La formación política de los jóvenes: una necesidad de higiene democrática1

Enric PRATS GIL, Universidad de Barcelona
Álex EGEA ANDRÉS, Universidad de Barcelona

Resumen
En este trabajo se presenta una investigación llevada a cabo en el marco de
una experiencia de aprendizaje de valores democráticos, liderada por una
institución indudablemente política: el Parlamento de Cataluña. Se pretende
demostrar la superación del tópico de que a los jóvenes no les interesa la
política y carecen de una adecuada formación en este ámbito. También, se
detecta una necesidad urgente de que los centros educativos asuman su
responsabilidad formativa en el desarrollo de valores y actitudes democráticos,
trabajando en colaboración con las instituciones políticas.

1.- Introducción2
La política y los profesionales de la política disfrutan, en todos los
rincones del planeta, de un prestigio escaso; méritos no les faltan para haberse
ganado esta reputación. La desafección de los votantes hacia los procesos
1 Publicado en Dalla Corte Caballero, Gabriella (coord.) Historias, indígenas, nación y estado
en el bicentenario de la independencia de la República del Paraguay (1811-2011). Barcelona,
Publicacions i Edicions de la UB, 2011 (ISBN 978-84-475-3525-5)
2 Se agradece a Lluís Pibernat y a su equipo del Área de Servicios Educativos del Parlamento
de Cataluña por las facilidades y el acompañamiento prestado en todo momento para llevar a
cabo este estudio, y en segundo lugar, aunque no menos importante, a las estudiantes de la
licenciatura de Pedagogía que llevaron a cabo el trabajo de campo, como también a Mar
Crespo, que dio su apoyo en el apartado de los datos.
2
electorales surge como preocupación mediática, y de algunas agrupaciones
políticas, cuando los índices sobrepasan determinada línea roja en la
abstención, según también cada rincón del planeta. Esta desgana hacia la
participación será el primer paso para abandonar responsabilidades de más
profundo calado y, aún peor, para descreer de valores democráticos fuertes,
como la libertad y la igualdad de las personas. Como recordó el politólogo
británico Bernard Crick, “la persona que desea que la dejen en paz y no tener
que preocuparse de la política acaba siendo el aliado inconsciente de quienes
consideran que la política es un espinoso obstáculo para sus sacrosantas
intenciones de no dejar nada en paz” (CRICK, 2001:16).
3 El peligro de la
desafección hacia la política se consuma en la facilidad con que los populismos
reciclan ese sentimiento para asentarse en el poder, llegando incluso a
proponer la defenestración del político y de la política, especialmente cuando
los problemas sociales arrecian.
Algunas de las recetas para corregir esta orientación catastrofista deben
surgir del mismo sistema político, del modelo de toma de decisiones, y de los
resortes y normas del sistema electoral. El reclamo de listas abiertas para la
elección de diputados al Congreso en España es uno de los ejemplos que con
intermitencia suelen aparecer en la palestra, olvidando que ese sistema ya
existe en el Senado y eso no ha incrementado la afición al voto. Incluso el
cambio en las normas de acceso al voto, como la ampliación de voto en las
elecciones locales a los extranjeros con un determinado número de años de
residencia en España, o la reducción del límite para ejercer el voto a los
mayores de 16 años, suelen argüirse como acicates de la participación.4
Por supuesto, una adecuada formación crítica sobre política se hace
imprescindible en los tiempos que corren, aunque ésta no debería ser la única
razón para ello, y mucho menos con la mercantilista obsesión de recontar más
o menos votos. Pero no es menos cierto que la sociedad compleja y líquida con
que nos hemos dotado requiere de personas o, si se prefiere, de ciudadanos y
3 CRICK, Bernard, En defensa de la política, Tusquets Editores, México, 1961, p. 16, (2001, 5ª
ed.).
4 Véase el informe del Departamento de Interior, de la Generalitat de Catalunya, donde se
recoge la necesidad de articular propuestas que respondan a los principios de transparencia,
inteligibilidad y proximidad del discurso político, participación, responsabilidad y rendición de
cuentas: Generalitat Catalunya, Actituds polítiques i comportament electoral a Catalunya:
materials per a un debat social, Departament d’Interior, Barcelona, 2008,
http://www.gencat.cat/drep, consulta del 02.06.2008.
