El Ayuntamiento sustrajo descaradamente a la población un paseo que no es suyo, sino de todos, y cambió su uso en beneficio exclusivo de explotaciones hosteleras privadas.
Morente
El equipo de gobierno municipal popular aceleró en 2011 el expolio del Paseo Río Nalón que anteriores gobiernos, de tendencia socialista, iniciaron en 2006 destruyendo y enlosando dos grandes parterres, excepto sendos algarrobos. Cuando los populares eran oposición prometieron a los vecinos el oro y el moro. Trabajarían para que el mejor espacio de su urbanización recuperase la normalidad perdida, poniendo fin a su cambio de uso. Pero cuando el resultado de las urnas les fue favorable, donde dije digo, digo Diego y si te vi no me acuerdo.
Estuvieron ocho años sin atender a los residentes en sus justas peticiones, reclamaciones y denuncias. Incluso entregaron un escrito al alcalde con casi trescientas firmas, al tiempo que el expolio de palmeras, alcorques, jardineras y bancos corría como la pólvora, mientras que la contaminación ambiental acústica y por inmisiones diversas iba a más. Misión imposible. No hubo manera de frenar semejante saqueo urbano, tamaña cacicada municipal ejecutada con insultante arrogancia.
El grupo popular en la Asamblea Regional, se interesó por el conflicto entre los vecinos y el Ayuntamiento en 2016. Recibió toda suerte de explicaciones verbales en visita personal, en la que se le entregaron documentos, fotos y vídeos. Se ofreció a su portavoz en la Asamblea mucha más información de todo tipo. Pues bien, no se dignaron a devolver la visita a los vecinos, es decir, a desplazarse desde Cartagena a Los Alcázares. No quisieron ver lo que sus correligionarios habían hecho a escasos kilómetros. Aquel esfuerzo vecinal se resume en una frase muy popular: salir de Guatemala para entrar en Guatepeor.
Quienes ignoraron a los residentes inmediatos a Río Nalón, tampoco hicieron el menor caso al Defensor del Pueblo, que llego a echarles en cara, entre otras cosas: «[…] que las mesas, sillas y elementos de hostelería, que antes se recogían cada noche en esas calles, ya no se recogían […] se habían retirado del Paseo Río Nalón los bancos y otro mobiliario urbano municipal, para así tener más superficie susceptible de poder ser utilizada toda la calle como terraza hostelera […]»
Las elecciones municipales de 2019 devolvieron al grupo municipal socialista la gestión del Ayuntamiento. Los vecinos afectados por el incesante expolio del equipamiento y mobiliario público, y la saturación hostelera del paseo, esperaban que actuasen decididamente contra lo que, hasta ese momento, calificaban de herencia maldita. Un espacio en el que deberían trabajar mucho y con buen criterio.
Pero la cabra siempre tira al monte, las promesas son para no cumplirlas y… aquí mando yo. El abuso y la arbitrariedad en dominio público urbano es ya una seña de identidad en un municipio (Perla del Mar Menor) no fiable para inversores de fuera, personas interesadas en adquirir una vivienda como primera o segunda residencia.
Algo podría haber hecho el grupo municipal socialista en más de tres años de gobierno. Efectivamente lo ha hecho. Nadie puede negarlo a la vista de las imágenes que se acompañan. Todo está mucho peor. Los comentarios que incluyen las fotos dan fe de ello.
Póngase ahora el amable lector de estas líneas en el lugar de un residente que observa desde su terraza el horroroso espectáculo que el Ayuntamiento pone a su disposición, para relajarse, para disfrutar de las vistas. Lo que ve es a mediodía del doce de octubre pasado. Deje correr su imaginación hacia la noche de un fin de semana de verano, aderezada con gentío incontrolado, bullicio, música, cánticos, ruidos, humos, vapores y pestilente olor a cocina.
Finalmente piense en que es usted uno de los cientos de residentes que no están empadronados, que no pueden influir con su voto en un cambio de gobierno que ponga al frente del municipio a un político sensible, responsable y con ganas de trabajar, que sea capaz de devolver la identidad, la dignidad y la belleza al Paseo Río Nalón. Que restituya lo expoliado. Piénselo y laméntese de sufrir semejante atrocidad urbana por afán recaudatorio y ansia comercial oportunista.