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La cinta reproduce los cuatro meses de 1976 en los que se fraguó la derogación del régimen franquista
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El documental ya está disponible en RTVE Play
Voladura 76 no tiene nada que envidiar a las películas de James Bond. Rollos de película, fotografías comprometedoras, carpetas con información sensible, negociaciones a punta de pistola, miles de horas de grabación y una misión en alta mar son los ingredientes de este thriller-político-documental que ya puedes ver gratis en RTVE Play. La nueva propuesta de Marisa Lafuente (Nevenka, Platicando), producida por Catorce Comunicación en asociación con RTVE, rescata un episodio conocido, y a la vez con muchas lagunas, de la historia reciente de España.
Durante cuatro meses, de julio a noviembre de 1976, el documental reconstruye de manera cronológica todo lo que se hizo para derogar el sistema franquista e instaurar la democracia desde dentro. Con rigor histórico y un punto de humor, la cinta alterna imágenes de aquellos días y recreaciones que permiten seguir, paso por paso, la elaboración del complot político que cambió el país por completo. Periodistas, escritores, militares, políticos y testigos directos desempolvan información valiosa para contextualizar un proceso que, pese a su discreción, fue clave para encaminar la Transición.
Adolfo Suárez, responsable de una operación vital para el país
La figura del presidente del Gobierno en 1976, Adolfo Suárez, está presente en toda la cinta. Sus primeras intervenciones, grabadas en blanco y negro, demuestran una calidez y una honestidad que, en palabras del escritor Ernesto Villar, no se había visto nunca. El autor de Los espías de Suárez destaca que fue «un político que se sienta en el sofá de su casa, les habla cara a cara, les habla con una franqueza a la que no estaban acostumbrados«. Cuentan que siempre tuvo claro su sueño: ser presidente.
En esos años, Suárez estuvo acompañado de otras figuras clave en el proceso, como José Manuel Otero Novas, subsecretario técnico de Presidencia del Gobierno, y Rodolfo Martín Villa, ministro de la Gobernación. Hablan de él como una persona «mágica» y una «solución» para saber lo que querían y necesitaban los españoles. «La Ley de la Reforma Política fue un Rubicón que tuvo que pasar Adolfo Suárez en el que se jugaba su crédito político y la marcha de la democracia en España», sostiene Ernesto Villar.
Llegar a la democracia sin un «derramamiento de sangre»
Jorge Gómez, exmiembro del SECED, actual Centro Nacional de Inteligencia (CNI), explica que en esos años el objetivo era llegar a la democracia sin un «derramamiento de sangre, sin que se alterase de manera violenta la sociedad española». Para conseguirlo, Adolfo Suárez esperaba disponer de una caja fuerte llena de «secretos de Estado» y quitarse de encima al «Búnker», es decir, a los opositores al cambio, aquellos que llevaban 40 años beneficiándose de él. Es en ese momento cuando entra en juego el archivo Jano, una base documental con información de distintas personalidades y que se remonta a Luis Carrero Blanco.
El fin de la dictadura franquista, como no podía ser de otra forma, fue un asunto que cruzó el charco. Jorge Urdánoz, autor de La transición según los espías, es el primero en mencionar al embajador de Estados Unidos en España, Wells Stabler, una figura que comprendió como nadie los entresijos de la política nacional. Se mantuvo en el cargo hasta 1978 y escribió miles de cables —telegramas diplomáticos— en los que desgranaba paso a paso los movimientos de Suárez y compañía.
Promesas, cambios y vendimia: todo era necesario para aprobar la ley
José Manuel Otero Novas, subsecretario técnico de Presidencia del Gobierno, es quien mejor define el sentimiento de esos meses: «Los españoles querían salir del franquismo y tener un régimen impecablemente democrático, pero lo que no sabíamos es la forma de hacerlo«. Torcuato Fernández-Miranda fue el «guionista de la Transición», la persona que elaboró el borrador de la futura Ley para la Reforma Política. Uno de sus principales escollos estaba en el Ejército, que se mostraba reacio a la legalización del Partido Comunista de España (PCE). Mientras que el presidente les decía que eso era «prácticamente imposible», sus hombres se reunían en París con Santiago Carrillo.