3
ciudadanas suficientemente preparados y preparadas para dirimir sus intereses
en el espacio público. De lo que se trata, en definitiva, no es educar para más
ciudadanía, sino que esos jóvenes en formación asistan al debate político con
las herramientas conceptuales y metodológicas, y con la actitud adecuada, que
les permita saber orientar sus intereses y sus incipientes proyectos de vida.
Los jóvenes no rechazan los mensajes que llegan desde la política y los
políticos por una desconfianza intrínseca a lo político; la impermeabilidad de
ese discurso tiene su origen, ni más ni menos, en su contenido concreto, en su
tematización y especialmente en la orientación de valor que pueda adquirir.
Cuando la agenda política, y por ende mediática, se nutre exclusivamente de
temas y valores asociados a lo particular y alejados de lo general; cuando se
centra en lo individual y abandona o deja de lado lo social, se incrementan la
desafección y el desinterés por parte de los jóvenes. Sin ninguna duda, el
contexto de recepción de estos mensajes y agendas es fundamental para la
consolidación de actitudes y valores democráticos, especialmente en temas de
alta relevancia para los jóvenes, y uno de los contextos formales por definición,
la escuela, no puede quedarse al margen de estos debates.
En este trabajo se presenta una investigación llevada a cabo en el marco
de una experiencia de aprendizaje de valores democráticos, liderada por una
institución indudablemente política: el Parlamento de Cataluña. En su programa
de actividades educativas, el Parlamento catalán ofrece un taller para jóvenes
de primero de bachillerato, denominado Taller de Plenos, cuyo objetivo es dar a
conocer las funciones y el desarrollo de un pleno ordinario de la cámara. En
este taller se combinan las explicaciones por parte de un monitor o monitora
con la observación directa del pleno parlamentario en curso, y con la parte
estelar del taller: el intercambio de preguntas y respuestas con diputados de la
mayoría y de la minoría parlamentaria.
Lo que se quiere demostrar en este trabajo es que, además de superar
el tópico de que a los jóvenes no les interesa la política y carecen de una
adecuada formación en ese ámbito, se detecta una necesidad urgente de que
los centros educativos asuman su responsabilidad formativa en el desarrollo de
valores y actitudes democráticos, trabajando en colaboración con las
instituciones políticas. El estudio tiene un interés marcado para la clase política
porque pone sobre la mesa algunos de los aspectos más ocultos de la cultura
4
política de la población más joven, pero tiene una potente carga pedagógica en
el sentido de que reclama la necesidad de incidir en un ámbito poco más que
denostado en los currículos, como es la formación política de los estudiantes.
La desafección aparente de los votantes hacia los procesos electorales parece
ir en aumento.
Algunos estudios proponen una doble vía para enderezar ese proceso:
el cambio de las normas del juego democrático y la profundización en la
formación política de los jóvenes. En este texto se apuesta decididamente por
lo segundo y, para ello, se presentan los resultados de una investigación
llevada a cabo en el marco de una de las actividades educativas que se
realizan en el Parlamento de Cataluña con jóvenes de bachillerato. En él se
exponen algunos datos que vienen a superar el estereotipo de que esa
población joven, a las puertas de la mayoría de edad, tiene un conocimiento
escaso de la política e incluso una desafección absoluta hacia ella.
No sólo se demuestra que tienen interés por temas socialmente
relevantes, sino que expresan su voluntad de acudir a las urnas en cuanto
tengan oportunidad. Por supuesto, la discusión final del texto sugiere que el
marco de obtención de los datos, un taller formativo con parlamentarios, facilita
claramente esos resultados, y que esa corriente de inquietud que expresan los
jóvenes debería ser adecuadamente canalizada en los centros escolares para
redundar en su formación política y reforzar esa aparente expectación. En este
sentido, el presente trabajo termina con un mapa de valores para desarrollar
programas de formación política en educación secundaria.
2.- Método
En el contexto descrito, se diseñó un dispositivo metodológico, que
combinaba diversas herramientas para la recogida de información, con el
objetivo de conocer el grado de desarrollo de valores cívicos y democráticos en
los jóvenes que participaron en el Taller de Plenos y también para detectar la
necesidad de implicar a los centros educativos en esta tarea.
La hipótesis central era que el taller permite modificar sustancialmente la
opinión de los jóvenes acerca de los políticos, lo que debería incrementar su
interés hacia la política y la actividad política. Se parte de la premisa de que la
5
formación política es escasa en la educación secundaria y se circunscribe, en
el mejor de los casos, a un conocimiento superficial de las funciones y tareas
de las instituciones políticas, con poca incidencia en aspectos centrales de la
formación política, como es la necesidad de la participación democrática.
