Mbappé y Lunin salvan al Real Madrid de una prórroga en Talavera y otro fiasco en la Copa del Rey

  • El francés, incansable, anota de penalti, provoca el segundo en propia puerta y mete el tercero

  • El conjunto local no perdió la fe en la campanada y puso emoción a los minutos finales (2-3)

Resumen y goles del Talavera – Real Madrid de Copa del Rey
Óscar López Canencia  rtve

El Real Madrid se ha impuesto este miércoles al Talavera en el Estadio Municipal de Fútbol del Prado en la localidad toledana (2-3). En su debut en la Copa del Rey tras dos rondas exento, el conjunto blanco accede con más problemas de los previstos a los octavos de final.

Con Xabi Alonso bajo la lupa en cada partido desde que perdiera el liderato en liga, la Copa debía haber sido un trámite en su primer partido tras dos rondas exento. Manuel Pellegrini -Alcorcón- y Rafa Benítez -Cádiz- antes que él sufrieron los rigores de caer a las primeras de cambio ante rivales de inferior categoría, aunque el segundo fue por una alineación indebida. Le salvó tener a una ‘bestia’ llamada Kylian Mbappé, cuya voracidad salvó el partido para los blancos. Y Lunin.

La primera sorpresa que se llevó el Municipal de Fútbol del Prado fue ver en el once del Madrid a Mbappé. Se esperaba que el francés descansara, habiendo sido el que más ha jugado esta temporada, pero le pudo más el afán de superar el récord de goles en año natural de Cristiano Ronaldo. Su presencia ya valió la entrada.

A punto estuvo de arañar dicho récord nada más empezar el partido, pero se entretuvo en el control tras un gran centro del brasileño Endrick, que le robó la cartera al defensa local Cuenca. El meta local Jaime lo paró y la grada lo celebró como un gol.

Esos mismos actores volvieron a escena casi 40 minutos después con penalti por mano del defensor del Talavera, que además es de la cantera del Madrid. El árbitro Guillermo Cuadra señaló penalti y no hubo sitio para las protestas, ya que en esta ronda aún no entra el VAR. Endrick le pidió el favor a Mbappé, pero el francés ejerció su jerarquía y lo tiró inapelable engañando a Jaime.

Entre medias hubo un dominio casi absoluto del Madrid, con Ceballos llevando la batuta; con los centrales Carreras y Huijsen jugando de volantes en el último tercio; con los laterales David Jiménez y Fran García muy abiertos. Y, sobre todo, con el Talavera defendiendo muy pegados a su área. Hasta el penalti se sucedieron una tras otra las llegadas madridistas con los locales defendiendo como si fuera Soria y emularan a la antigua Numancia.

Tan sólo un cabezazo de Marcos Romero que detuvo Lunin a los 20 minutos permitió soñar al Municipal. Los gritos de «sí se puede» con que recibieron al equipo resonaban en toda Talavera cada vez que había una llegada. Querían dedicar la campanada de la jornada a Javier Dorado, su fallecido vecino y ex del Madrid, que fue homenajeado al inicio del partido.

El Madrid permite resucitar al Talavera

Por eso el segundo gol, en una jugada iniciada por Mbappé, pero cuyo disparo fue desviado a su propia portería por el central Farrando, cayó como un jarro de agua fría. En cuestión de cinco minutos, del 41 al 46, el Madrid despertó del sueño al Talavera en la primera parte.

El técnico Sandroni metió a Capo por Cuenca en la segunda parte como aviso de que no renunciaba a ese sueño. Consiguió estirar un poco más la zona de juego, pero eso le dio todavía más comodidad al Madrid para tener el dominio.

El problema para el Madrid fue que se sintió demasiado cómodo y acabó cediendo demasiado terreno para que llegara el gol de Nahuel Arroyo, llegando en el segundo palo para rematar el centro de Farrando, que se desquitó así de su gol en propia puerta. El Prado volvía a creer en la magia de la Copa. A Xabi Alonso le pilló con el paso cambiado tras dar entrada a jugadores de refresco y ver descompensado a su equipo unos minutos.

Parecía que el segundo de Mbappé, con ayuda de un Jaime que lo había parado todo hasta ese momento, lo había resuelto. Pero con el minuto 90 cumplido, una falta directa de Di Renzo volvió a convertir el Prado en un infierno para el Madrid. Incluso tuvo el Talavera la última, pero la salvó Lunin, que en principio tuvo poco trabajo, pero acabó siendo fundamental para salvar los muebles y no amargarle la Navidad a Alonso.