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La implantación de órganos animales es una de las vías más prometedoras para paliar la escasez de donantes
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En Estados Unidos, dos pacientes llevan varios meses viviendo con un riñón porcino funcional

La escasez de órganos es el mayor obstáculo al que se enfrentan los programas de trasplante, que chocan contra una misma realidad en todo el mundo: no hay suficientes donantes para cubrir la demanda. El aumento de la esperanza de vida y la mayor prevalencia de enfermedades crónicas marcan los límites de un modelo que, pese a los importantes avances que ha experimentado, no consigue cerrar una brecha que sigue agrandándose con el paso de los años.
«Este problema nunca se va a poder resolver, hagamos lo que hagamos, mientras la ciencia disponga solo de donantes humanos para la realización de los trasplantes, ya que la demanda y necesidad de trasplantes se incrementa de manera exponencial y el incremento del número de donantes, incluso gracias al aumento de donantes en asistolia controlada, nunca podrá llegar a igualar a la demanda», explica a RTVE Noticias Javier Cabo, especialista en cirugía cardiovascular que atesora numerosos hitos, como el de realizar el primer trasplante de corazón a un recién nacido en España.
Cabo, que forma parte de la Academia de Ciencias de Nueva York, cuenta cómo solo en Estados Unidos «cada día mueren 17 personas esperando un trasplante de órganos, y cada 10 minutos otra persona se suma a la lista de espera de trasplantes», mientras que «en otros países menos desarrollados, como los latinoamericanos, africanos y asiáticos, las diferencias son mucho más notables».
Los donantes en asistolia controlada son personas que fallecen tras la retirada planificada de medidas de soporte vital en una unidad de cuidados intensivos, cuando ya no existe posibilidad de recuperación ni de reversión de su situación clínica. Este tipo de donación ha crecido notablemente en los últimos años, también en países como España, y se ha convertido en una de las principales vías para aumentar la disponibilidad de órganos.
España, líder mundial, también sufre este problema
A pesar de su posición de liderazgo y de contar con un modelo de donación reconocido como referencia a nivel internacional, España también sufre las consecuencias de la falta de órganos. La angustia de las listas de espera sigue siendo una realidad para miles de pacientes en nuestro país, lo que demuestra que ni siquiera el sistema más avanzado es inmune a este problema global en alza.
«Tenemos una gran disponibilidad de órganos, con unos niveles de donación que son los mayores del mundo, pero pese a ello ni siquiera España es capaz de satisfacer plenamente esas necesidades de trasplante. Respondemos muy bien a la lista de espera, pero sabemos que no llegamos a todos los pacientes», reconoce a RTVE Noticias Beatriz Domínguez-Gil, directora de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT).
Más allá de técnicas en auge como la asistolia controlada, existen otras posibles soluciones sobre la mesa, como la investigación para «rejuvenecer» celularmente órganos de donantes en edad avanzada. Aunque hay una vía especialmente prometedora que destaca por encima del resto: los xenotrasplantes, o el uso de animales, sobre todo cerdos, cuyos órganos han sido modificados genéticamente para que sean compatibles con los humanos.
«Se lleva décadas trabajando y tratando de avanzar en el ámbito del xenotrasplante como estrategia para combatir ese problema de la escasez de órganos, y siempre pareció algo del futuro que nunca llegaría a constituirse en una realidad. Sin embargo, es verdad que en los últimos años se han producido avances muy notables, que han venido de la mano de la modificación genética», apunta Domínguez-Gil.
El gran salto de los xenotrasplantes
En la última década, la investigación en xenotrasplantes ha dado un salto decisivo gracias a la edición genómica y a nuevas técnicas de inmunosupresión. Los científicos han conseguido modificar el ADN de los cerdos para reducir el riesgo de rechazo y controlar la transmisión de virus propios de la especie, lo que ha permitido pasar de experimentos limitados en laboratorio a ensayos clínicos con pacientes reales.
El mayor hito ha llegado con los primeros trasplantes de corazón y riñón de cerdo en humanos, realizados en Estados Unidos, que han marcado un antes y un después en la historia de la medicina. En la actualidad, uno de los principales focos de atención está en el Hospital General de Massachusetts, afiliado a la Escuela de Medicina de Harvard, dos de cuyos pacientes llevan ya varios meses viviendo con un riñón de cerdo funcional, un logro sin precedentes que refuerza la posibilidad de que esta alternativa se generalice en un futuro cercano.
«En los últimos dos años, el campo de los xenotrasplantes ha avanzado de manera extraordinaria, con la realización de los primeros trasplantes de riñones y corazones de cerdo genéticamente modificados en humanos, algo que hace poco era impensable. Uno de los pacientes con un riñón porcino en el Hospital General de Massachusetts acaba de superar la marca de siete meses con buena función renal, lo que representa un progreso científico sin precedentes. Además, ya están aprobados los primeros ensayos clínicos regulados que incluirán hasta 50 pacientes y que comenzarán en el plazo de un año, lo cual permitirá una evaluación más sistemática y rigurosa», valora para RTVE Noticias el nefrólogo brasileño Leonardo Riella, especialista en injerto y xenoinjerto renal y director médico de este tipo de trasplantes en el citado centro hospitalario, uno de los más prestigiosos del mundo.