La recogida de datos se produjo entre abril y mayo de 2007, con 123
jóvenes de seis grupos de primero de bachillerato de sendos centros
educativos del área metropolitana de Barcelona. En el diseño inicial se preveía
la participación de diez grupos, que alcanzarían unos 250-300 sujetos; por
razones de planificación parlamentaria y, en un par de casos, por problemas en
las previsiones de los centros educativos, la cifra se redujo a los seis grupos
finales. Actualmente, abril y mayo de 2011, se está aplicando el mismo
dispositivo metodológico con el objetivo de comparar los resultados obtenidos
en esta investigación y detectar diferencias en el desarrollo de valores cívicos y
democráticos en los jóvenes después de un cambio de legislatura en el
Parlament de Catalunya. En este momento se está llevando a cabo la recogida
de datos de los diferentes grupos escolares participantes en el Taller de
Plenos.
Los instrumentos de recogida de información integraban cuestionarios
de actitudes y conocimientos del alumnado, junto con entrevistas
semiestructuradas con el profesorado acompañante y con los políticos que
habían participado en el taller, además de observaciones externas realizadas
por el equipo investigador durante la celebración del taller. Los cuestionarios de
los estudiantes seguían un procedimiento de pre-test i pos-test para medir el
posible cambio de posición en determinados aspectos.
La lengua habitual era el catalán, aunque si los jóvenes se expresaban
en castellano algunos de los parlamentarios también lo usaban. Los
instrumentos de recogida de información eran totalmente en catalán, lengua
que no ofrece problemas de comprensión lectora en este nivel educativo. La
duración total del taller era de unas tres horas, cuyo desarrollo seguía el guión
que se detalla a continuación, donde se intercalan y se especifican los
momentos de recogida de la información: acogida de los jóvenes en una sala
anexa al hemiciclo, utilizada habitualmente para el trabajo de comisiones
parlamentarias [administración del primer cuestionario para la recogida de
opiniones y actitudes de los jóvenes, y de la primera parte del cuestionario par
6
el profesorado acompañante]; realización de la primera actividad, consistente
en una charla con debate acerca de las funciones principales del Parlamento,
donde se enfatiza especialmente la sesión plenaria del día (temas que se están
debatiendo, mecánica de la sesión parlamentaria, sistema de votación de las
propuestas, etc.). En pantalla gigante, pero sin sonido, se puede ir siguiendo el
desarrollo de esa sesión. La duración de la actividad oscila entre 20 y 40
minutos, en función del desarrollo de la sesión. La charla es conducida por
persona técnico del Área de Servicios Educativos del Parlamento de Cataluña
[nuestro equipo de investigación recoge impresiones, a manera de registro
anecdótico, del desarrollo de esta actividad y de las dos siguientes].
– Primer encuentro de los jóvenes con un político, durante cerca de
media hora. Suele ser, en primer lugar, un parlamentario de alguno de los
grupos políticos de la oposición. Sin conocerlas con anterioridad, el
parlamentario va respondiendo las preguntas que plantean los jóvenes [al
término de la sesión, el político es entrevistado por nuestro equipo para recoger
sus impresiones al respecto].
– Segundo encuentro de los jóvenes con otro político, durante cerca de
media hora, representante de alguno de los grupos que da apoyo al gobierno.
Se sigue la mecánica anterior [igualmente, al término de la sesión, el político es
entrevistado por nuestro equipo].
– Visita al hemiciclo, para vivir directamente la sesión parlamentaria. Los
jóvenes se ubican en la zona de invitados, detrás de los parlamentarios, y
siguen en silencio la actividad que se lleva a cabo. La duración de esta visita
depende también de la dinámica parlamentaria, pero suele ser de una media
hora.
– Vuelta a la sala inicial, donde se cierra el taller con preguntas y debate
final, conducidos por el monitor que dirige el taller [al final, se administra el
segundo cuestionario a los jóvenes, y la segunda parte del cuestionario al
profesorado].
– Acompañamiento de los jóvenes a la salida del Parlamento [después,
nuestro equipo entrevista al monitor del taller, para recoger sus impresiones al
respecto].
