Muere a los 89 años el expresidente de Uruguay José Mujica, el último líder de la izquierda latinoamericana

  • Conocido popularmente como Pepe, fue presidente de Uruguay entre 2010 y 2015

  • Fundó el Movimiento de Participación Popular, formado por excombatientes de la guerrilla de los Tupumaros

PorSARA GÓMEZ ARMAS  RTVE

El expresidente de Uruguay José Mujica muere a los 89 años por un cáncer de esófago
4 min.El expresidente de Uruguay y exlíder guerrillero José Mujica ha fallecido este martes a los 89 años a causa de un cáncer de esófago e hígado; el adiós del último líder de la izquierda latinoamericana.

«Con profundo dolor comunicamos que falleció nuestro compañero Pepe Mujica. Presidente, militante, referente y conductor. Te vamos a extrañar mucho Viejo querido. Gracias por todo lo que nos diste y por tu profundo amor por tu pueblo», ha confirmado el presidente uruguayo, Yamandú Orsi, en las redes sociales. La esposa de Mujica, Lucía Topolansky —exvicepresidenta y exsenadora del país— anunciaba horas antes que el expresidente se encontraba en «fase terminal» y bajo cuidados paliativos.

Mujica, al que se conocía popularmente como Pepe, gobernó Uruguay entre 2010 y 2015. El exlíder guerrillero ganó las elecciones presidenciales en noviembre de 2009 y se comprometió a adoptar una postura moderada desde la izquierda. Mujica, que libró una revuelta armada contra el Gobierno de su país en las décadas de 1960 y 1970, fue encarcelado durante 14 años. Fue también ministro de Agricultura, senador y agricultor.

El diputado del Frente Amplio Mariano Tucci ha asegurado en una entrevista con Radio5 que la muerte de Mujica es «una pérdida para todo el mundo». «Fue un hombre valiente. Ha demostrado con su vida que hay que estar siempre del lado del que menos tiene, del más vulnerable. Pepe vivía como pensaba y como decía, que es el gran desafío que tenemos todos los políticos. Nos enseñó que a quien le guste la plata tiene que estar fuera de la actividad política, y no dentro», ha señalado Tucci. «La política tiene en Mujica un faro y un espejo donde mirarse»

El año pasado, Mujica anunció que tenía un tumor en el esófago y en enero de este año informó en una entrevista con el semanario local Búsqueda de que el cáncer se le había expandido al hígado. Fue entonces cuando el expresidente, considerado un referente de la izquierda, anunció que no seguiría con su tratamiento y pidió que le dejaran morir tranquilo. El uruguayo indicó que no quería seguir con el tratamiento porque era un «anciano» con dos enfermedades crónicas, por lo que su cuerpo ya no aguantaría más.

No votó en las elecciones regionales celebradas este domingo en su país por recomendación de su doctora personal. Antes de emitir su voto, el presidente Orsi indicó a los medios que Mujica «está complicado, se está cuidando», respecto a su estado de salud. «Todos tenemos que apostar a que en todas las etapas de la vida la dignidad sea la clave. No hay que enloquecerlo, hay que dejarlo tranquilo», afirmó.

Su última aparición pública fue hace tres meses, para el cierre de campaña del candidato del izquierdista Frente Amplio a la presidencia, Yamandú Orsi, quien finalmente ganaría a la derecha en una segunda vuelta celebrada el 24 de noviembre pasado. Esos días Mujica se mostró feliz al comprobar que había quien heredara su legado político e invitó a los jóvenes «a vivir con sobriedad, porque cuanto más tenés, menos feliz sos».

De guerrillero a político

‘Pepe’ Mujica (Montevideo, 1935) fue uno de los fundadores del Movimiento de Participación Popular, formación de izquierdas creada por excombatientes del Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros, un grupo guerrillero marxista que se alzó en armas en los años 60 y 70. Estuvo encarcelado por la dictadura uruguaya hasta 1985 y comenzó su carrera política cuando el país entró en democracia. Mujica se convirtió entonces y hasta su muerte en un referente de la izquierda latinoamericana y mundial, por su compromiso con la igualdad y vida sencilla que llevó.

Creció en una familia humilde de Montevideo con raíces vascas y pasó sus primeros años trabajando en el campo. Fue elegido diputado en 1995 por el partido político fundado por exguerrilleros Movimiento de Participación Popular y ascendió a senador en 1999, donde trabajó para mejorar la seguridad social de los trabajadores. Fue elegido ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca de 2005 a 2008 y se convirtió en el presidente de Uruguay en 2010, bajo el compromiso de no aferrarse al poder y gobernar un único mandato. Una promesa que cumplió pese a su gran popularidad y llamados de la izquierda uruguaya para que siguiera en la primera línea.

 

Una presidencia de lado de la clase trabajadora

Su lustro como mandatario de Uruguay se centró en lograr la igualdad social y la mejora de los derechos de los trabajadores, con medidas progresistas. Aprobó una de las primeras leyes de matrimonio igualitario en Latinoamérica, en 2013, así como la primera legalización de cannabis ese mismo año. Su mandato coincidió con la ola izquierdista en todo el continente, ya que la mayoría de los países latinoamericanos contaban con Gobiernos mayoritariamente de izquierdas.

Siempre fue conocido como un político sencillo que vivía sin lujos, en sintonía con el espíritu de la clase trabajadora latinoamericana. No se dejó llevar por promesas electorales imposibles y predicaba con el ejemplo viviendo como una persona normal en la que el pueblo se veía identificada. De hecho, Mujica rechazó vivir en sus años como presidente en la residencia oficial de Suárez y Reyes de Montevideo, y optó por quedarse en su casa de toda la vida, en la chacra en Rincón del Cerro, a las afueras de la capital. Allí, en el hogar que compartía hasta hoy con su esposa, Lucía Topolansky, es donde, según su última voluntad, sus cenizas serán esparcidas.

Tras abandonar la presidencia en 2015, Mujica continuó en el Senado uruguayo hasta 2020 y ha militado hasta su muerte en el Movimiento de Participación Popular, parte de la coalición izquierdista del Frente Amplio a la que pertenece en actual mandatario Orsi.