-
Se trata de la última aparición por «sorpresa» del pontífice, de 88 años, durante su convalecencia
-
El Vaticano ha acogido la celebración de la procesión y la misa del Domingo de Ramos
PorRTVE.es / AGENCIAS
Después Francisco ha paseado en silla de ruedas entre los fieles y se ha detenido para hablar con algunos de ellos. Ha sido una aparición breve de unos diez minutos, pese a que este domingo en Roma es un día de viento y a que ha lloviznado al comienzo de la misa. El encargado de presidir la homilía ha sido el cardenal Leonardo Sandri.
Se trata de la última aparición por «sorpresa» del pontífice, de 88 años, durante su convalecencia en su residencia de la Casa Santa Marta, desde que el pasado 23 de marzo salió del del hospital Gemelli de Roma después de 38 días ingresado por una neumonía bilateral y otros problemas respiratorios. El sábado el papa acudió también a la basílica de Santa María la Mayor para rezar antes de la Semana Santa.
Tras su reaparición del pasado domingo en la plaza vaticana, durante el Jubileo de los enfermos, Francisco ha salido en otras dos ocasiones de la residencia y recibió por sorpresa a los reyes del Reino Unido, Carlos y Camila, a pesar de que los médicos estimaron que debía permanecer al menos dos meses de reposo.
Pide «tender la mano» al que no puede más
En la homilía leída en su nombre en la misa del Domingo de Ramos, la celebración que abre los ritos de la Semana Santa, Francisco ha pedido «tender la mano al que ya no puede más».
«La pasión de Jesús se vuelve compasión cuando tendemos la mano al que ya no puede más, cuando levantamos al que está caído, cuando abrazamos al que está desconsolado», ha indicado el pontífice en un texto leído por el cardenal argentino Leonardo Sandri.
Esta jornada, la plaza, con más de 20.000 fieles presentes, estaba engalanada con las ramas de olivo y palmas que los fieles, religiosas y miembros de la Curia habían portado en procesión antes de la misa, recordando la entrada triunfal en Jerusalén de Jesús de Nazaret. Antes de la ceremonia, tuvo lugar la procesión el obelisco central de la plaza de San Pedro, donde las ramas fueron bendecidas.