7
3.- Resultados
Planteamos tres temas centrales en esta investigación:
3.1.- Cultura y confianza política de los jóvenes
Este grupo de datos forman el grueso de la parte descriptiva de la
investigación. Ofrecemos aquí algunos de esos datos más relevantes,
especialmente los que se refieren a los intereses de los jóvenes hacia la
política y la confianza que depositan en los diputados y en la misma institución
parlamentaria. La pregunta inicial que abría el cuestionario pedía a los jóvenes
que expresaran, de manera abierta y por orden de importancia, tres temas de
preocupación personal. El gráfico 1 expresa los resultados obtenidos.
Gráfico 1.- Preocupaciones de los jóvenes (datos relativos)
Como se puede apreciar, en un primer nivel de importancia destacan la
vivienda y la educación, seguidos del trabajo, la inmigración, la economía y el
terrorismo. En un tercer nivel se ubican la inseguridad ciudadana, la identidad
(nacionalismo catalán), la pobreza y el medio ambiente. Los primeros
resultados, acerca de los temas que preocupan a los jóvenes deben ser
contrastados y contextualizados con resultados macro-demoscópicos. Por las
vivienda
educación
trabajo
inmigración
economía
terrorismo
inseguridad
iden4dad
pobreza
medio ambiente
futuro
jus4cia
40,2 30,3
24,6
17,2
11,5 10,7
5,7
5,7
4,9
4,1
1,6
0,8
8
mismas fechas, la encuesta del CIS, relativa al conjunto de la población
española, mostraba una preocupación por el trabajo, el terrorismo, la vivienda y
la inmigración (con datos superiores al 30%), y algo más alejados surgían
temas como la economía, la inseguridad ciudadana, la pobreza y la educación.
Así se expresa el gráfico 2.
Gráfico 2.- Preocupaciones de la población española (datos relativos)
Las flechas indican el cambio de tendencia en relación con nuestra
muestra. En lo concerniente a las coincidencias, cabe destacar la preocupación
por la vivienda (elevada en ambos casos) y el trabajo (el paro, para ser
exactos), y la poca preocupación por los temas situados en la banda inferior
(identidad, pobreza, medio ambiente, junto con el futuro y la justicia). Pero hay
dos datos sumamente significativos en las disonancias de ambas muestras: i)
por un lado, los jóvenes expresan un alto interés por la educación, de hecho
por su educación, tema poco valorado por el conjunto de la población; ii) por
otro lado, los jóvenes muestran una preocupación claramente inferior hacia
temas de elevado interés mediático, especialmente el terrorismo y la
inmigración, junto con la inseguridad ciudadana.
Una segunda pregunta pedía una autoubicación ideológica, en términos
de derecha-izquierda, en una escala de 0 a 10. El gráfico 3 muestra los
vivienda
trabajo
economía
inseguridad
pobreza
futuro
32,5
4,2
37,4
31,9
18,0
36,5 16,7 1,1
4,4
2,4
0,2
1,3
Fuente: Cis, 2007
9
resultados obtenidos, que se podrán comparar con el gráfico 4, respecto al
conjunto de la población española, según las mismas fuentes del CIS.
Gráfico 3.- Autoubicación ideológica de la muestra (izquierda-derecha)
Gráfico 4. Autoubicación ideológica de la población española, Estudio nº
2.700,http://www.cis.es/cis/opencm/ES/1_encuestas/estudios/ver.jsp?estudio=6
978, Centro Investigaciones Sociológicas (Cis), Madrid, consultado el
02.06.2008.
La comparación entre ambos gráficos revela un decantamiento hacia la
izquierda de nuestra muestra en relación con la de la población española,
ambas recogidas en la misma época. En este sentido, cabe destacar la
diferencia importante en ambos extremos del arco ideológico, con más
presencia en la muestra de jóvenes, que va en detrimento de las posiciones de
centro, ya que las de izquierda y las de derecha muestran poca variación en las
dos muestras. Este dato, junto con las preocupaciones mostradas en el gráfico
1, nos permite aventurar que los jóvenes que asisten a las actividades del
Parlamento de Cataluña plantearán a los diputados cuestiones relativas a lo
10
social y al estado del bienestar (vivienda, sanidad, educación), por delante de
cuestiones relativas a la seguridad y a las libertades individuales.
