Los santos Justo y Pastor, también conocidos como los Santos Niños, (Alcalá de Henares, 297 y 295 – Alcalá de Henares, 304) fueron unos mártires hispanorromanos ejecutados en el 304 en Alcalá de Henares por orden del prefecto de la ciudad Publio Daciano (o Dacio),[1] durante la persecución de Diocleciano. Justo y Pastor, que contaban con 7 y 9 años respectivamente, se negaron a abjurar del cristianismo.