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El Gobierno cierra filas con el ministro tras las múltiples peticiones de dimisión a izquierda y derecha de la política
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Sánchez ordenó que se rescindiera el contrato de Interior para la compra de balas a Israel para salvar la coalición
PorROCÍO GIL GRANDE RTVE

Fuentes de Moncloa a RTVE aseguran que Marlaska “nunca ha estado ni medio cuestionado” en los últimos días tras el escándalo por el contrato que Interior tramitó en plena Semana Santa con una empresa israelí para la compra de balas para la Guardia Civil, aunque admiten que fue «un gran error». El contrato, que trascendió varios días más tarde, desató una crisis entre el PSOE y su socio de coalición, Sumar, y afectó directamente al compromiso de Sánchez con Palestina. El Gobierno en su conjunto ha cerrado filas este viernes con el ministro del Interior.
Las críticas de la propia Díaz habían sido contundentes. “Es una vulneración flagrante de los acuerdos”, llegó a decir, y solicitó la rectificación “inmediata” y la comparecencia del ministro. Díaz habló personalmente con Marlaska y con Sánchez para enmendar su “error” y, tras ello, ha suavizado las palabras contra el ministro pese a que en Sumar llegaron a pedir su dimisión.
“Rectificar nos hace mejores”, ha dicho este viernes en una entrevista en RNE, preguntada por si el ministro ha quedado desautorizado por Sánchez y si debe dimitir. Ella misma ha reconocido que en el pasado ha tenido que rectificar algunas decisiones tomadas en su ministerio. Además, ha destacado el “cariño” que le tiene al ministro, pese a las discrepancias propias de sus distintas formaciones políticas, y ha destacado de él que es “una persona extraordinaria”.
No es la primera crisis que salpica a Marlaska, que ha estado en el ojo del huracán en el pasado por la transferencia de competencias en materia migratoria a Cataluña, por el fracaso de la derogación de la ley mordaza o por la tragedia de la valla de Melilla en 2022, en la que murieron más de una veintena de migrantes. También, por el asesinato de dos agentes de la Guardia Civil arrasados por una narcolancha en Barbate o la crisis migratoria en Canarias por el hacinamiento de migrantes en el muelle de Arguineguín.
Pese a todo, el ministro del Interior es uno de los pocos que se mantienen con Sánchez desde que configuró su primer gobierno en 2018 y todo hace prever que seguirá así.
El Gobierno espera la demanda de la empresa israelí: “Veremos quién gana”
Pero la polémica por el contrato de compra de balas a Israel, por un valor de 6,6 millones de euros, no termina aquí. La propia Díaz se ha mostrado convencida de que habrá un litigio con la empresa israelí. “Veremos quién gana”, ha expresado en RNE, si bien ha defendido que la rectificación del Gobierno en el contrato es “completamente legal”. Inicialmente, Interior había llevado adelante el contrato alegando que la Abogacía del Estado indicaba que no se podía rescindir, pero Díaz ha asegurado que hay fórmulas legales para ello.
Según ha podido saber RTVE, la fórmula que va a emplear el Gobierno para rescindir el contrato es denegar a la empresa israelí IMI System la autorización de la importación de material de defensa. Así, el Ejecutivo podría ampararse en que no se pueden recibir las balas.
Fuentes jurídicas informan de que la empresa podría reclamar una indemnización por la vía contencioso-administrativa de, como mucho, el 3% del valor del contrato, lo que supone un importe de unos 180.000 euros que Sánchez está dispuesto a pagar para salvar la coalición. Y es que cabe recordar que IU amagó con romper y con la salida de la ministra de Infancia y Juventud, Sira Rego (la cuota de Izquierda Unida) del Ejecutivo. Esta cantidad, prosiguen las fuentes, se debe a que el Tribunal Supremo estipula que las empresas solamente pueden reclamar el beneficio industrial estimado.
Sin embargo, la repercusión de la decisión de rescindir este contrato va más allá, ya que hay actualmente otros nueve contratos pendientes del Gobierno con empresas israelíes. Desde Moncloa, aseguran que no se van a formalizar excepto dos de ellos, y es que Defensa alega que hay un componente tecnológico que se necesita para lanzacohetes y misiles que solamente fabrica Israel.
Todo, después de que el propio Pedro Sánchez asegurara en el Congreso, el pasado 10 de abril, que no había “ninguna operación” de compraventa de armas con Israel desde que estalló la guerra en Gaza el 7 de octubre de 2023.
“No podemos obviar que se está cometiendo un genocidio en Palestina”, ha subrayado Díaz. Igualmente, el ministro Óscar Puente ha subrayado que España «es un país muy comprometido con la paz y con el pueblo palestino»: «Eso está por encima de cualquier coyuntura y cualquier contrato.
Sin embargo, el Gobierno ha adjudicado desde el estallido de la guerra en Gaza 46 contratos a industrias militares israelíes por valor de más de 1.044 millones de euros, según el análisis realizado por el Centre Delàs d’Estudis per la Pau a partir de los datos recogidos en la Plataforma de Contratación del Estado.
Israel acusa al Gobierno de “sacrificar la seguridad”
El contrato no solo ha generado tensiones a nivel nacional, donde el PP ha anunciado que llevará ante el Tribunal de Cuentas la rescisión del mismo de forma “arbitraria” y por “motivos políticos”. Y es que la rescisión se produjo pocas horas después de que el contrato fuera publicado en el Boletín Oficial del Estado.
El gobierno israelí de Benjamin Netanyahu ha acusado al Ejecutivo español de haber “sacrificado consideraciones de seguridad por fines políticos”. Le ha respondido el ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares, que ha cargado contra Israel por los «miles de civiles, mujeres, niños y trabajadores humanitarios» muertos en sus operaciones militares en Gaza y Cisjordania.
Lo ha hecho en un mensaje en la red social X, donde no ha hecho ninguna referencia explícita a la rescisión del contrato. Sin embargo, ha exigido de nuevo un alto el fuego: «La entrada de ayuda humanitaria tiene que ser inmediata. Exijo el acceso a alimentos y medicamentos».