En el mismo terreno de las inquietudes y la cultura política de los
jóvenes, se indagó acerca de un conjunto de aspectos directamente vinculados
a su confianza en la política y en los políticos. El gráfico 5 muestra los datos
relativos a seis de esos aspectos, en una escala de 0 a 10; el sentido de las
agujas del reloj ordena los datos de mayor a menor, según se indica también
entre paréntesis: capacidad o competencia de los diputados (6,1); interés por la
política (5,2); interés por las noticias acerca de política (5,1); sinceridad de los
diputados (4,2); confianza en los diputados (4,0), y representatividad del
Parlamento (3,7). Parece relevante el diferencial existente entre la capacidad o
competencia que atribuyen a los políticos y la poca confianza que les dirigen, y
que se expresa en la poca representatividad que tiene el Parlamento para ellos.
El dato podría pasar por poco interesante, pero el hecho de que muestren un
interés relativo hacia la política y hacia las noticias de política eleva su interés.
Gráfico 5.- Confianza en la política y en los políticos (escala de 0 a 10)
Estos datos se acompañan de la opinión inicial que les merece el trabajo
parlamentario. Para el 41,3% de la muestra, el Parlamento realiza una función
altamente importante para sus vidas diarias, y sólo un 13,2% considera que
0
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
Capacidad de los
diputados
Interés por la polí4ca
Interés por las no4cías
sobre polí4ca
Sinceridad de los
diputados
Confianza en los
diputados
Representa4vidad del
Parlament
11
esa importancia es baja, e incluso el 45,1% opina que la tarea parlamentaria
puede ser interesante para los jóvenes mismos, aunque cerca de la mitad
(48,5%) valora que no tiene elementos suficiente para determinar si realmente
esa tarea puede ser de su interés, porque afirman que desconocen lo que allí
se cuece.
Un dato importante para recoger la fiabilidad de los resultados obtenidos
es indagar el contraste de parecer que tienen jóvenes y profesorado acerca de
la cultura política de los primeros. Se pidió al profesorado que expresara su
opinión acerca de tres aspectos importantes para esta investigación, como
eran: grado de interés por la política de sus alumnos; ubicación ideológica que
el profesorado cree que se autootorgan los jóvenes, y grado de interés por las
noticias de política. El gráfico 6 muestra este contraste.
Gráfico 6.- Contraste de opinión entre jóvenes y profesorado (escala de 0 a
10)
Destacan claramente dos tendencias: en primer lugar, el profesorado
ubica perfectamente la autodefinición ideológica que realizan sus estudiantes
(columnas centrales del gráfico); en segundo lugar, muestran unos datos
significativamente inferiores en la opinión que les merecen sus alumnos en
cultura política. Recuperaremos este dato en la discusión final.
En la parte final del taller se preguntó a los jóvenes acerca de sus
perspectivas personales hacia la política, en dos terrenos: su dedicación a la
Profesorado
Jóvenes
Interés por la polí4ca Autoubicación
ideológica
Informados de
polí4ca
3,5
6,5
3,1
5,3 6,5
5,1
12
política activa, y sus expectativas de acudir a las urnas. En cuanto a la
posibilidad de dedicarse a la política, el 54,9% tiene decidido que no lo hará,
contra un 18% que considera esa posibilidad, y un 27% que no lo sabe. Es un
dato que ofrece muchas lecturas y merece un estudio más detallado;
brevemente, que casi un tercio muestre indecisión acerca de esta posibilidad, y
que sólo la mitad tenga definida su posicion contraria, no tiene por qué ser
interpretado de manera negativa, a tenor de los datos que suelen presentarse
sobre la desconfianza y la desafección hacia la política; incluso podemos
afirmar que esperábamos un dato más negativo al respecto. Hay que
considerar que los jóvenes expresan esta opinión justo después de haber
participado en una actividad en directo con políticos, lo que puede haber
favorecido un acercamiento y una implicación emocional más estrecha. Por
supuesto, este dato será ampliado en el siguiente apartado y servirá de eje en
nuestra discusión final.
Para terminar este apartado, se preguntó acerca de las expectativas de
voto de los jóvenes. Como se recoge en el gráfico 7, se expresó una alta
voluntad de acudir a las urnas, y una muy reducida expectativa abstencionista
(3%). Conviene aquí recordar que los jóvenes de la muestra son de primer
curso de Bachillerato (16-17 años) y no tienen derecho a voto hasta los 18, que
el clima político del momento era de cierta crispación entre los partidos
políticos, y que existía una perspectiva inmediata de voto a elecciones
generales a diez meses.