El «harakiri» en toda regla que pretendía ejecutar Suárez contaba con otros problemas, como su misma aprobación: era necesario que dos tercios de los 531 procuradores de las Cortes franquistas, 354, votasen a favor. Para asegurarse un buen puñado de papeletas afirmativas, el presidente decidió movilizar al SECED. Su jefe, el teniente general Andrés Cassinello —su última entrevista fue precisamente para Voladura 76—, ordenó a sus hombres que consiguieran el mayor número de apoyos haciendo todo lo necesario. De todas esas estrategas (sobornos, extorsiones, amenazas) era consciente Suárez, pero todo era necesario para llevar a cabo la «operación vendimia»: separar el fruto que vale para hacer vino (los que se le podía hacer cambiar de opinión) del podrido (aquellos que votarían que no).
A estos últimos no quedó más remedio que sacarlos del país. La excusa fue un congreso laboral en Panamá entre el 17 y 24 de noviembre; Cassinello, de hecho, juega al despiste diciendo que en realidad fue en Nicaragua. El «crucero preventivo» fue necesario para hacer desaparecer a varios opositores al cambio. Sus familiares, que han declinado participar directamente en el documental, recuerdan que se sintieron «traicionados» y «engañados», y que incluso se dejó de hablar de política en sus casas.
Tres días de encaje de bolillos para sacar adelante la votación
Antes de que la propuesta llegara a las Cortes franquistas, la ponencia nombrada para estudiar las enmiendas tuvo mucho trabajo. De los 83 escritos presentados, tres fueron enmiendas a la totalidad. «Quieren ir a una democracia y esto es una dictadura franquista», se llegó a leer. En esos días, el gobierno de Adolfo Suárez se las arregló para ejercer presión a los procuradores opositores a través de tres vías: tenían que «votar ante Dios, ante la Historia y ante la televisión».
A lo largo de tres días —el Archivo de RTVE ha recuperado los plenos del 16, 17 y 18 de noviembre— se vivió un auténtico encaje de bolillos para sacar adelante la votación. El momento más crítico llegó con Alianza Popular. La formación, cuya cabeza visible era Manuel Fraga, defendía que el sistema electoral propuesto debía ser mayoritario (el ganador se lo lleva todo) y no proporcional. El punto de encuentro fue dejarlo en uno proporcional «con correctores», para así conseguir el «sí» de al menos 150 procuradores. De hecho, como defiende Jorge Urdánoz, autor de La transición según los espías, en realidad ese sistema también beneficiaba a Suárez y le aseguraba un futuro político.
A las 21:35, después de una votación nominal —el último «conejo de la chistera» de Torcuato Fernández-Miranda, presidente de las Cortes, para ejercer más presión—, se aprobó la ley: 425 votos a favor, 59 en contra y 13 abstenciones; hubo 34 ausencias. Ana Rivero, taquígrafa del Congreso —en su paso por La Revuelta contó que también vivió el 23-F—, recuerda la cara de felicidad y alivio de Suárez al conseguirlo. «Por fin», parecía decir.
RTVE Play estrena el canal temático ’50 años del gran cambio’
Desde el 14 de noviembre está disponible el canal temático de RTVE Play ‘50 años del gran cambio‘. A lo largo de una semana, hasta el día 22, y sin interrupciones, se podrá disfrutar de gran cantidad de contenidos (programas, documentales y material inédito) sobre los primeros pasos de la democracia en España. Voladura 76 es uno de los títulos recién estrenados, junto con La foto y La democracia no se hará sin nosotrxs, y ya puedes disfrutarlos en nuestra plataforma.
