El diestro ha cosechado importantes triunfos en cosos de toda España, destacando como un verdadero maestro del arte clásico de la tauromaquia
El Ayuntamiento de Blanca, a través de la Concejalía de Festejos, ha anunciado que el encargado de realizar el pregón de la Feria Taurina de Blanca 2022 será el diestro Luis Francisco Esplá.
El acto se celebrará el próximo 9 de agosto, martes, en la Plaza de la Iglesia a partir de las 22,00 h. Además, el evento estará amenizado por la actuación de la Agrupación Musical de Blanca que interpretará pasodobles taurinos.
Trayectoria profesional
Nació en Alicante. Licenciado en Bellas Artes por la Escuela de Bellas Artes de Valencia. Es hijo de Francisco Esplá, novillero y fundador de la Escuela Taurina de Alicante, y hermano del matador Juan Antonio Esplá.
Debutó de luces en Benidorm en 1974. A esta primera novillada seguirían otras tantas ese mismo año, al término de las cuales debutó con picadores en Santa Cruz de Tenerife. Tomó la alternativa en Zaragoza, el 23 de mayo de 1976 y la confirmó en Madrid al año siguiente. Ha cosechado importantes triunfos en cosos de toda España, destacando como un verdadero maestro del arte clásico de la tauromaquia y en la suerte de banderillas.
Una de sus mejores tardes tuvo lugar en Madrid el 1 de junio de 1982, con toros de Victorino Martín y con Francisco Ruiz Miguel y José Luis Palomar como compañeros de cartel. Salió por la puerta grande tras cortar dos orejas a su segundo toro y además recibió el trofeo «Andanada» al mejor par de banderillas de toda la feria. Participó en numerosos carteles con otros toreros-banderilleros reconocidos.
Se despidió en Las Ventas en 2009, aunque reapareció en Alicante un año después para darle la alternativa a su hijo Alejandro, ese mismo 2009 recibió la Medalla de Oro al Mérito en Bellas Artes, disciplina en la que es licenciado y es un pintor de éxito.
Pedro Toledano, columnista de Las Provincias ha escrito sobre el maestro: «Hay que decirlo desde el principio, Luis Francisco Esplá ha sido un torero que ejerció de clásico, que reinventó el capote, engrandeció el segundo tercio y se aplicó a la muleta con denuedo, le costaba mucho al principio, hasta delinear una teoría muleteril seria, de perfiles antiguos. En Madrid, la plaza más exigente del mundo, lo entendieron a la perfección hasta convertirlo en uno de sus estandartes preferido».