Habrá un único modelo de examen, en lugar de dos como ocurría hasta ahora, y entre un 20 y un 25 % de preguntas de carácter competencial
Ya hay un acuerdo para el nuevo modelo de selectividad. El documento de consenso explica que la transición entre la vieja y la nueva selectividad se producirá mediante una «adecuación progresiva».
Los intentos de los últimos meses por homogeneizar la prueba se han materializado con el acuerdo entre los coordinadores de acceso a la universidad de las distintas comunidades autónomas. Sin embargo, el documento tendrá que ser ratificado por las universidades en una reunión que tendrá lugar el viernes en Bilbao, y finalmente serán las comunidades autónomas las que adapten el diseño final de los exámenes.
Un único modelo de examen, en lugar de dos como había hasta ahora, hará que no baste con estudiarse la mitad del temario. Sin embargo, aún habrá espacio para cierta optatividad, por lo que se podrá alcanzar la nota máxima con conocer un 80 % de los contenidos de cada asignatura.
La prueba incluirá entre un 20 y un 25 % de preguntas de carácter competencial, basadas en la resolución de problemas con un enfoque más transversal, pues supone combinar los conocimientos adquiridos durante el curso en diversas asignaturas. Aunque, en los próximos años, irán en aumento el porcentaje d e preguntas de este tipo.
Los exámenes tendrán una duración de 90 minutos, y un 70 % de la nota debe corresponder a respuestas abiertas o semiconstruidas (aquellas que requieran, por ejemplo, contestar de forma breve). Además, cada ejercicio incluirá el material adicional que podrán utilizar los alumnos, como diccionarios y calculadoras.
El nuevo modelo se estrenará en junio, aunque ni profesores ni estudiantes cuentan con exámenes que sirvan de ejemplo, pero se espera que en octubre ya cuenten con referencias de lo que será la nueva prueba de acceso a la universidad.