Restitución de rótulos toponímicos en las huertas de Ricote y Ojós desde el Ecomuseo «Legado Vivo»

Los artífices de la actuación en La Muña: Pilar Garrido, Rafael Guillamón, Jesús Joaquín López, Pepe Molina, Miguel Banegas, Enrique Banegas, Celedonio Moreno, Iván Rojo, César Castro y Pedro Rojo. GUILLERMO CARRIÓN / AGM

Reportaje fotográfico de las actividades de «La Carraila» y «Caramucel»

Fotografías de este artículo de Wayna Miñano

Ayer sábado 22 de noviembre se presentó la reposición de rótulos toponímicos en las huertas de Ricote y Ojós, que fue desarrollada por la Asociación Cultural “La Carraila” desde el Ecomuseo “Legado Vivo”, con el patrocinio del Patronazgo Cultural “Yuse Banegas” y la colaboración de los ayuntamientos de Ricote y Ojós, la Sede Permanente de la Universidad de Murcia en Ricote y Caramucel, naturaleza e historia. Siete han sido los rótulos instalados en estos espacios agrícolas tradicionales con el objetivo de seguir recuperando y promocionando la toponimia del Valle de Ricote, que han venido a restituir a algunos de los que se colocaron entre los años 2014 y 2021, que suman un total de 22 azulejos toponímicos.

En origen, los rótulos fueron instalados con motivo de las actuaciones realizadas desde las asociaciones “La Carraila” y “Caramucel, naturaleza e historia” para crear y señalizar con voluntariado la Ruta de la Huerta de Ricote en 2014 y la Ruta del Salto de la Novia de Ojós en 2016, contando con la colaboración de los respectivos ayuntamientos valricotíes. Desde entonces, algunos de los rótulos habían sufrido actos vandálicos, habiendo sido necesaria una acción para su restitución, que ha contado la arabista Pilar Garrido Clemente, directora de la Sede Permanente de la Universidad de Murcia en Ricote, quien revisó los étimos de los topónimos de clara ascendencia árabe, cuyas transcripciones aparecen en algunos de los rótulos. Como en otras actuaciones impulsadas desde el Ecomuseo “Legado Vivo”, la presente ha sido patrocinada por el Patronazgo Cultural “Yuse Banegas”, cuyo representante Miguel Banegas García también estuvo presente durante el paseo realizado por el inicio de la Ruta de la Huerta de Ricote, donde se visitaron los rótulos que dan nombre a los parajes de Lionero, Cabezo Blanco, La Romana y La Muña.

 

Una de las paradas de la visita guiada por Jesús Joaquín López Moreno fue el paraje de La Muña. Como reza el rótulo toponímico, el término viene del árabe munya, con el significado de “huerto”, que, en los siglos centrales de la Edad Media, hacía referencia a una propiedad agrícola de recreo, con una casa rodeada de jardines y tierras de labor, que servía de residencia ocasional a un propietario de alta capacidad adquisitiva. La presencia de esta almunia andalusí oculta, detectable por toponimia en la Huerta de Ricote, estaría en relación con el dicho popular que todavía se escucha en boca de los lugareños más longevos: “Rico Ricote, rico serás. Si la Olivera de la Muña hablara, qué felicidad”. Otros topónimos árabes diseminados por este espacio agrícola tradicional confirman que la Huerta de Ricote fue diseñada, confeccionada y puesta en producción en el periodo andalusí, en total correspondencia con la cultura material de los yacimientos arqueológicos de su alrededor. Hablamos de los topónimos “La Romana” (rummāna = “granado”) y “Lari” (ḥāris = “guardia”), cuyos rótulos también han sido restituidos en la huerta ricoteña.

En la Huerta de Ojós también se ha repuesto el topónimo “Gasca”, que procede del árabe galqa (“huerto cerrado con muros”), cuyas tapias todavía persisten. En el itinerario patrimonial de la Ruta del Salto de la Novia destaca el rótulo que hace referencia a esta angostura fluvial, que procede del latín saltus novus, con el significado de “nuevo desfiladero”, como ya indicara Antonino González Blanco. El nombre de lugar haría referencia al paso restituido durante la romanización para acondicionar el camino que recorría el Valle de Ricote por la margen derecha.

 

Como en el pasado, la Asociación Cultural “La Carraila” ha vuelto a recurrir a la Alfarería “El Polo”. Esta empresa totanera ha sido la encargada de confeccionar los rótulos pintados a mano y cocidos al horno, en base de azulejo blanco de 20 x 20 centímetros, que reproducen la misma tipología de los dados en el Valle de Ricote desde la segunda mitad del siglo XIX. En concreto, a través de la actuación VALLENIMIA del Ecomuseo “Legado Vivo”, están señalizados los parajes ricoteños de Lionero, Cabezo Blanco, La Romana, Los Molinos, La Muña, La Hoya, Balsica Vial, Las Balsas, Parabailla, Balsones y Lari. Lo mismo se ha realizado en la Huerta de Ojós con la recuperación y promoción de los nombres de lugar La Canal, El Vinar, La Carrera, Huerta de Abajo, El Molino, Salto de la Novia, La Coya, La Cuna, Albollones, Gasca y Estrecho del Solvente. Desde la Asociación Cultural «La Carraila» se pretende ampliar la actuación al resto de poblaciones del Valle de Ricote.

Objetivo de la actuación VALLENIMA del Ecomuseo “Legado Vivo”

Los nombres de lugar vigentes o desaparecidos del Valle de Ricote constituyen un rico patrimonio cultural inmaterial; topónimos que proporcionan información sobre el poblamiento y la lengua que los generó, que son merecedores de promoverse y, en algunos casos, recuperarse para que continúen formando parte de la identidad de la sociedad valricotí. Desde el Ecomuseo “Legado Vivo” se está contribuyendo a este objetivo con la instalación de azulejos toponímicos pintados a mano y cocidos al horno, de la misma tipología de los pocos que se han conservado en la comarca desde que fueran instalados hace siglo y medio. Ricote y Ojós han sido los primeros términos municipales en los que se ha ejecutado la actuación.

PARA SABER MÁS, ACCEDA A LA ACTUACIÓN VALLENIMIA