Trump reduce un 10% los aranceles a China y Xi suspende las restricciones a las tierras raras tras una reunión «increíble»

  • Con este encuentro, Trump culmina una gira por Asia de la que ha obtenido varios acuerdos comerciales

  • Los aranceles eran el punto central de esta reunión y con esta reducción al 47%, ambos salen victoriosos

Donald Trump estrecha la mano de Xi Jinping durante una reunión bilateral en el Aeropuerto Internacional de Gimhae
Donald Trump estrecha la mano de Xi Jinping durante una reunión bilateral en el Aeropuerto Internacional de Gimhae REUTERS/Evelyn Hockstein
RTVE.es

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha culminado su gira por Asia con una esperada tregua con su homólogo chino, Xi Jinping, en la que se ha comprometido a reducir los aranceles un 10%. A cambio, el país asiático suspenderá las restricciones a las tierras raras anunciadas en octubre. Con esta cita, ambos mandatarios buscaban alcanzar un acuerdo que rebajara las tensiones comerciales entre Washington y Pekín y, según ha augurado el estadounidense, ambas potencias han llegado a pactos sobre soja y fentanilo tras un encuentro «increíble».

Los aranceles eran el punto central de esta reunión y con esta reducción al 47%, ambos han salido victoriosos. Washington ha aplicado esta rebaja en reconocimiento a la cooperación de Pekín en la lucha contra la epidemia de fentanilo. China pausará durante un año la aplicación de las medidas de control a la exportación de tierras raras y otros materiales estratégicos, adoptadas el pasado 9 de octubre.

En respuesta a los escollos a la exportación de tierras raras, un grupo de minerales clave en diversas industrias cuya producción y procesamiento China controla a nivel mundial, Trump había amenazado en las últimas semanas con imponer un gravamen adicional del 100 % a los productos chinos a partir del 1 de noviembre. Asimismo, según ha indicado el estadounidense, ambos han hablado sobre la venta de chips de Nvidia a China, sin concretar un acuerdo al respecto.

Un saludo lleno de halagos

La reunión empezaba con los halagos del estadounidense al líder chino, tras un apretón de manos, frente a las cámaras de televisión y flanqueados por las banderas de ambas potencias. «Tendremos una buena reunión, aunque es un negociador duro«, bromeaba Trump sobre Xi desde la ciudad portuaria de Busan. Después, con ambos sentados a la mesa de negociaciones, se ha mostrado confiado en que este encuentro se salde de forma positiva. Xi ha utilizado la misma dialéctica y, quitando hierro a los meses de conflicto mercantil, ha asegurado que «es normal que las dos principales economías del mundo tengan fricciones de vez en cuando».

La víspera, Trump dijo que la reunión podría alargarse hasta cuatro horas, sin embargo, una hora y media después de su primer saludo, la prensa china informó sobre su fin. Trump volvió a estrechar la mano de Xi y lo acompañó hasta su coche antes de que el presidente estadounidense fuera recibido con honores en el aeropuerto. «En una escala del 1 al 10, la reunión ha sido un 12», ha presumido el republicano a bordo del Air Force One de vuelta a Washington.

 

Antes de la cumbre, los negociadores de ambos países habían confirmado un «acuerdo preliminar» que, en principio, ambos mandatarios solo tendrían que ultimar. Se desconocen los detalles de este preacuerdo, pero se esperaba que este encuentro terminara con una prórroga de la tregua arancelaria que vence en noviembre. Antes de la reunión, Washington aplicaba aranceles del 57% a los productos chinos, tras haber alcanzado picos del 145%.

Sobre política exterior, Trump ha afirmado que Washington y Pekín «trabajarán juntos» para poner fin a la guerra de Ucrania. Ambos han evitado responder a preguntas de la prensa sobre Taiwán, territorio reclamado por China, y preguntado por una futura reunión con el líder norcoreano, Kim Jong-un, el republicano ha esquivado la pregunta, diciendo que había estado «demasiado ocupado».

Una semana de triunfos para la Casa Blanca

El presidente estadounidense ya aterrizaba optimista en Corea del Sur, tras una semana de triunfos para la Casa Blanca. En su gira asiática, Trump ya había pasado por Malasia y Japón, y de todas sus escalas se ha llevado promesas de inversiones gigantescas que se ajustan a sus deseos de «América first». Pero este jueves, Trump ha estado mucho más tenso de lo normal porque sabía que el acuerdo con China era mucho más difícil.

 

Pero no ha sido el único que ya llegado positivo a la reunión. Desde China, su portavoz de Asuntos Exteriores, Lin Jian, ha asegurado que su Gobierno está dispuesto a trabajar conjuntamente para obtener resultados positivos e impulsar una nueva dinámica.

Tensas relaciones entre Pekín y Washington

Trump y Xi se conocen bien. Se reunieron cinco veces durante el primer mandato del republicano, pero su último encuentro fue en 2019, en una cumbre del G20 celebrada en la ciudad japonesa de Osaka. Con la expansión imparable de la economía china, la rivalidad entre las dos superpotencias no ha hecho más que intensificarse, sobre todo desde que Trump regresó al poder en enero y lanzó su ofensiva proteccionista. Su estrategia comercial le ha funcionado con casi todos los países, menos con China, que fue el único que contraatacó. Washington respondió con una lluvia de aranceles punitivos, restricciones comerciales, listas negras de empresas y advertencias diplomáticas que, lejos de doblegar a Pekín, endurecieron su postura.

 

Luego de un verano de aparente paz, esta cumbre se produce tras semanas especialmente turbulentas. El 19 de septiembre, Donald Trump anunció la reunión tras una conversación telefónica «muy productiva». Pero los puntos de fricción no tardaron en aparecer. El 9 de octubre, Pekín decidió restringir sus exportaciones de tierras raras, poniendo en riesgo el ambicioso programa de reindustrialización de la Casa Blanca. El multimillonario neoyorquino denunció una maniobra «hostil», y, en uno de sus característicos cambios de humor, suavizó su postura.

Aun así, el acuerdo comercial no ha resuelto las disputas fundamentales entre las dos potencias. Con una política cada vez más proteccionista, era complicado que cualquiera de los dos hiciese grandes concesiones. Trump ve con recelo las maniobras diplomáticas de su homólogo, que intenta ganar el apoyo de las principales economías emergentes, y ha manifestado en reiteradas ocasiones su preocupación por los estrechos vínculos entre China y Rusia.

Los mercados bursátiles mundiales, desde Nueva York hasta Tokio, alcanzaron máximos históricos antes de la reunión, impulsados por la esperanza de un avance en esta guerra comercial que ha trastornado las cadenas de suministro y sacudido la confianza empresarial global.