Venezuela echa cuentas antes de las elecciones: «Quien gane se va a encontrar un panorama económico complicado»

  • La crisis en el sistema sanitario se encuentra entre las principales preocupaciones de los venezolanos

  • Los problemas de la economía y la sanidad requieren «tiempo e inversión» según los expertos

orNEREA LARRINAGA

Los expertos analizan la situación económica y sanitaria ante las elecciones presidenciales del día 28. Imagen de archivo de una mujer vendiendo en un mercado popular en Maracaibo (Venezuela).
Imagen de archivo de una mujer vendiendo en un mercado popular en Maracaibo (Venezuela) HENRY CHIRINOS / EFE
6 min.Venezuela afronta una cita electoral este 28 de julio que promete ser trascendental, con unos sondeos que auguran una amplia e inédita victoria de la oposición. En un marcado clima de incertidumbre, el país agota las horas ante las votaciones presidenciales, pendiente de la situación económica y con una aguda crisis sanitaria que, a pesar de haber registrado ciertas mejoras en los últimos años, sigue manteniendo en vilo a la ciudadanía venezolana.

Tal y como explica Siboney Pérez, psicóloga terapeuta y presidenta de la ONG Psicólogos Sin Fronteras en Venezuela, «la crisis económica venezolana somete al paciente a un estrés sostenido y le pone en terapia intensiva«.

«Quien gane se va a encontrar un panorama económico complicado«, afirma por su parte el economista Luis Oliveros, economista y decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad Metropolitana de Caracas.

Según los expertos consultados por RTVE.es, las perspectivas económicas son más esperanzadoras para este año ya que los venezolanos no padecen los niveles de desabastecimiento que sufrían hasta 2023, periodo que concluía con una tasa de inflación del 193%, pero la esperanza aún está lejos de convertirse en un certeza para los venezolanos.

El próximo mes de enero de 2025, el gobierno que asuma el poder tendrá que atender a numerosos retos que, como exponen los expertos, llevan años afectando al día a día de la gente, dos de los principales son: la depauperada calidad del sistema público de sanidad y la escasa capacidad de adaptación de la industria petrolera nacional al contexto actual.

«La macroeconomía ha registrado una mejora, aunque sin grandes alegrías»

«Entre el 2013 y el 2020 se esfumaron cerca de tres cuartas partes del PIB acumulado en Venezuela», explica Luis Oliveros, que añade que «aunque en los últimos años la economía venezolana ha registrado un crecimiento, no se puede hablar de recuperación de los niveles de 2013».

Pedro Caldentey, experto en Economía Latinoamericana e Integración Regional Comparada, coincide con este análisis y explica que, después de este duro periodo, «la macroeconomía ha registrado una mejora, aunque sin grandes alegrías». Ya que, Venezuela, recuerda el economista, «tenía los problemas típicos de un país petrolero: muchos ingresos y mucha desigualdad», que fueron también los «desequilibrios que dieron lugar al hundimiento del sistema de partidos políticos y dieron paso a Hugo Chávez».

Venezuela, expone Caldentey, es la cuarta economía latinoamericana en volumen, pero el ranking del Índice de Desarrollo Humano, que calcula el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y que valora el progreso de cada país, les sitúa en el puesto 119 de 193 a nivel mundial.

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El petróleo sigue siendo la clave de la economía venezolana

Desde 2022, el gobierno de Maduro ha tratado de hacer ajustes para atajar el problema de la desbocada inflación y ha adoptado una política fiscal restrictiva, lo que, además, según los economistas, ha coincidido con una mejora de los precios del petróleo.

Esta suma de factores se ha traducido en una previsión de crecimiento del PIB de Venezuela que se estima en un 4% para este 2024, según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), frente a la previsión que el Fondo Monetario Internacional (FMI) hace de un 3,2% a nivel mundial y un 2% en Latinoamérica.

Además, «la tasa anual de inflación a finales de 2024 va a estar en torno al 30% frente al 193% con el que se cerró el año 2023 y al 305% de 2022″, expone el economista. Caldentey invita a la prudencia ya que, según explica, «estos datos hay que verlos en función del decrecimiento de los años previos», pero «sin duda son unas buenas cifras», expone.

Luis Oliveros defiende que «ha sido un crecimiento bajo y, a pesar de que se han implementado políticas para atajar el problema de la inflación, estas políticas no son sostenibles en el tiempo si no se arreglan los problemas petroleros». La industria petrolera, explica el experto, «representa cerca del 95% de la generación de divisas del país y en el pasado llegó a representar hasta el 70% de los ingresos totales del país».

