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El PSC comienza una dura negociación para conseguir un president socialista 14 años después
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PorMARÍA MENÉNDEZ RTVE
La victoria del PSC es clara superando la barrera psicológica de los 40 diputados- con 42 escaños en el Parlament– sacando siete representantes más que Junts+ y superando en 22 escaños a ERC, que se llevó un batacazo electoral este 12M en el que el bloque independentista pierde una mayoría incontestable desde hace más de una década.
Salvador Illa, subido a la ola de las encuestas durante toda la campaña, ya lo había ido avanzando- si ganaba, iría a un pleno de investidura- y tras el escrutinio lo confirmó en su comparecencia: «Asumo esta responsabilidad y, por consiguiente, en el momento en el que se haya constituido la Mesa del Parlament, manifestaré mi voluntad de presentar mi candidatura para presidir la Generalitat«. Durante la campaña, también ha lanzado una pregunta a los demás partidos: ¿Me van a bloquear?
Ahora comienza el baile de los pactos y las negociaciones en un escenario repleto de líneas rojas y vetos y con el añadido de que el resultado de esos acuerdos y alianzas es clave para el devenir de la legislatura de Pedro Sánchez, dependiente de los pactos con Junts y ERC, que ahora han cambiado de posición con los de Carles Puigdemont liderando ese espacio.
¿Qué sumas pueden convertir a Salvador Illa en el tercer president socialista, después de Pasqual Maragall y José Montilla?
¿Tripartito de izquierda PSC-ERC-Comuns?
Anulada la posibilidad de un nuevo Govern independentista- Junts+, ERC y CUP-DT suman 59 diputados, lejos de los 68 de la mayoría absoluta- todas las miradas se dirigen a la reedición de un tripartito de izquierdas, que ya se conformó en Cataluña de la mano de PSC, ERC e ICV-EUiA (antecesora de Comuns Sumar).
Con los votos de los 20 diputados de ERC y los seis de Comuns Sumar, los socialistas conseguirían exactamente la mayoría absoluta (68) para investir a Illa. No parece difícil que socialistas y ‘comunes’ pactasen emulando el Gobierno central de PSOE y Sumar, pero en esa terna el principal escollo lo plantean los republicanos y de las primeras palabras, tras el escrutinio, de Pere Aragonès, no se interpreta una voluntad para conformarlo ya que avanzó que al partido le toca pasar a la oposición para dar paso a la «nueva etapa» que se abre a partir de ahora en Cataluña.
Cierto es que durante la campaña Aragonès no ha descartado un pacto con el PSC, aunque había marcado sus condiciones y líneas rojas para sentarse a hablar: las «bases para un referéndum de independencia«, una «financiación singular» para Cataluña y «reforzar el Estado del bienestar y el catalán». Mientras que Comuns Sumar se ha mostrado partidaria de buscar esa unión a tres priorizando la agenda progresista por encima de la soberanista en una nueva etapa que se abre tras este resultado.
¿Podría buscar Illa el apoyo de Junts?
Es un escenario improbable por lo dicho hasta ahora, pero numéricamente posible ya que los 42 diputados del PSC y los 35 de Junts superan ampliamente la mayoría y alcanzan los 77 escaños. Es una combinación ‘anti natura’ entre el primero y el segundo en estas elecciones y ahora mismo es una opción inverosímil porque Puigdemont se ha pasado toda la campaña afirmando que en ningún caso investiría a Illa.
El expresident ya dejó claro tras el recuento electoral, además, que no le gusta la opción de la unión de los tres partidos de izquierda: «Un Govern tripartito, con una mayoría tan justa como en estos momentos, sigue siendo una mala opción para el país».
Y a pesar de que no hay suma independentista posible (incluso contando con los dos diputados de la extrema derecha independentista Aliança Catalana) Puigemont dijo, sin concretar, que el independentismo está en condiciones de «construir un Govern sólido, de obediencia netamente catalana».
¿Pacto de Illa con los ‘comunes’ y apoyos puntuales?
La suma entre el PSC y Comuns Sumar da 48 escaños, muy lejos de la mayoría absoluta, pero lo cierto es que Aragonès ha llegado a gobernar en la pasada legislatura con el Ejecutivo catalán con menos apoyo de la historia (33 de los 135 diputados). El socialista podría tratar de configurar un acuerdo cerrado con los ‘comunes’ y, a partir de ahí, apoyos puntuales con otras fuerzas políticas.
Sería seguir el modelo que ya exploró el PSC para dar la Alcaldía de Barcelona a Jaume Collboni- a pesar de que Xavier Trias (Junts) fue el más votado- por el que los socialistas consiguieron sumar los votos de los ‘comunes’ y del Partido Popular para, posteriormente, gobernar en solitario.
Cierto es que PSC, PP y Comuns Sumar, más allá de que no han dado pista alguna de un posible entendimiento para evitar un Gobierno independentista (imposible tras las urnas) o una repetición electoral, solo alcanzan entre los tres 63 diputados, a cinco de la mayoría absoluta. Los ‘populares’ han planteado durante la campaña la dificultad para hablar con Illa al que consideran un «independentista más». En el caso de Vox, ha llegado a decir que prefiere repetición electoral antes que hacer ‘president’ a Illa.
¿Es viable que Puigdemont busque una abstención del PSC para ser ‘president’?
Pese a la debacle del independentismo, que ha perdido la mayoría absoluta por primera vez desde el inicio del ‘procés’, Puigdemont dejó abierta la puerta a una alternativa que no pase por investir a Illa y lanzó ese mensaje sobre «construir un Govern sólido de obediencia netamente catalana«.
A la espera de mayor detalle, y por lo dicho por el candidato de Junts durante la campaña, puede entenderse que sugiere una fórmula independentista en minoría comandada por él, ahora líder del bloque secesionista, pero que necesitaría del apoyo indirecto vía abstención de ERC y del propio PSC, a cambio de blindar el apoyo de Junts y Esquerra al Gobierno de Pedro Sánchez.
De hecho, PP y Vox han vaticinado que la decisión sobre la gobernabilidad y sobre los acuerdos de Illa se tomarán en La Moncloa y ambos coinciden en que Sánchez dejaría caer a Illa para mantener el apoyo de las fuerzas independentistas.
¿Bloqueo y repetición electoral?
El nuevo Parlament tiene tiempo hasta el 10 de junio para constituirse y, a partir de entonces, su presidente abrirá una ronda de consultas en la que Illa se postulará para una investidura que, si se agotan los plazos, tendría lugar como máximo el 25 de junio, que sería entonces la fecha del prometido retorno de Puigdemont, sobre el que pesa una orden de detención, que se levantará tras la aplicación de la ley de amnistía.
Si el candidato a la investidura no obtiene el apoyo de la mayoría absoluta del pleno -como mínimo 68 de los 135 diputados-, dispondrá de una segunda oportunidad, 48 horas después, en la que le bastará la mayoría simple, más votos a favor que en contra, y si tampoco lo logra empezará una cuenta atrás de dos meses para volver a intentarlo, con el 25 de agosto como plazo límite.
En caso de vetos cruzados que conduzcan a un bloqueo absoluto, Cataluña se vería abocada a unas nuevas elecciones, convocadas automáticamente por el presidente de la Generalitat en funciones al cumplirse dos meses desde la primera votación de investidura, por lo que se celebrarían en octubre