El festival cartagenero llega a la última jornada de su presente edición de la mano de Christina Rosenvinge y lo mejor de la nueva música andaluza
Ángel H. Sopena 27 JUL 2024 6:01 LA OPINIÓN
La vigésimo novena edición de La Mar de Músicas llega a su última jornada con entradas prácticamente agotadas. Probablemente haya sido una de las entregas con más presencia de artistas y bandas españolas –si no tenemos en cuenta la edición ‘pandémica’–, y el cartel para este sábado así lo pone de manifiesto.
Los conciertos comenzarán en la Plaza del Ayuntamiento a las 19.00 horas de la mano de Adios Amores, un dúo formado por Ana e Imán que transita de un escenario a otro como en un show televisivo de los setenta: con ligereza, urgencia y electricidad atemporal, dentro de su universo propio, enamoradizo y misterioso, donde cabe suntuosidad, folclore, cine… El Camino (2023), su último trabajo, atraviesa la escena pop hispanohablante y dinamita sus inercias facturando canciones a la vieja usanza (la de Phil Spector), influidas por los Black Keys y Billie Eilish, sin perder su seña de identidad vocal, imaginario y estética. El acercamiento al rock norteamericano muestra una faceta hasta ahora desconocida de la banda, que se funde con la electrónica, los sintetizadores y las cajas de ritmos.
Después le llegará el turno a uno de los grandes nombres de la canción española: Christina Rosenvinge, que regresó a finales de 2023 con nuevo álbum, Los versos sáficos (2023), inspirado en la obra de la poeta griega Safo, que vivió hace 2500 años, y que también ha dado lugar a una obra de teatro. En el que es su regreso tras cinco años sin nuevo material, la madrileña reinterpreta los escritos de la genial autora helena desde el pop contemporáneo, de lo tradicional mediterráneo a lo electrónico, rompiendo la barrera del tiempo que separa a ambas mujeres –fuertes, cada una a su manera, representativas de su tiempo– actualizando paralelismos frente a conceptos como el deseo, la pasión y la libertad.
El concierto de Rosenvinge tendrá lugar en el patio del Antiguo CIM a partir de las 20.00 horas y al cierre de esta redacción todavía quedaban algunas entradas. No así para el programa doble del Auditorio Paco Martín y el de The Gardener en el Castillo Árabe (incluido en el ticket que da acceso a los anteriores). En concreto, nos referimos a Derby Motoreta’s Burrito Kachimba y La Plazuela, dos de las bandas más importantes de la música andaluza en la actualidad.
Desde que irrumpieron en 2019 con un debut epónimo, tan sorprendente como su propio nombre, Derby Motoreta’s Burrito Kachimba se han convertido en la gran esperanza del rock patrio y no han parado. Llegaron colaboraciones de Rocío Márquez o Kiko Veneno, muchos conciertos, un segundo álbum (Hilo negro, de 2021) que los terminó de aupar a lo más alto, una nominación a los Goya por la banda sonora de Las Leyes de la Frontera y giras por Estados Unidos, Argentina, Chile y México, además de la posibilidad de ser la imagen de una campaña de Cruzcampo. A finales del pasado año decidieron tomarse una pausa, dispuestos a afrontar el mayor reto de su carrera: su tercer disco, el que presentan hoy en Cartagena, Bolsa amarilla y piedra potente (2024), el disco de hard rock que se merecía la generación de Tik Tok: incendiarios riffs de guitarra, percusiones monolíticas y esas dinámicas expansivas herederas de Hawkwind y coetáneas de King Gizzard & The Lizard Wizard. Pero, lejos de acomodarse en una zona de confort tan placentera, los sevillanos exploran nuevos caminos, desde stoner rock de alto octanaje y guiños a los clásicos sureños, hasta Lole y Manuel, pasando por los sonidos Caño Roto y la psicodelia más explosiva, además de, como siempre, ese aroma callejero que impregna sus canciones.
Y de la ‘kinkidelia’ al ‘roneo funk’. La magia flamenca de los granadinos La Plazuela llega a Cartagena como una de las grandes revelaciones de 2023. Su primer EP, Yunque, clavos y arcayatas (2019), se estrenó con éxito, si bien algo truncado por la pandemia, pero ya en 2022, el dúo formado por Manuel Hidalgo, ‘El Indio’, y Luis Abril, ‘El Nitro’, hizo tambalear los cimientos del panorama musical nacional con el EP Jamila. Y desde entonces su ascenso ha sido meteórico. Ambos tenían de antes gustos musicales algo más afines al rock, pero han recogido el flamenco de la calle y le han dado un lavado de cara con una fórmula donde caben la electrónica más desacomplejada y el funk; fórmula que cristalizó definitivamente el año pasado con su primer disco, Roneo Funk Club, que fusiona como nadie estilos y géneros tan dispares como adictivos. La combinación perfecta de electro-funk, house y rumba vacilona y jubilosa con la que despedir La Mar de Músicas.