Noboa valida en las urnas su apuesta por la militarización de la seguridad en Ecuador: «Va a seguir con ese proceso»

  • El ganador de las elecciones gozará de más apoyo parlamentario, pero tendrá que tejer alianzas

  • Los analistas consultados creen que el correísmo ha tocado techo electoral y puede dividirse

PorMIGUEL CHARTE  RTVE

Análisis del resultado de las elecciones en Ecuador
El presidente de Ecuador, Daniel Noboa, durante la votación en la jornada electoral REUTERS/David Diaz Arcos
7 min.El actual presidente de Ecuador, el conservador Daniel Noboa, ha ganado la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, y por tanto permanecerá en el cargo. Lo ha hecho con cerca del 56% de los votos, una ventaja de 12 puntos sobre su rival, la ‘correísta’ (izquierda) Luisa González, que por el momento no ha reconocido los resultados y ha adelantado que va a pedir un recuento.

Noboa, que llegó al poder en 2023 cuando Guillermo Lasso se vio obligado a convocar elecciones sin terminar la legislatura, tendrá que afrontar los mismos retos que entonces: tejer alianzas en la Asamblea Nacional, atajar la violencia criminal y reflotar la economía. Sin embargo, lo hará reforzado, con más apoyos en el legislativo y con su estrategia de ‘mano dura’ contra las bandas criminales refrendada por las urnas.

«La militarización es algo que él ha puesto en campaña, y se supone que ha sido validada por la votación», destaca Anna Ayuso, investigadora sénior para América Latina de CIDOB, quien recuerda que, por el contrario, Noboa no ha presentado un «plan de recuperación económica».

«El principal mensaje que ha calado es el de la mano dura contra la violencia, es el modelo de Nayib Bukele [presidente de El Salvador] adaptado a las circunstancias ecuatorianas«, ha declarado en el Canal 24 Horas de TVE Carlos Malaud, investigador del Real Instituto Elcano (RIE). «Ahora Noboa tiene cuatro años para llevar adelante sus proyectos, no tiene excusas»

«La situación que tiene Noboa para los próximos cuatro años es mejor que la que había heredado», opina por su parte Silvio Falcón, politólogo especializado en procesos electorales en América Latina.

 

El primer obstáculo: la denuncia de fraude

El primer obstáculo para Noboa, no obstante, será que su victoria sea reconocida por su rivalque ha denunciado fraude. González no ha concretado su denuncia, su mentor, el expresidente Rafael Correa, ha subrayado que es «imposible» que la candidata de Movimiento Revolución Ciudadana (MRC) haya obtenido exactamente el mismo porcentaje que en la primera vuelta (el 44 %), sin sumar más votos, a pesar de la ausencia del resto de candidatos y de sus pactos con otras fuerzas, principalmente las indigenistas.

Los analistas consultados por RTVE.es coinciden en calificar de «extraño» y «sorprendente» ese porcentaje, pero creen que podría explicarse por otros motivos, y recuerdan que las misiones de observación tanto de la Unión Europea (UE) como de la Organización de Estados Americanos (OEA) han validado el proceso electoral.

Anna Ayuso cree que la denuncia tendrá «poco recorrido», y destaca la gran diferencia de votos obtenidos entre ambos candidatos (más de un millón a favor de Noboa). «Aunque hubiera habido fraude de algún tipo, no sería suficiente para conseguir esas diferencias», ha declarado a RTVE.es.

«El resultado me parece incontestable», coincide Malamud, y las denuncia de irregularidades «tiene muy escaso recorrido porque la diferencia es muy amplia».

Por su parte, Silvio Falcón, califica de «sorpresiva» la reacción de González. «El correísmo siempre había aceptado los resultados, han perdido en diferentes situaciones y ha habido otro tipo de denuncias, por ejemplo contra el mundo judicial, pero nunca habían acusado de fraude, en este caso al Consejo Nacional Electoral».

Un presidente reforzado ante el Legislativo

El choque con la oposición puede trasladarse al Legislativo. Guillermo Lasso tuvo que convocar elecciones ante la imposibilidad de que la Asamblea Nacional aprobara sus leyes. En estos 18 meses desde que llegó al cargo, el partido de Noboa conformaba una estrecha minoría. Pero ahora, el presidente está en mejor posición: en las legislativas celebradas el 9 de febrero, junto con la primera vuelta de las presidenciales, su partido, el Acción Democrática Nacional (ADN) quedó por delante del MRC en porcentaje de votos (43 frente al 41 %), aunque el correísmo tiene un diputado más (67 frente a 66). Entre ambos hay varias formaciones a las que Noboa tendrá que atraerse.

«Tendrá que ver si es capaz de generar un diálogo y hacer pactos con esos partidos – confirma Anna Ayuso – Hasta ahora no lo ha hecho porque tampoco tenía la posibilidad. No ha sido un presidente especialmente dialogante».

La investigadora del CIDOB apunta a que un reforzado Noboa puede intentar «aprovechar la inercia del apoyo popular para plantear algún algún tipo de plebiscito» que le permita emprender reformas de mayor calado, incluso constitucionales.

