Los sospechosos, que pasan a disposición judicial, ocultaron que se habían percatado de la estafa para dar lugar a que los dos amigos volviesen a la nave donde se les pierde la pista
Los dos detenidos por la desaparición de Jean Mirabeau Ngoho y Siaka Coulibaly, los dos hombres a los que la Guardia Civil buscaba desde este lunes en Librilla, pretendían poner en circulación miles de euros falsos con los que solventar problemas económicos que arrastrarían desde hace años, indican fuentes cercanas al caso.
Tal y como publicó en primicia este diario, los investigadores detuvieron, por su presunta implicación en la desaparición y muerte de dos amigos, ambos de origen africano, a los que se les pierde la pista en diciembre, al propietario de la compañía Porkytrans, dedicada al transporte y a la compra y venta de ganado, y a un familiar suyo, en concreto su sobrino.
Un portavoz oficial de la Benemérita detalló este martes, un día después de que se pusiese en marcha el amplio despliegue de búsqueda de los cadáveres de los desaparecidos en la nave, enorme y cerrada, de Porkytrans, que se había detenido a tres personas.
La Guardia Civil arresta a los hombres y a la esposa de uno de ellos, que podría tener datos de lo acontecido
Esta tercera persona sería, tal y como apuntan fuentes próximas a la investigación, cónyuge de A. N. M., el principal investigado y dueño de la firma. Esta mujer no estaría directamente relacionada con los hechos que acontecieron esa noche en la que el móvil de los desaparecidos deja de dar señal (después de que uno de ellos mandase a su esposa la ubicación por mensajería), pero sí sería conocedora, presuntamente, de información de interés para el Instituto Armado referente a los movimiento de su esposo aquella jornada.

Agentes de la Guardia Civil este lunes en el operativo en Librilla; en las fotos pequeñas, los dos amigos desaparecidos. / JUAN CARLOS CAVAL
En cuanto al investigado más joven, el sobrino de A. N. M. (un sujeto que estaría viviendo en la propiedad de Librilla para evitar que la okupasen), los profesionales de la Policía Judicial encargados del caso sí lo sitúan en la nave en el momento en que los dos amigos, ambos de origen africano, se personaron para encontrarse de nuevo con estos empresarios, con los que habrían hecho ‘negocios’.
Los dos principales sospechosos de la desaparición de los africanos pasaron este miércoles por la mañana a disposición judicial. Lo hicieron engrilletados, desde las dependencias del Instituto Armado, que posee indicios para que, previsiblemente, tío y sobrino acaben en prisión provisional.
Mientras, la búsqueda de los cuerpos continúa, con un gran despliegue de medios (se rastrea una balsa y el subsuelo) que, de momento, no da sus frutos.
‘Fabricar’ dinero en casa
En realidad, detallan las mismas fuentes, se indaga en si los españoles habrían recurrido a los extranjeros porque estos les hicieron creer que sabían cómo fabricar dinero: que tenían la fórmula mágica para conseguir elaborar en su propio domicilio, con químicos, billetes que daban el pego, que parecían de verdad.
Tras unos primeros contactos para abordar este fraude, los responsables de Porkytrans se habrían percatado de que estaban siendo víctimas de un timo. Sin embargo, no denunciaron la estafa de la que se sabían víctimas ante la Policía o Guardia Civil ni se lo dijeron a los supuestos timadores: lo que hicieron fue quedar con ellos en el gran recinto de la compañía, en concurso de acreedores desde 2018. Los dos amigos acudieron a la cita, presumiblemente sin tener constancia de que los empresarios habían descubierto la estafa, y desde luego sin ser conscientes de que, seguramente, no saldrían de la nave con vida.
Esa noche del 14 de diciembre, creen los investigadores, se habría producido un enfrentamiento físico entre, al menos, los cuatro hombres (los dos empresarios y los dos amigos africanos) durante el cual habrían salido mal parados los extranjeros.
Las actuaciones están declaradas secretas. La Guardia Civil apurará al máximo la puesta a disposición de los sospechosos por si el operativo desplegado en la nave (este martes proseguían los trabajos) daba sus frutos y aparecían los cuerpos o vestigios de qué pasó.