Tras las fuertes lluvias registradas este miércoles, a los vecinos de Espinardo les ha tocado hoy limpiar y arreglar los desperfectos causados por el agua y por el desbordamiento de la rambla
Si el miércoles fue una jornada complicada para muchos por el episodio de lluvias torrenciales, para aquellos que sufrieron daños por el agua en sus hogares y negocios, hoy no lo está siendo menos. Toca limpiar y desechar todo aquello que la inundación ha dejado inservible: muebles, electrodomésticos o materiales en stock.
Esta liturgia no pilla por sorpresa a los vecinos de Espinardo, en Murcia. La imagen de la rambla evacuando en mitad del casco urbano ayer volvía a abrir informativos de televisión.
Beatrice Popescu regenta el bar Juan de Espinardo. Ella lamenta que hasta los medios de comunicación ya ni se fijan en los desperfectos que las inundaciones les causa. El agua este año le ha vuelto a entrar en su local como cada vez que llueve de forma copiosa.
Esta trabajadora autónoma ha podido abrir y servir desayunos. Este miércoles fue necesario el trabajo de 6 personas durante tres horas para dejar a punto su local.
Frente a este bar, está la joyería «Alegría». Su dueño lleva 6 décadas viendo la misma estampa sin que nadie haga nada. Antonio Alegría ironiza diciendo que «la causa de estas inundaciones recurrentes será será el tiempo». Hoy le operaban de cataratas en un hospital de Murcia y, antes, ha tenido que hacer hueco para limpiar su negocio.