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Jonas Vingegaard se ha impuesto en la primera llegada en alto en esta Vuelta a España con un agónico sprint ante Giulio Ciccone en los últimos metros de la subida al Limone Piemonte. Un último kilómetro de locura, con Marc Soler atacando a falta de 700 metros y siendo cazado por Ciccone, Pidcock y Vingegaard, que han librado una gran batalla final.
El danés ha ganado la etapa pero también ha dejado el primer susto de la Vuelta 2025, marchándose al suelo y teniendo que remontar para volver a meterse en el pelotón a 20 kilómetros para el final.
El danés, que partía como uno de los favoritos para la etapa, logra además el maillot rojo gracias a las bonificaciones tras ganar en los últimos metros.
Una fuga inofensiva antes del primer final de montaña
La aventura de la fuga montada por Glivar, Otruva, Slock y Fernández desde el principio de la etapa no consiguió nunca una distancia que le permitiera soñar con poner en jaque al grupo de favoritos.
Por detrás, era el Q36.5 de Tom Pidcock quien ponía a Xabier Mikel Azparren a tirar del pelotón para mantener el tiempo de la escapada, que llegó a sobrepasar por muy poco los dos minutos. Agresiva la propuesta del equipo del inglés, que pese a que en la meta de Limone finalmente no tuvo opciones tras su caída en la montonera a falta de 25 kilómetros del final, sí que está dejando claro que ha venido a La Vuelta a dejarse ver.
Como se preveía, apareció la lluvia y con mucha fuerza a falta de poco más de 40 kilómetros para la llegada a meta. Un terreno bastante quebrado y con descensos harto peligrosos que conllevó la caída de Guillaume Martín, quien se convirtió en el primer ciclista que abandona en esta Vuelta, minutos antes de la aparatosa caída de los Visma, pero en la que no hubo que lamentar abandonos.
En cabeza del pelotón seguía siendo Azparren, que estuvo más de 130 kilómetros liderando el ritmo, quien mantenía la distancia con el grupo de escapados, que veía cómo su ventaja de 2 minutos se mantenía estable. La múltiple caída a falta de 25 kilómetros antes mencionada, sumada a la peligrosidad de la carrera, obligó a un parón del pelotón.
Aún así, la aventura de la fuga se acabó a 6 kilómetros y fue entonces turno para la lucha por las primeras plazas. Muchos equipos veían una opción de victoria y el ritmo subiendo Limone fue infernal. Finalmente, Vingegaard se lleva la primera de esta Vuelta tirando de potencia en un final muy igualado.