«Si en 1998 los niveles de producción se situaban en casi 3.500.000 barriles de petróleo y no alcanzaban para sacar a la gente de la pobreza, imagínate con los cerca de 900.000 barriles de hoy»

«Sin duda la industria más importante de Venezuela es todavía el sector petrolero», pero, «si en 1998, los niveles de producción se situaban en casi 3.500.000 barriles de petróleo y no alcanzaban para sacar a la gente de la pobreza, imagínate con los cerca de 900.000 barriles de hoy», sentencia el economista venezolano.

Oliveros defiende que hay que «revertir muchas cosas que se han hecho mal en la industria petrolera» y, aunque se muestra contrario a la privatización de PDVSA (empresa estatal venezolana de petróleo), expone que «hay que darle más participación al sector privado» y que esta participación, «cuente con seguridad jurídica».

 

Por otro lado, según explica Oliveros, al tener aún pendiente el pago de la deuda, al país «le cuesta mucho atraer inversión extranjera y no puede salir a los mercados a endeudarse». «Venezuela tiene que retomar las relaciones que tenía con las organizaciones multilaterales como el FMI o el Banco Mundial, que se han perdido con las sanciones y el gobierno interino», afirma.

El economista venezolano advierte que «los problemas en Venezuela requieren tiempo e inversión» y «gane quien gane el próximo 28 se va a encontrar con un panorama económico complicado«.

La falta de datos oficiales y transparencia del gobierno de Maduro es otro de los problemas a los que se enfrenta la ciudadanía, a nivel doméstico, y las institucionales internacionales, a nivel global, para poder calibrar la evolución de los indicadores. En esta línea, Oliveros expone: «PVDSA no publica su informe de gestión desde 2016» y «el Banco Central no publica datos del PIB desde cerca de 2019». Este problema se extiende a otros campos más allá del económico y afecta también al sanitario: «los venezolanos no sabemos de qué nos morimos o de qué enfermamos, el gobierno no hace públicos los datos», denuncia Huniades Urbina, médico pediatra intensivista y presidente de la Academia Nacional de Medicina de Venezuela.

La situación económica pone al paciente en «terapia intensiva»

La psicoterapeuta Siboney Pérez denuncia que los problemas económicos son uno de los principales motivos por los que venezolanos acuden a recibir terapia, según explica la experta, «esta situación merma los recursos emocionales y psicológicos que la gente tiene para manejar sus dificultades».

Tanto el doctor Urbina, como la psicóloga, Siboney Pérez, coinciden en que en Venezuela «el sistema sanitario público no garantiza una atención digna» y, según expone el presidente de la Academia Nacional de Medicina «solo entre un 5 y un 7% de los venezolanos puede permitirse un seguro médico privado». Además, según detallan, en el sistema público los pacientes son los que asumen los gastos del material médico, cirugía y anestesia de su intervención.

En relación al acceso a los medicamentos, los especialistas confirman que la situación de desabastecimiento se ha solucionado, pero explican que el problema ahora es el precio que en multitud de ocasiones no puede ser asumido por los pacientes. Como alternativa, hay muchas personas que optan por consumir, a pesar del riesgo, medicamentos que «no pasan los controles del Instituto Nacional de Higiene», expone Urbina.

Además, Urbina se lamenta de que «la cobertura vacunal en Venezuela se sitúa sobre el 50% cuando la tasa se considera que es buena si alcanza el 90%». Esta situación, explica, se deriva de la deuda que el país tiene con la Organización Panamericana de Salud (OPS), y «se está intentando paliar con donaciones internacionales», tesitura que el médico considera «peligrosa», ya que, según el experto, supone «dejar la salud de un pueblo en mano de donaciones».

La incertidumbre que acompaña al compás de espera que marca el reloj electoral de este domingo 28, explica la psicóloga Pérez, está causando muchos cuadros de ansiedad entre sus pacientes, que en algunos casos incluso «tienen planes de emigrar según qué pase en Venezuela».

A la espera de conocer estos resultados, el economista venezolano Olivares se decanta por una mirada compasiva y esperanzada hacia el futuro de su país: «Venezuela es un país que puede generar oportunidades en el sector energético, en el turístico, el comercial… Venezuela fue uno de los países más importantes de América Latina y puede volver a serlo haciendo las cosas bien, tenemos las herramientas para convertirnos en lo que ya fuimos«.