Gaza, desde la línea amarilla: sin rastro de vida entre polvo, arena y escombros

  • El corresponsal de TVE en Jerusalén, Marc Campdelacreu, ha entrado a la Franja con el Ejército israelí

  • Para los gazatíes es difícil ver la delimitación de la línea de repliegue del Ejército y se exponen a ser disparados

Escombros, polvo y completa devastación: TVE entra en Gaza
MARC CAMDELACREU (Vídeo) / RTVE.es (texto)

Ha pasado un mes desde la entrada en vigor del alto el fuego en la Franja de Gaza, pero eso no significa que la vida haya vuelto a la normalidad. En grandes extensiones de terreno en el enclave, todo lo que queda es polvo, arena, ruinas y escombros. Esa visión desoladora, casi apocalíptica, es la que se contempla desde las afueras de Ciudad de Gaza, en la parte aún bajo control israelí, a la que ha tenido acceso este miércoles el corresponsal de TVE en Jerusalén, Marc Campdelacreu.

Empotrado con el Ejército de Israel, Campdelacreu ha accedido a Shujaiya, barrio de las afueras de Ciudad de Gaza que ha quedado partido por la llamada línea amarilla, la linde de retirada de las tropas israelíes dentro de la Franja durante el alto el fuego. La zona, una de las más castigadas de Gaza, era considerada por Israel uno de los bastiones de Hamás y fue objeto de varias ofensivas militares terrestres israelíes en los dos años de guerra. Allí han mostrado accesos a túneles e infraestructura militar que supuestamente pertenecían al grupo islamista.

Desde que empezó de la masacre en Gaza, Israel ha prohibido a la prensa internacional entrar en la Franja. Después de mucha insistencia y una causa judicial abierta entre la Asociación de Prensa Extranjera y el Gobierno del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, el Ejército ha empezando a permitir ciertas visitas de periodistas extranjeros, controlados en todo momento por las fuerzas israelíes.

Un grupo de periodistas entra dentro de la línea amarilla de la franja de Gaza y se sencuentran un panorama «apocalíptico»

El barrio, destruido; la vida, desterrada

Desde la Shujaiya bajo control israelí se pueden ver algunos de los edificios que aún quedan en pie en Ciudad de Gaza a la que los palestinos que han sufrido un continuo éxodo durante la guerra han podido volver, la mayoría a las ruinas de lo que fueron sus casas.

Pero en la parte del barrio que se mantiene bajo control israelí no queda absolutamente nada, no hay ningún edificio en pie. El polvo inunda el ambiente y la mirada solo alcanza a ver montañas de arena y escombros.

El esfuerzo para la reconstrucción será ingente. Donde hace unos meses vivían miles de gazatíes, donde iban al mercado, a la escuela, a pasear, a visitar a sus familiares, solo hay ruinas y hierros que evidencian la destrucción masiva que ha llevado a cabo el Ejército israelí sobre la Franja.

En Shujaiya no hay rastro de vida humana, ni lo podrá haber en mucho tiempo porque la vida ha quedado también desterrada.

 

La línea amarilla, invisible a los ojos en esta zona

La línea amarilla está cerca, a unos 100 metros, pero no hay nada que lo indique. El Ejército asegura que ha empezado a delimitarla con bloques de hormigón pintados de amarillo por el norte y por el sur, pero en Shujaiya todavía no. Los portavoces militares consideran que el límite está suficientemente claro, porque han informado a través de altavoces a la población gazatí, pero lo cierto es que la delimitación es confusa.

Desde que se estableció esta línea, parte del acuerdo del alto el fuego entre Israel y Hamás, el Ejército israelí ha asesinado a decenas de palestinos, supuestos «terroristas» según las fuerzas, que se acercaban de manera «amenazante» a la delimitación a lo largo de toda la Franja.

Este miércoles, el Ejército ha afirmado haber matado a cinco milicianos que habían «cruzado la línea amarilla», cuatro de ellos interceptados al este de la delimitación en la zona de Ráfah, al sur del enclave palestino, mientras las tropas «operaban para desmantelar la infraestructura clandestina». El quinto miliciano ha sido asesinado mientras cruzaba la línea amarilla en Jan Yunis, también al sur de la Franja, «lo que representaba una amenaza inmediata», según informa el comunicado castrense.

En la gran mayoría de ocasiones, el Ejército israelí no ha proporcionado pruebas concluyentes de que las personas contra las que ha abierto fuego alrededor de la línea amarilla eran miembros de Hamás.

Los gazatíes han asegurado que no saben dónde empieza y termina esta línea porque Israel solo ha señalizado algunos de los puntos