«La situación que tiene Noboa para los próximos cuatro años es mejor que la que había heredado», coincide Falcón. Además, señala, «en toda América Latina el oficialismo tiene la capacidad de tejer alianzas, y Ecuador no va a ser una excepción».

El politólogo cree, no obstante, que la vocación del presidente será gobernar en lo posible desde el Ejecutivo, con el uso de decretos, como ha hecho ya con los estados de excepción.

Modo DigitalContinúa la «mano dura» de Noboa con retos en seguridad y economía

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Los votantes validan la militarización

El gran reto será acabar con la ola de violencia criminal. Las rutas de la cocaína que proviene de Colombia con destino a lugares de paso, principalmente en Centroamérica, y de allí a los centros de consumo en Europa y EE.UU. han convertido a Ecuador en un país inseguro.

La seguridad ha sido uno de los principales argumentos de Noboa, que ha blandido su llamado «Plan Fénix»: un plan que se mantiene en parte secreto, que ha sacado a los militares a las calles, ha multiplicado las detenciones y que promete la construcción de megacárceles. Un programa de ‘mano dura’ al estilo de Nayib Bukele en El Salvador, que sin embargo no parece haber cumplido con su objetivo: pese a la declaración de varios estados de excepción (el último, coincidiendo con las elecciones), la violencia no ha remitido.

 

Con los resultados de este domingo, Noboa puede interpretar que su enfoque de seguridad ha visto refrendado en las urnas. «La militarización es algo que él ha puesto en campaña, y se supone que ha sido validada por la votación – afirma Ayuso – Creo que va a seguir con ese proceso».

Falcón confirma en que, con los datos del CNE en la mano, «sí que que ha recibido apoyo popular, la gente se alinea con esta propuesta de máximos en términos de seguridad».

Malamud señala, que, por el contrario, Luisa González hablaba de mayor seguridad pero con respeto a los derechos humanos. «Esto obviamente es lo que tiene que ocurrir, lo que no está ocurriendo en El Salvador, pero ese no es el mensaje que espera escuchar la población» en una sociedad «atemorizada y cansada de tanta violencia».

Noboa podría dar un paso más y pedir ayuda a Estados Unidos. Para ello tendría que reformar la Constitución, que prohíbe la presencia de militares extranjeros en suelo ecuatoriano.

Sin plan económico

Pobreza, desempleo, falta de crecimiento económico y crisis energética: la situación económica de Ecuador puede no ser tan acuciante como la de seguridad, pero es igualmente negativa.

Noboa, vástago de una familia de magnates bananeros, se ha manifestado afín al empresariado y a la iniciativa privada, y ha sido saludado como un igual por los neoliberales, pero hasta ahora no ha presentado un plan económico concreto, tampoco durante la campaña. El presidente ha llamado a la inversión internacional, pero para atraer inversores se necesita seguridad en las calles.

«Viendo los debates electorales no se aprecian unas propuestas económicas más allá de lo ortodoxo, de encuadrarse en una internacional neoliberal o de un enfoque pro-mercado», considera Falcón. «Ecuador podría ser por ejemplo un hub [nudo de comunicaciones] portuario, o promocionar la pesca, pero estos temas no parecen ser centrales en la propuesta de De Noboa. Dudo que sea capaz de articular un programa más o menos novedoso», asegura el politólogo.

Anna Ayuso recalca que la prioridad en el primer gobierno de Noboa ha sido la seguridad, y no ha habido planificación económica. «Quizá ahora, con la posibilidad de tener por delante cuatro años, de poder planificar a medio plazo, sea capaz de presentar un plan de recuperación económica, cosa que hasta ahora no ha hecho».

 

El correísmo no gana apoyo indígena y podría dividirse

Otra de las incógnitas que dejan las elecciones es qué pasará con el correísmo, el movimiento político en torno al expresidente Rafael Correa y encuadrado actualmente bajo las siglas del MRC.

El correísmo ha encadenado tres derrotas tras la ruptura con Lenín Moreno. Para la segunda vuelta de las presidenciales, Luisa González llegó a un acuerdo con la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE) y con su brazo político, Pachakutik. Sin embargo, en las regiones con un voto indígena más importante (Chimborazo, Cotopaxi, Imbabura o Bolívar), González no ha sumado o incluso ha perdido apoyos, y la candidatura de Noboa ha logrado unos resultados abultados, lo que indicaría que el acuerdo no ha sido respaldado por el voto indígena de base.

«Buena parte de la población indígena se decantó por votar a favor del presidente» por el «rechazo» que genera Correa, considera Carlos Malamud, aunque añade que «ninguno de los dos candidatos movían al entusiasmo».

Anna Ayuso apunta a que el correísmo ha podido tocar «un techo electoral», y que a partir de ahora aflorarán las divisiones internas.

«Poco antes de las elecciones salieron a la luz una serie de de chats y correos en los que unos sectores insultaban a otros, aunque han hecho piña para los comicios. Probablemente, una vez pasadas las elecciones, y sin haber conseguido el objetivo, se va a abrir la lucha, y en pocos meses veremos cómo saltan todas esas disensiones internas».

«Luisa González ha quedado muy tocada por su vinculación con Rafael Correa. – añade la investigadora del CIDOB – Hay un sector del correísmo que ya piensa que Correa es más un estorbo que un activo».