Gráfico 7.- Expectativa de acudir a votar (datos relativos)
3.2.- Impacto del Taller en el refuerzo de valores democráticos
89,4
3,3
7,3
si no no lo sé
13
Un primer resultado sobre el impacto del Taller es que, cuando los
estudiantes han tenido un contacto directo con los diputados y las diputadas y
han vivido en directo una sesión ordinaria de pleno parlamentario, parece
producirse un cambio momentáneo de actitud hacia los políticos y las tareas
parlamentarias. Vamos a ofrecer datos de los estudiantes, los profesores y los
mismo políticos que han intervenido en la actividad.
En la parte final del taller se preguntó a los jóvenes sobre ese supuesto
cambio de opinión y de actitud hacia la política y los políticos. Por un lado,
algunos datos corroboran que se genera un aumento de confianza y de interés,
como recoge el gráfico 8.
Casi la mitad (45%) reconocen que ahora (después del taller) los diputados son
accesibles y les han escuchado. Un tercio de los jóvenes (33%) consideran que
los políticos se ocupan de resolver los problemas de la gente. Tres de cada
cuatro (78%) valoran que los temas tratados eran importantes para ellos en
particular.
Gráfico 8.- Confianza en los políticos (después del taller)
Además, se les preguntó directa y explícitamente sobre el cambio de
opinión provocado por el taller, como recoge el gráfico 9.
Gráfico 9.- Impacto del Taller, según los jóvenes
¿Consideras que los
diputados son accesibles y
te han escuchado?
¿Crees que pueden resolver
los problemas de la gente?
Los temas hablados con los
diputados, ¿eran
importantes para 4?
7,4
11,5
4,1
47,5
55,7
18,0
45,1
32,8
77,9
nada-poco medio bastante-mucho
14
Se puede observar que, en los tres elementos indagados, la mitad de los
estudiantes reconocen ese cambio positivo de actitud o de opinión,
especialmente en la valoración de la tarea de los diputados. Cabe destacar la
poca incidencia de las respuestas de inhibición o desconocimiento (n/s),
también sobre todo en lo relativo a la importancia otorgada al trabajo de los
políticos.
El profesorado que acompañaba a los jóvenes, normalmente tutores o
especialistas de las áreas de sociales o filosofía, expresó que el taller tenía una
importancia considerable en el desarrollo de valores democráticos. En las
preguntas abiertas del cuestionario administrado, se afirmaron en los siguientes
términos:
– La intervención de los diputados fue muy satisfactoria.
– El taller puede contribuir de manera muy elevada al desarrollo de
valores democráticos.
– La sesión del pleno en directo era muy oportuna.
Cabe insistir en una cuestión central, acerca del impacto que genera
también la solemnidad del lugar, donde los jóvenes reciben un trato al que no
están acostumbrados y que quizás en otras instancias no son habituales. Esta
valoración se puede derivar de la opinión del profesorado acerca del alto grado
de aprovechamiento de la actividad por parte de los jóvenes, pero sobre todo
El taller, ¿ha cambiado tu
opinión sobre los diputados?
¿Tienes ahora más confianza
en los diputados?
¿Valoras ahora más la tarea
de los diputados?
47,1
45,1
50,8
36,4
28,7
37,5
16,5
26,2
11,7
si no no lo sé
15
por su buen comportamiento, bastante mejor de lo normal, siempre según el
profesorado.
En resumen, el profesorado expresó que este tipo de actividad permite
acercar mucho la política, y especialmente las instituciones, a los jóvenes y que
ayuda a cambiar la idea que tienen los jóvenes sobre la “vida laboral” de los
políticos, valorados siempre como poco trabajadores o poco dados a su tarea.
En la misma línea se aproximaron los políticos participantes en el taller, cuando
fueron entrevistados sobre este aserto. Para ellos, los talleres son muy
positivos y sirven para que los jóvenes se acerquen a los representantes
políticos y a las instituciones (para comprobar que son “de carne y hueso”,
como afirmó uno de ellos). Están convencidos de que las actividades de este
tipo ayudan a cambiar la imagen de la política, que reconocen que es poco
positiva entre la población general, ya que la gente suele desconfiar de los
políticos, también según su propia opinión.
