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Su salida se debe al límite legal de 130 días para empleados especiales del Gobierno
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Durante su cargo, Musk despidió a 260.000 empleados federales y trató de desmantelar agencias gubernamentales
PorADRIÁN ROMERO RTVE
«Elon es uno de los líderes empresariales e innovadores más grandes que el mundo haya producido; dio un paso al frente para poner su gran talento al servicio de nuestra nación, y se lo agradecemos», ha afirmado Trump, y ha añadido: «Ha trabajado incansablemente para ayudar a liderar el programa de reforma gubernamental más radical y trascendental en generaciones».
Ataviado con su característica gorra y una camiseta con el logo ‘The Dogefather’ (en un juego de palabras con el título de la obra y película, The Godfather, —El Padrino—), Musk ha agradecido las palabras de Trump y ha reiterado los progresos de su organismo. «En términos de una diferencia entre el año fiscal 2025 y 2026, superan los 160.000 millones, y la cifra sigue aumentando. Esperamos que supere los 200.00 millones pronto; el equipo DOGE está haciendo un trabajo increíble» ha subrayado.
En apenas tres meses al frente, Musk despidió a 260.000 empleados federales y contratistas (el 12% del total), intentó desmantelar organismos como la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional y la Oficina para la Protección Financiera del Consumidor, y recortó contratos federales por valor de 32.000 millones de dólares. Aun así, quedó lejos de su meta inicial, consistente en reducir un billón de dólares el gasto público. Según cifras oficiales, DOGE solo logró ahorrar 175.000 millones.
Pese a estar lejos de su objetivo, Trump ha celebrado que «el servicio de Elon a Estados Unidos ha sido incomparable en la historia moderna». «Con todo su éxito, aceptó voluntariamente los abusos, calumnias, mentiras y ataques escandalosos porque ama a nuestro país pese a que viene de uno que está pasando por dificultades«, ha destacado, en referencia a la ascendencia sudafricana de Musk. Recientemente, y durante una visita del presidente sudafricano, Cyril Ramaphosa, a Washington, Trump criticó al Gobierno de Pretoria por permitir un supuesto «genocidio blanco«.
La alianza entre Musk y Trump no ha sido exclusivamente ideológica, también estratégica. Durante la campaña presidencial, Musk invirtió cientos de millones de dólares en el entonces candidato republicano y se convirtió en uno de los mayores beneficiarios de su regreso al poder. Como resultado, en poco más de un año, su patrimonio se ha duplicado gracias a la dotación de contratos, pasando de 170.000 millones a más de 330.000 millones de dólares, y sin que sus empresas hayan tenido mejoras sustanciales en su desempeño.
Cabe señalar, sin embargo, que la relación entre ambas figuras no ha sido siempre favorable. Su renuncia ha llegado apenas un día después de que criticara duramente el nuevo proyecto de ley fiscal republicano, calificándolo de «demasiado costoso» y contrario a los objetivos de DOGE. Unos comentarios que fueron rápidamente censurados por asesores cercanos a Trump, como Stephen Miller, y obligó a la Casa Blanca a tranquilizar a los senadores republicanos sobre el compromiso presidencial con el paquete fiscal.
Trump convierte la despedida de Musk en un mitin
Pese a que la rueda de prensa extraordinaria del presidente Trump tenía previsto abordar principalmente la despedida de Elon Musk, el mandatario no ha dudado en emplear su presencia ante los medios para presumir de sus políticas.
«Acaban de salir unas cifras bastante extraordinarias [de los ingresos personales de ciudadanos estadounidenses] y pensé en poneros un vídeo», adelantaba al inicio de la rueda de prensa. Posteriormente, ha mostrado a los presentes una grabación del editor de la cadena CNBC, Rick John Santelli, donde elogiaba la política económica y fiscal de Trump.
Durante su intervención, Trump también ha destacado su gira por Oriente Próximo, y cómo ha logrado poner a Estados Unidos en el foco de los países árabes. «Todos los líderes me dijeron lo mismo: Estados Unidos es el país ‘más popular’ [the hottest] del mundo en este momento. Hace seis meses pensábamos que estaba muerto, y lo habría estado si no hubiéramos tenido el resultado correcto el 5 de noviembre«, ha afirmado.
También ha tenido tiempo para criticar el anterior Gobierno del expresidente Joe Biden, y los conflictos heredados de su Administración. «Cuando me fui, no teníamos guerras. Cuando regresé, teníamos guerras por todas partes: Rusia y Ucrania, Israel… Nadie había visto algo así. Ahora tenemos algo que realmente está arreglándolo: impedimos que India y Pakistán combatieran, y estamos limitando que otros combatan también, porque, en última instancia, podemos luchar mejor que nadie», ha reiterado.
La forma de entender política de un magnate
Durante su estancia en la Casa Blanca, la forma de trabajo de Musk ha estado más próxima a la de un empresario que la de un político, en sintonía con la manera de gobernar de Trump.
En este contexto, la lógica de Musk se ha basado en romper con todo conocimiento heredado y rediseñar desde cero. Esta aproximación, que también ha aplicado en los productos de sus empresas Tesla y SpaceX, ha supuesto desmantelar un sistema funcional con recortes masivos, ocupaciones físicas de edificios públicos y un discurso que comparaba las agencias gubernamentales con «malas hierbas» que debían ser erradicadas.
A su vez, el modelo político de Musk se ha basado en gran medida en generar inversión directa en el poder gubernamental como palanca empresarial. En este sentido, Musk no ha ocultado su voluntad de alterar el sistema y reemplazar burocracia por empresa.
Pero hasta la relación privilegiada de inversor-benefactor política que inicialmente existía entre Musk y Trump ha comenzado a mostrar síntomas de fatiga. Su omnipresencia al inicio del segundo mandato disminuyó drásticamente en las últimas semanas. A comienzos de mayo, Musk declaró que solo viajaría a Washington «cada dos semanas«. En el Foro Económico de Catar de la semana pasada, llegó incluso a afirmar que reduciría su inversión política: «Creo que ya he hecho suficiente. Si veo una razón para invertir en política en el futuro, lo haré. Ahora mismo, no la veo«, admitió.
El futuro de Musk y DOGE
Pese a su partida, Musk no ha perdido ni renunciado a parte de los apoyos de la Administración Trump. Sin ir más lejos, la gira del presidente estadounidense a mediados de mayo en Oriente Próximo estuvo llena de acuerdos beneficiosos para las empresas del magnate. Uno de ellos fue la aprobación del Gobierno saudí para usar Starlink, el servicio de internet satelital gestionado por SpaceX.
Sin embargo, estos logros internacionales contrastan con el desplome financiero de sus empresas. Tesla, que representa el grueso de la fortuna personal de Musk, registró una caída del 13% en ventas y más del 70% de pérdida en beneficios en el primer trimestre de 2025. La empresa también ha enfrentado protestas y actos de vandalismo en Estados Unidos y Europa en reacción al rol de Musk en DOGE y su plan de recortes masivos.
Protestas en los concesionarios de Tesla por el papel de Elon Musk en el Gobierno de Trump
Aunque DOGE continuará sin Musk hasta 2026, su salida plantea interrogantes. La Casa Blanca ha asegurado que la agencia seguirá bajo la supervisión del gabinete de Trump, mientras que el magnate podrá asesorar algunas decisiones. «Musk irá y vendrá», ha recordado Trump. «Espero ser tanto un consejero como un amigo«, ha complementado Musk.
Se especula que el artífice del informe ultraconservador Project 2025, Russell Vought, podría tomar el relevo del organismo, si bien aún no hay confirmación oficial.