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La decisión puede dar oxígeno a una economía que se encuentra en plena desaceleración
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Al contrario del BCE, el organismo se ha mostrado con cautela porque la inflación parece no tocar techo

Los mercados dan por descontado que la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) bajará este miércoles los tipos de interés en un contexto de ralentización del mercado de trabajo y enfriamiento de la economía. Sería el primer recorte en nueve meses, un periodo de tiempo marcado por las presiones del presidente Donald Trump sobre la institución y en el que el coste de la vida sigue subiendo a cuenta de los aranceles.
Fue el propio presidente del organismo, Jerome Powell, quien puso sobre la mesa en el mes de agosto la posibilidad de llevar a cabo una bajada de los tipos de interés en la reunión de septiembre. En su tradicional discurso de apertura del simposio anual de Jackson Hole, en Wyoming, Powell advirtió de que los riesgos para la inflación «se inclinan al alza» mientras los del empleo lo hacen a la baja, lo que implica «una situación compleja» para la Fed, que debe equilibrar ambos aspectos de su doble mandato.
La clave está en hasta dónde llegará: si los miembros optan por la moderación y la rebaja se queda en 25 puntos básicos, dejando la referencia para el dólar en el 4,25% en la parte alta del rango; o si la Fed va más allá y el recorte termina por encima de esa cifra.
Enfrente se sitúa el Banco Central Europeo (BCE), que inició en junio de 2024 un ciclo de recortes que ha dejado la tasa de facilidad de depósito —que remunera el exceso de reservas a un día y que el organismo utiliza ahora como referencia— en el 2%, niveles que no se veían desde diciembre de 2022.
Temor por el alza de la inflación
El propio presidente de Estados Unidos ha emplazado en numerosas ocasiones a la Fed a seguir el camino del BCE y llevar a cabo una política monetaria más expansiva, para facilitar el acceso a crédito y estimular el consumo y la inversión.
«‘El Tardón’ [en referencia a Powell] debe recortar los tipos de interés, ahora y más de lo que tenía en mente«, escribió Trump este lunes en su red social, Truth Social, quien cree que el precio del dinero debería estar tres puntos porcentuales por debajo de su nivel actual.
Sin embargo, el organismo se ha mostrado con cautela durante este tiempo, teniendo en cuenta que la inflación parece no tocar techo. Sin ir más lejos, los precios en Estados Unidos cerraron en agosto en el 2,9%, alcanzando su mayor cifra desde enero. La inflación subyacente, por su parte, se situó en el 3,1%.
Al otro lado de la balanza, los principales organismos económicos han alertado de una posible desaceleración en los próximos meses: pronostican un crecimiento del PIB en torno al 1% en el tercer trimestre del año, por lo que un recorte en los tipos de interés daría algo de oxígeno a una economía que muestra claros signos de alerta.
Siguen las presiones de Trump
Pero las presiones del magnate no se quedan ahí. En las últimas semanas, el mandatario ha redoblado sus esfuerzos para influir en una institución que por ley debe actuar con independencia total del Gobierno.
Después de tratar de sacar de su puesto a Powell —cuyo mandato finaliza en mayo de 2026—, intentó hacer lo mismo con la gobernadora, Lisa Cook, argumentando que había cometido fraude hipotecario. El caso acabó en los tribunales, que este lunes dieron la razón a Cook, lo que le ha permitido estar en la reunión que decidirá sobre los tipos, informa Efe.
También estarán otros recién llegados a la institución y nominados por Trump para el puesto, como Stephen Miran (hasta ahora presidente del Consejo de Asesores Económicos) o Christopher Waller y Michelle Bowman, considerados muy cercanos a las posiciones del magnate neoyorquino.
En cualquier caso, se da por hecho que la rebaja en los tipos de interés será una realidad tras la reunión de este miércoles después de nueve meses sin cambios. Está por ver hasta dónde llegará.