En cuanto al perfil de los jóvenes, los políticos mostraron su sorpresa por
el grado de preparación y participación, con preguntas concretas, aunque
previsibles (vivienda, educación, etc.), y que siempre se habían encontrado con
actitudes respetuosas y educadas, aunque valoraban que a los jóvenes les
falta formación política y cierta información en algunos temas, algo que debería
ser ocupación de los centros educativos, según ellos, y que abordamos en el
siguiente apartado.
3.3.- Tratamiento educativo de la política y de los valores democráticos
La responsabilidad de los centros escolares en la formación política y en
el desarrollo de los valores democráticos fue indagada entre el profesorado
acompañante y también entre los políticos participantes. Según el profesorado,
los jóvenes superan con una nota muy ajustada (5 sobre 10) su competencia
como ciudadanos y ciudadanas responsables con derecho a voto, cuando
tengan la edad. Cuando son interrogados acerca de la responsabilidad de la
educación en esta formación ciudadana, la respuesta es altamente positiva: en
la escala sobre 10, la intervención de la escuela en el desarrollo de una
ciudadanía activa se valora con un 7,4.
16
De todas maneras, cuando se les preguntó, a continuación, si con
antelación habían preparado en clase la asistencia al taller, la respuesta fue
negativa: sólo uno de los grupos asistentes había realizado una pequeña
investigación previa, con tormenta de ideas para decidir temas y preguntas
relevantes, con indagación de datos acerca de esos temas, con un
conocimiento algo más profundo de las funciones parlamentarias, etc. En
pocas palabras, se reconoce la responsabilidad de la escuela y el instituto en la
formación política de los jóvenes, pero esa función no se concreta en tareas
específicas ni se lleva a cabo de manera sistemática.
En el mismo sentido, sin embargo, el profesorado afirma que suele
opinar en clase sobre asuntos políticos, vengan o no a cuento de las tareas
curriculares en curso (6 en una escala de 10), y paralelamente, los temas
políticos suelen trabajarse más bien poco en clase (4,9 en la escala de 10).En
cuanto a la opinión de los políticos, sobre la necesidad de formación política de
los jóvenes, su posición se resume en dos asertos: a) debería haber formación
política en la educación secundaria; b) hay que desarrollar los valores
democráticos también en otros espacios (ayuntamientos, por ejemplo).
Finalmente, se pidió al profesorado su opinión acerca de los valores
democráticos que deben guiar la formación de los jóvenes. Por orden de
prioridad, los valores apuntados son los siguientes: en lugar preferente, la
libertad individual, la igualdad, y la solidaridad; en segundo lugar, la
participación, la tolerancia, el respeto, y la conciencia de lo público; en último
lugar, la capacidad crítica, la información, la responsabilidad, la honestidad y el
civismo. Esta escala de valores servirá de base para desarrollar nuestra
propuesta en la discusión final de este trabajo.
4.- Discusión
Limitaremos este apartado a discutir acerca de los dos objetivos
centrales del estudio: por un lado, acerca de la cultura y formación política de
los jóvenes; por otro lado, sobre el contenido y orientación de esa formación
política en contextos educativos formales. Ante todo, debemos recordar que los
datos obtenidos no permiten realizar generalizaciones de ningún tipo, más allá
de los sujetos entrevistados. Sin embargo, es interesante detectar que una
17
muestra que presenta determinadas características, como veremos en el
primer punto, despierta una reacción del profesorado y de los políticos para
impulsar una determinada formación, como veremos en el segundo punto.
4.1.- Resultados más destacados
Resumiremos primeramente los resultados más destacados de nuestro
estudio para escrutar los elementos que merecen ser investigados y discutidos
con profundidad. La autoubicación ideológica de los jóvenes de la muestra se
sitúa algo más a la izquierda que la población general. Los jóvenes tienen un
interés moderado por la política, con ciertas carencias formativas, pero
muestran una alta perspectiva de acudir a las urnas. La competencia o
formación de los políticos es, según ellos, mucho más elevada que la confianza
y la sinceridad que les otorgan. El carácter extraordinario de la actividad que
los jóvenes llevan a cabo en el Parlamento puede tener, sin duda, un efecto
solemnizante en ellos hasta el punto de obligarles, en cierto sentido, a sacar lo
mejor de sí cuando se les pregunta.
