otro remate peligrosísimo.
Se había igualado el partido. Pero incluso así el Real Murcia tuvo sus ocasiones. Otra cosa diferente es que las aprovechara. Porque en esos momentos finales de la primera parte, los granas pagaron su mala toma de decisiones. Tanto Toral como Mier pecaron de individualistas. Se vieron protagonistas sin serlo. El primero acabó frenado por el meta visitante y el segundo, en vez de buscar alternativas tras una buena cabalgada, decidió jugársela y la envió fuera.
No ganó el partido mucho más ritmo a la vuelta del descanso, y pronto Fran Fernández hizo cambios para reactivas a su equipo. Palmberg entraba por Larrea, con molestias; y Pedro León y Pedro Benito ocupaban los puestos de Vicente y Carrillo.
Aunque le costaba al Real Murcia, los granas seguían batallando para lograr un triunfo que les afianzara en el liderato. En el 62 acumulaban otra nueva ocasión. Moha abría a Toral que asistía a un Real que remató forzado, casi de tacón, enviando el balón a las manos del meta del Marbella. Posteriormente el gallego también se probaba desde lejos sin éxito. Pero el Real Murcia volvía a estar en el buen camino.
Solo unos minutos después, Moha, que con espacios siempre es capaz de encender la luz, volvió a encontrar a Toral. Una vez más se probaba el canterano, que en esta ocasión se cruzaba con el poste (67′).
Intentaba el Real Murcia no caer de nuevo en la trampa del Marbella. Seguían los andaluces intentando frenar una y otra vez el partido. Torpedeaban el reloj cada vez que podían. Sin embargo, el Real Murcia, cómodo con el balón y con metros por delante, seguía a lo suyo, ganar batallas y buscar lo más rápido posible la portería contraria.
Y así siguieron llegando, aunque el gol se resistía una y otra vez. En el 78 llegó otra clarísima. Real se quitó la chistera para meter un pase que dejaba a Pedro León y Benito delante de Martín. Entre uno y otro dieron ventaja al meta, que impidió rematar con claridad al muleño.
Lo estaba haciendo todo para ganar el Real Murcia, pero no llegaba el gol. Y para buscar más alternativas, Fran Fernández agotaba sus opciones ofensivas. Carlos Rojas y Loren Burón también saltaban al campo para poner más madera en los últimos diez minutos.
Del dominio se pasó al asedio. Es verdad que las ganas de ganar daban lugar a imprecisiones, pero también es cierto que los granas lo intentaron hasta el final. Y en ese final, en un balón robado en el área de Palmberg, volvieron a tener la victoria los murcianistas. Pero esta vez fue Pedro Benito el que remató manso a las manos de Martín.
Al final un empate que sabe a poco visto lo visto, pero que da continuidad a la racha y que permite dormir una semana más en el liderato, aunque igualado a puntos con el Ibiza.