-
Los cardenales elegirán al nuevo papa bajo los famosos frescos de Miguel Ángel
-
Frente a El Juicio Final estará situada la urna donde los cardenales depositarán sus votos
PorLUISMI PALAO (Vídeo) / RTVE.es (Texto)
Los cardenales elegirán al nuevo papa bajo los famosos frescos de Miguel Ángel. Una obra genial y cargada de simbolismo por la que cada día hacen cola miles de turistas. Quedan solo unos días para que se cierren a cal y canto las puertas de todo un símbolo.
Cada día más de 20.000 personas visitan la Capilla Sixtina. Entre tanto donde mirar es fácil perderse, así que en TVE han hablado con historiadores del arte para conocer mejor los secretos que aguarda.
Fernando Plaza, profesor y divulgador de cultura, la ha visitado «por lo menos siete veces», y Valeria Manfrè, profesora en la Universidad Complutense de Madrid, considera que «es un espacio que siempre te atrapa«.
Miguel Ángel no quería pintar los frescos
Ambos expertos conocen bien esta joya del Renacimiento, un trabajo que «Miguel Ángel no quería hacerlo», que se hizo a regañadientes, recuerda Plaza. «Siempre decía ‘yo no soy pintor, soy escultor'», señala Manfrè.
Pero el artista no puedo decirle ‘no’ al encargo de un papa, Julio II. Siglos después, gracias a la visita virtual en la web del Vaticano podemos movernos libremente y fijarnos en todos sus detalles.
Frente a El Juicio Final estará situada la urna donde los cardenales depositarán sus votos. En esa pintura destaca un color: «Este color azul intenso que Miguel Ángel pudo utilizar porque lo sufragó el papa, porque el lapislázuli era muy caro».
La firma de Miguel Ángel
Entre los personajes que aparecen en la pintura, destaca San Bartolomé, porque, entre tantas caras, en esa piel que sostiene, está la del propio Miguel Ángel. «Es un autorretrato del propio Miguel Ángel. Así firmó él la Capilla Sixtina», explica Plaza.
Quien haya estado allí sabe que hay que hacer todo un ejercicio cervical para apreciar la que es quizás la imagen más famosa de su imponente bóveda, «que es la creación de Adán. En 1990 un doctor explicaba que simbolizaba un cerebro humano».
El gesto de Adán acercando su dedo índice al de Dios se ha replicado miles de veces hasta trascender como icono pop y hasta «se ha convertido en merchandising«, indica Manfrè
Adán y compañía serán testigos de ese cónclave que fuera mantendrá al resto del mundo en vilo.