El jubilado dijo que renunciaba porque no quería indemnización y la Fiscalía no actuaría de oficio al tratarse de un delito de lesiones leves

Personas movilizadas en las calles de Torre Pacheco una de las noches de altercados. / Ivan Urquizar
La agresión a Domingo, chispa que prendió el polvorín racista de Torre Pacheco, podría quedar sin castigo si el jubilado no se persona en la causa en los tribunales, explican fuentes judiciales a este diario.
El vigente Código Penal considera que se da un delito de lesiones leves cuando la víctima solo precisa de una primera cura o asistencia facultativa, sin que haya un tratamiento quirúrgico posterior: sería el caso de Domingo, el cual fue atendido en un centro sanitario y mandado a su domicilio. Pese a lo aparatoso de las heridas que se apreciaban en la foto del jubilado amoratado que se hizo viral en redes sociales, el golpe que le propinó su atacante no le causó una lesión grave, afortunadamente.
La Fiscalía no suele intervenir en caso de delitos leves de lesiones, a menos que existan circunstancias agravantes o que la víctima sea especialmente vulnerable. Para que la causa siga su curso es preciso que Domingo se persone. Y el caso es que el hombre aseguró recientemente que no tenía intención de hacerlo.
«No tengo ganas de murga»
«Yo no quiero denunciar porque no tengo ganas de murga; cuanta menos murga tenga, mejor», declaró el vecino a los medios de comunicación. Con este panorama, la agresión podría archivarse, explican fuentes judiciales.

Grupos de radicales se encaran con agentes de la Guardia Civil la madrugada del sábado 12 en Torre Pacheco. / Iván Urquízar
Tras sufrir el ataque, el vecino sí acudió al cuartel de la Guardia Civil. Explicó entonces que un chico al que no conocía de nada le había pegado y que, justo antes, había visto a otro joven con el móvil (no le quedaba claro si grabando la agresión) y a otro saltando y gritando. Lo que no quiere el sexagenario es «algo económico», precisa, esto es, una hipotética indemnización por las lesiones sufridas.
El actual Código Penal castiga con pena de prisión de 3 meses a 3 años o multa de 6 a 12 meses a aquel que «cause a otro una lesión que menoscabe su integridad corporal o salud física o mental, requiriendo tratamiento médico o quirúrgico». Si la lesión no requiere tratamiento médico o quirúrgico, se castiga solamente con multa de 1 a 3 meses, según consta en la normativa vigente.
Revueltas en el pueblo
Es inusual que, por un delito de lesiones, se pida prisión provisional para el sospechoso del mismo. Sin embargo, Issam B., el acusado de pegar a Domingo, está en la cárcel. Lo que pasó en este caso es que, a la hora de tomar la decisión, el Juzgado de Guardia de San Sebastián tuvo cuenta las revueltas que el asunto ocasionó: disturbios racistas que se saldaron con una decena de detenidos, 700 identificados y varios denunciados por odio, entre ellos el líder de Vox en la Región, José Ángel Antelo.
Así las cosas, podría darse el caso de que el ataque inicial que prendió la mecha de los altercados de Torre Pacheco se archive judicialmente, si el jubilado mantiene su idea de no ir a los tribunales.
Sí se perseguiría de oficio si de la investigación se desprende que Issam B. habría pretendido robar algo a su víctima. En este supuesto, la Fiscalía sí podría acusar.
Junto a Issam B., fueron arrestados dos jóvenes más, que quedaron libres con cargos. Uno de ellos declaró que Issam B. iba aquel día bajo los efectos del alcohol y apuntó que él no medió para frenar la agresión a Domingo porque estaba dormido.
Issam se sentaba este martes en el banquillo de los acusados de nuevo, esta vez como presunto autor de un robo con violencia que él niega haber cometido.

El presunto agresor del jubilado de Torre Pacheco declara por videoconferencia por intentar robar el reloj a otro vecino. / Iván Urquízar
El suceso habría acontecido en el municipio, apenas horas antes del ataque al vecino que prendió la mecha xenófoba en la población. La Fiscalía y la acusación particular le piden un año de cárcel por una tentativa de robo con violencia y una multa de 180 euros por las lesiones que sufrió el viandante atacado, mientras que la defensa solicita la absolución.
El Ministerio Público también reclama que el joven, de 19 años, abone al vecino una indemnización acorde a las lesiones causadas al afectado. El caso ha quedado visto para sentencia. El sospechoso, que declaró por videoconferencia desde el País Vasco, negó, como se le acusa, haber forcejeado en la avenida Gerardo Molina con un hombre de unos 80 años para robarle un reloj. De hecho, aseguró que, cuando se produjo este incidente, él se encontraba en su domicilio, durmiendo, «porque tenía que ir a trabajar a la fruta».
Sin embargo, luego no supo dar el nombre de la empresa y admitió que lo que estaba era esperando que alguien le contratase. La fiscal enfatizó este extremo en su turno de palabra final. En cuanto a su casa, Issam B. precisó que no tenía un domicilio fijo en Torre Pacheco y pernoctaba en casas de amigos.
En cuanto a las lesiones que presentaba cuando fue identificado y detenido, Issam B. dijo que se las hizo el mismo al golpearse contra una pared fruto de un enfado porque «mi madre tiene cáncer y no pude ayudarla», testificó, con el respaldo de un intérprete.
«Empecé a chillar que llamaran a la Policía y a sangrar», contó la víctima. Este vecino es especialmente vulnerable: sufre leucemia, tiene diabetes y lleva un marcapasos. Aún llevaba este martes una mano vendada.