La presión policial echa a los falsificadores de bolsos, ropa y calzado de los mercadillos

LA OPINIÓN acompaña a una patrulla de la Policía Local de Murcia al mercado de La Fama, donde hace semanas que no se practican incautaciones de productos

La Policía Local de Murcia decomisó hasta el 30 de noviembre de este año casi 3.500 productos falsificados que estaban a la venta en mercadillos del municipio, según los datos que maneja el cuerpo. De estos productos, la gran mayoría, un total de 2.854, eran prendas de ropa.

LA OPINIÓN acompañó a un patrulla del Grupo Especial de Seguridad Ciudadana (GESC) al mercadillo de La Fama, el más grande de los que se instalan en Murcia y en el cual, desde hace semanas, los agentes no han encontrado rastro alguno de falsificaciones. El motivo: la presión policial, que disuade a los infractores, a los que tampoco les es rentable ser pillados, acabar sin su mercancía y tener que hacer frente a una sanción económica.

Además del GESC, vigilan el mercado miembros de la Unidad de Barrios y agentes que van de paisano. Son ellos los que con más facilidad pueden detectar una conducta fuera de la ley, dado que quienes la cometen no saben que están ante la Policía.

Los agentes reciben una formación especializada: han de reconocer las marcas. Cuando la ‘falsificación’ es tan burda que obviamente no es una falsificación, no hay delito alguno. Es lo que pasa en uno de los puestos instalados en La Fama el jueves 2 de diciembre: entre varias prendas amontonadas, destaca una sudadera rosa y gris en la que pone ‘Adaida’. Podría decirse que es un intento de ser Adidas, pero se trata de una imitación. Y la imitación no está penalizada.

CIFRAS

16 

Personas investigadas en 2021 por falsificaciones

Estas personas estuvieron investigadas, pero en ningún momento detenidas. De ellas, 15 lo fueron por un delito contra la propiedad industrial y una por un delito contra la propiedad intelectual, explica la Policía.

3.449 

Incautaciones realizadas por la Policía este año

De ellas, la gran mayoría, en concreto 2.854 fueron de prendas de ropa, 403 de discos compactos, 153 de DVD, 24 de perfumes, 5 de bolsos y 10 de monederos.

«Aquí no hay nada de eso raro», asegura el vendedor que tiene a la venta la sudadera ‘Adaida’. «No traigo cosas de esas, que te salen más caras que un hijo ciegos», dice el hombre a la Policía.

En el recorrido por el mercado, la Policía explica que, desde hace un tiempo, «hay bastantes menos» falsificadores en el municipio. En tiempos «se ponían con una sábana en el suelo», eran manteros. Ya apenas pasa. Lo que sí sigue pasando, lamenta, es la proliferación de hurtos, contra los que también lucha la Policía.

«No traigo cosas de esas raras, que te salen más caras que un hijo ciego», comenta a los agentes un vendedor

Un policía ante una camiseta de la marca ‘Adaida’, que tampoco es una falsificación.

Un policía ante una camiseta de la marca ‘Adaida’, que tampoco es una falsificación. ISRAEL SÁNCHEZ

Cien euros de multa

El agente recuerda que hace unos años se decomisaron en un puesto de La Fama cuatro ejemplares falsificados de la firma murciana de bolsos Gloriaca, cuyos diseños son característicos. Las impulsoras de la marca ya habían denunciado días antes a la Policía, dado que tenían constancia de que imitaciones de sus bolsos estaban siendo vendidas en el mercadillo. Entonces, la señora del puesto, que tenía los bolsos a 40 euros (unas cinco veces mas barato que uno original) fue citada para declarar. Tres años después, la titular del Juzgado de Instrucción Nº 9 de Murcia condenaba a la mujer a abonar 60 euros de sanción y 40 más a la marca que falsificó por un delito leve contra la propiedad intelectual.

En su defensa, la mujer dijo esos bolsos no eran para venderlos, que «eran de fabricación propia, para ella» y todo pasó por un error de un familiar, que le ayudó aquel día a poner el puesto y «se equivocó al colgar y etiquetar un bolso que no estaba a la venta». Pero la magistrada no se creyó este argumento.

Rememora el policía que, hace unos años, dieron con un individuo que, en su puesto, «vendía zapatillas limpias, pero tenía los logos». «A quien quería Adidas, le ponía Adidas», detalla. Y, claro, «la unidad de paisano lo pilló».

Lo que ya no se ve apenas son falsificaciones de joyas, precisan desde la Policía Local. Las llegó a haber, algunas muy profesionales, de marcas como Bulgari, y otras tremendamente chapuceras.

Unos metros después, varias personas se arremolinan en un puesto donde hay camisetas y pantalones a un euro. «Es ropa de segunda mano. Luego también hay restos, de prensas más caras, que compran, que están descatalogados y a ellos se los dejan más baratos», comenta la Policía. «Pero es legal», subraya el cuerpo.

Peritos de las marcas reconocen la voluntad de imitar sus productos

Los que acaban vendiendo en el mercado de La Fama unos bolsos falsificados son quizás los más vulnerables de un entramado delictivo en el que tanto la Policía como la Benemérita y Vigilancia Aduanera se implican para desmantelarlo.

Cuando los investigadores ponen en marcha una operación contra una organización dedicada a la venta de material falsificado, las pesquisas pueden llegar a tardar un año. Las sospechas cercan siempre a varias personas, integrantes de la banda que se dedica a vender, por ejemplo, ropa fabricada a imitación de diversas marcas comerciales de ropa de vestir.

Este tipo de operativos incluye la presencia de peritos enviados por las principales compañías afectadas, cuyo trabajo consiste en reconocer durante los registros la supuesta voluntad de imitar productos de su propiedad por parte de la organización. Tal y como explicaron a este diario agentes de la Policía Local de Murcia, a pie de mercado, son las marcas las que denuncian la situación. Y tienen las de ganar.

En almacenes de la periferia de las ciudades suele guardarse el material que después venderán en puestos del mercadillo o negocios legales abiertos al público. Los vendedores compran «lotes enteros» de productos. Las personas que lideran este tipo de organizaciones, además de ser sospechosas de un delito contra la propiedad industrial, pueden ser acusadas de organización criminal