Condenada una mujer por agredir sexualmente a su sobrino de 13 años con discapacidad en Cehegín

Mujeres participan en una movilización contra la violencia hacia la infancia. PIM

La madre del menor sorprendió a su cuñada masturbando al pequeño y, cuando le preguntó qué hacía, ella indicó que estaba «jugando»

LA OPINIÓN

Una mujer de 38 años de edad ha sido condenada a dos años de cárcel por agredir sexualmente a su sobrino, un niño con una discapacidad intelectual del 39%, cuando el pequeño tenía 13 años de edad. Los hechos se produjeron en la vivienda del menor y sus padres, en la localidad de Cehegín, y por dos veces la madre sorprendió a su cuñada mientras masturbaba a la víctima, se lee en el relato de hechos probados de la sentencia, a la que ha tenido acceso este periódico. Fuentes judiciales apuntaron que, aunque la resolución de la Audiencia Provincial de Murcia no era firme, no fue recurrida. La condenada, sin antecedentes, no ingresó en prisión.

La primera agresión sexual probada tuvo lugar en mayo de 2020, en el salón del domicilio familiar. La madre descubrió cómo la hermana de su esposo realizaba tocamientos al niño en sus genitales, mientras el pequeño veía vídeos de Yotube en el sofá. Tres años después, en el juicio, la madre declararía que, cuando preguntó a su cuñada qué hacía, ella contestó que estaba «jugando» porque vio que el niño tenía «el miembro muy desarrollado», pero que no pasaba nada.

Cuando la mujer contó a su esposo lo que había visto, el hombre quitó hierro al asunto y dijo que no sería nada

Cuando la mujer puso en conocimiento de su marido lo que había pasado, el hombre quitó hierro al asunto y dijo que no sería nada. Sin embargo, a finales de ese mismo mes la mujer presenció una escena simular en el dormitorio del niño: descubrió de nuevo a la tía realizando una masturbación al pequeño.

La madre también explicó en la vista que no denunció entonces por varios motivos: porque la agresora era su cuñada y porque no quería «descubrir a su hijo por vergüenza», ya que Cehegín es un pueblo pequeño. Un año después, fueron los psicólogos que atendían al chiquillo (por un problema de acoso escolar) los que contactaron con la madre y le preguntaron qué problema había con la ‘tata’, por qué el niño no podía verla.

Los psicólogos que atendían al niño instaron a la familia a denunciar

La madre contó lo sucedido y los profesionales en salud mental la instaron a poner en conocimiento de la Guardia Civil lo que había visto. Así lo hizo, la sospechosa y fue detenida y comenzó entonces el periplo judicial.

4.000 euros de indemnización

La acusada negó rotundamente haber abusado de su sobrino, pero la declaración de la madre (que fue testigo de los tocamientos dos veces), los informes de diferentes psicólogos y el testimonio de la propia víctima (que fue «veraz, creíble y verosímil», consideró el tribunal) fueron suficiente para condenar a la mujer.

Además de los dos años de cárcel, la agresora no podrá acercarse a menos de cien metros del pequeño ni comunicarse con él por medio alguno durante los próximos cuatro años. Tendrá que indemnizar a su víctima con 4.000 euros. Asimismo, la mujer estará un lustro en régimen de libertad vigilada, el mismo tiempo durante el cual queda inhabilitada para cualquier trabajo que implique contacto con menores.