«Los principales desafíos siguen siendo de tipo inmunológico: el rechazo celular y mediado por anticuerpos es más agresivo que en el trasplante humano, junto con la activación de la inmunidad innata», explica Riella, quien también es profesor de la Escuela de Medicina de Harvard. «En resumen, el xenotrasplante ha dejado de ser un experimento teórico y está entrando en la fase de ensayos clínicos, con la expectativa realista de que en los próximos años pueda convertirse en una opción clínica para pacientes seleccionados» sintetiza.
Este gran hito llega después de que en enero de 2022, David Bennett, un paciente estadounidense en fase terminal de insuficiencia cardíaca, se convirtiese en la primera persona en recibir un trasplante de corazón de cerdo modificado genéticamente. La intervención, llevada a cabo en el Hospital de la Universidad de Maryland, fue un hito mundial y generó enormes expectativas. Aunque Bennett falleció dos meses después, su caso aportó información clave sobre la respuesta del cuerpo humano a este tipo de órganos e inauguró una nueva etapa científica.
El Hospital de la Universidad de Maryland realizó un segundo intento. El paciente Lawrence Faucette recibió un corazón de cerdo en septiembre de 2023, pero murió seis semanas más tarde, tras señales de rechazo del órgano.
A pesar del fallecimiento de los dos pacientes, ambas intervenciones no se consideraron un fracaso, sino todo lo contrario, ya que permitieron recopilar datos muy valiosos sobre cómo reacciona el sistema inmune humano, cómo se comportan los órganos porcinos en un entorno real y qué complicaciones aparecen en el corto y medio plazo, sentando las bases para futuros trasplantes más exitosos.
En principio, los xenotrasplantes están pensados para ganarle tiempo a las listas de espera. Aunque no se descarta que en un futuro estos órganos porcinos puedan cumplir su función de manera permanente, el cometido sería provisional: mantener con vida a determinados pacientes hasta que se pueda obtener el órgano humano trasplantable.
«En mi opinión, los xenotrasplantes van a posibilitar un cambio de paradigma en el mundo de los trasplantes», considera Javier Cabo, quien también es catedrático de ingeniería biomédica. «Los trasplantes de xenoinjertos, o xenotrasplantes, acabaran siendo realizados en un futuro en la clínica humana de manera totalmente rutinaria», pronostica.
Pero el campo de los xenotrasplantes es muy amplio y no se limita a los avances actuales, sino que abre la puerta a posibilidades cada vez más innovadoras y complejas. «No hay que descartar en un futuro no muy lejano los potenciales xenotrasplantes de corazones quiméricos alogénicos, obtenidos de corazones embriológicamente humanos desarrollados en el cerdo, incluso posteriormente criopreservados y guardados en un banco de órganos para trasplantes”, asegura Cabo, para explicar que «al ser autólogos —el mismo individuo es tanto el donante como el receptor—, tienen la capacidad potencial añadida de no tener rechazo». Este especialista tampoco descarta el desarrollo de corazones «mediante impresión aditiva biológica en 3D en el espacio, que también se está experimentando».
La directora de la ONT, Beatriz Domínguez-Gil, coincide: «Tenemos que estar atentos a otro tipo de innovaciones, como la creación de órganos bioartificiales, la generación de quimeras, utilizando animales como incubadoras de órganos humanos. Esto permitiría crear órganos con células del propio paciente, con lo que evitaríamos la necesidad de inmunosupresión de por vida».
Caminos que rozan la ciencia ficción
Mientras la investigación de vanguardia libra su batalla en las fronteras del conocimiento, explorando caminos que hoy parecen inverosímiles o rozan la ciencia ficción, existen también avances más inmediatos que ya ofrecen respuestas frente a la escasez de órganos para trasplante. «Siempre hay posibilidades de crecimiento en donación y trasplante. España ha alcanzado unos niveles de excelencia con tasas que constituyen el máximo histórico para nuestro país y que están muy por encima de cualquier país de nuestro entorno, pero esto no significa que no solo estemos tratando de mantenerlas, que ya es en sí un reto, sino también intentando buscar nuevas formas de crecer en la disponibilidad de órganos», afirma Domínguez-Gil.
«En este sentido tenemos diversas medidas, aunque yo destacaría dos: primero, seguir expandiendo la donación en asistolia, que ya el año pasado superó por primera vez la donación en muerte encefálica. Y, por otro lado, también tenemos opciones de crecimiento en el trasplante de donante vivo, particularmente el renal», puntualiza.
«Para poder facilitar todo esto, una herramienta importante es la expansión de centros que participan en la donación. En España tenemos 185 hospitales que están autorizados para la donación de órganos, y creemos que esa red se puede ampliar, sin olvidarnos de reforzar la red de coordinación de trasplantes, que ha logrado unas tasas de actividad a expensas de un esfuerzo importante, con una estructura extraordinariamente tensionada, ya que en una década hemos aumentado la donación en un 50%, con un número de hospitales y de coordinadores muy similar», concluye la directora de la ONT.
¿Por qué órganos de cerdo y no de primate?
Los órganos porcinos se consideran más idóneos que los de primates para xenotrasplantes por varias razones. En primer lugar, los cerdos tienen una fisiología y un tamaño de órganos más parecidos a los humanos, lo que facilita la compatibilidad funcional. Además, éticamente es más aceptable que usar primates, cuya cría es limitada y conlleva un fuerte rechazo social. Otro factor clave es que los cerdos se pueden modificar genéticamente para eliminar los mecanismos de rechazo inmunológico, algo inviable con primates. Finalmente, se reduce el riesgo de transmisión de enfermedades zoonóticas graves, ya que los primates están más cercanamente emparentados con el ser humano y comparten patógenos más peligrosos.
