Vecinos de la pareja de Alhama cuyo bebé murió con ellos en la cama cuando se acostaron ebrios relatan a la Policía que las juergas en la casa eran constantes
la opinión
Vecinos de la pareja de Alhama de Murcia investigados por el homicidio por imprudencia grave de su bebé de cuatro meses relataron a la Policía que les constaba que los adultos dejaban solos a sus cinco vástagos «para salir de fiesta y beber», indican a este diario fuentes cercanas al caso. De ahí que los investigadores tengan también en el punto de mira si existe una negligencia para con los menores por parte del matrimonio, al que la Policía Judicial de la Benemérita mantenía en libertad con cargos, pero en calidad de imputados por homicidio involuntario.
Se da la circunstancia de que los agentes que llegaron primero a la vivienda de la calle Valle de Leiva donde se produjo el óbito encontraron a los padres con evidentes síntomas de haber consumido alcohol en exceso, algo que confirmaba la prueba de alcoholemia a la que fueron sometidos: dio positivo.
Los vecinos insistieron en que habían llamado más de una vez a la Policía porque escuchaban «escándalos» a altas horas de la noche
Al domicilio se movilizaron sanitarios en una unidad médica de emergencia (UME), que intentaron reanimar al pequeño, sin éxito, y dos agentes de la Policía Local, que tomaron declaración a los padres in situ y detectaron que ambos mostraban síntomas de encontrarse bajo los efectos de algún tipo de sustancia, y ambos admitieron que la noche antes habían ingerido bebidas alcohólicas. La pareja dijo que el bebé dormía en la misma cama que ellos y que, al despertarse, fue cuando se dieron cuenta de que no reaccionaba.
De uno a cuatro años de cárcel
Al lugar se desplazaron, en concreto, un médico, un enfermero, una decena de agentes de la Policía Local de Alhama de Murcia, agentes de la Benemérita, un miembro de la Policía Judicial del citado Cuerpo, un forense, el juez y el secretario judicial. El cuerpo del pequeño fue trasladado al Instituto de Medicina Legal, donde la autopsia confirmará la causa del óbito.
Detalla el vigente Código Penal que quien «por imprudencia grave causare la muerte de otro, será castigado, como reo de homicidio imprudente, con la pena de prisión de uno a cuatro años», pena a la que podrían enfrentarse los padres si la investigación concluye que hay indicios para juzgarlos por ello.
Fuentes cercanas al caso apuntaron que, por el estado del niño, presumiblemente llevaba muerto más de una hora cuando los padres se percataron de que no respiraba y avisaron a Emergencias. La principal sospecha con la que trabaja el Instituto Armado es la de que los padres, al estar ebrios, aplastasen sin querer al bebé en la misma cama, sin darse cuenta, o le diesen un golpe sin querer, aunque será el informe del forense el que arroje luz sobre este extremo. Allegados del matrimonio, por otro lado, defienden que pudo tratarse de una muerte súbita.
Se da la circunstancia de que la madre, cuando tenía 19 años de edad, ya perdió a un hijo, por causas desconocidas, en su país natal, Bolivia.