Además, determinados acontecimientos puntuales o crónicos pueden
repercutir en sus conocimientos e interés de la vida política y de los políticos:
crispación entre partidos, debates sociales sobre déficits en infraestructuras
(aeropuerto, transporte público, apagones eléctricos), crisis económica o
financiera (detectada en términos cotidianos en el ámbito familiar y reflejado en
los medios), etc. Su autoubicación ideológica es un ejemplo de lo dicho. Esta
adscripción ideológica presenta dos datos destacables: se muestra más
escorada a la izquierda que la población en general, y exhibe resultados más
extremos a ambos lados del arco ideológico. Aunque el dato no es concluyente
ni extensible al conjunto de la juventud española o catalana, es relevante para
la interpretación de las respuestas y actitudes mostradas en este estudio.
Los temas que les preocupan, por ejemplo, son una expresión de esa
deriva hacia la izquierda. El cambio de ciclo político que están experimentando
Cataluña y España desde 2004, la incertidumbre económica y financiera
generada desde 2006 y, en lo más cercano a los jóvenes, las dificultades
percibidas en vivienda, educación y trabajo, tienen un efecto directo en la
conciencia política de la población en general, pero bastante más en los
18
menores, que están empezando a construir sus proyectos de vida.
Precisamente, su preocupación por la educación no coincide con la que tiene el
conjunto de la población española (30,3% de los primeros, contra 4,2 de éstos):
los vaivenes de los últimos años en la administración educativa (derogación de
leyes, nuevos planes de estudio, asignaturas polémicas, etc.), junto con la
perspectiva de cambio inminente en el mapa de oferta de la educación
universitaria, en el marco del Espacio Europeo de Educación Superior, han
tenido una repercusión cierta en la creación de un estado de opinión.
Ese estado aparente o real de incertidumbre o desconfianza hacia el
futuro puede conectarse con su moderado interés por la política y el
reconocimiento elevado (79%) de que los temas tratados con los políticos eran
interesantes y pueden tener una repercusión directa en la vida personal de los
jóvenes. Es decir, su confianza relativa y moderada hacia los políticos puede
tener una correspondencia hacia la consideración de que ellos, los políticos,
son los encargados de encauzar esos temas y darles solución. Pero además, el
carácter social de las preocupaciones de los jóvenes refuerza su posición de
izquierdas, en comparación con el conjunto de la población española, una
población que otorgaba más importancia a temas bandera de la derecha en los
últimos años: inmigración, terrorismo e inseguridad ciudadana.
En consecuencia, cuando el debate político se centra en lo social y abandona
lo particularmente político, en su sentido de lucha partidista, se incrementa el
grado de interés de los jóvenes hacia la política. No significa eso que no exista
una preocupación por la inmigración, el terrorismo o la seguridad personal; sino
que cuando el debate político sobre estos temas olvida su vertiente social,
decae el interés hacia estos temas; si estos temas copan la agenda política,
automáticamente se genera una desafección por la política porque son
percibidos como asuntos meramente políticos, sin ninguna carga u orientación
social.
El dato relativo al incremento de las posiciones ideológicas extremas se
corresponde también con la habitual consideración radical del pensamiento
juvenil. La supuesta radicalidad ideológica de los jóvenes, estudiada en la
literatura sociológica, se asocia a una también supuesta voluntad de cambiar
las cosas y de subvertir el orden establecido. Esa radicalidad debería
apreciarse en el fondo y también en las formas. Aunque no era el centro de
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nuestro estudio, podemos acoger esta consideración radical con cautela, no
sólo porque los datos no sean espectacularmente favorables a estas
posiciones, tanto de extrema derecha como de extrema izquierda, sino porque
el mismo desarrollo de las sesiones del taller entre los políticos y los jóvenes
transcurrieron con absoluta normalidad democrática, con momentos de
considerable intensidad dialéctica, pero sin romper las formas y mucho menos
con salidas de tono ni propuestas descabelladas.
De hecho, las opiniones posteriores de los políticos redundaban en esta
aseveración, como se ha visto en los resultados, destacando el buen clima de
diálogo alcanzado e incluso la previsibilidad de las inquietudes y preguntas de
los jóvenes, algo que hablaría poco a favor de esa supuesta radicalidad.
Además, en la misma línea, la opinión de los jóvenes acerca de los políticos es
moderadamente optimista y positiva, contraria a lo comúnmente establecido e
incluso a lo que los mismos políticos expresan en sus entrevistas, acerca de la
desconfianza generalizada de la población hacia ellos. Cabe insistir en el clima
solemne donde se desarrolla la actividad, que sin duda ayuda a una cierta
moderación en las formas y en los fondos.
4.2.- Contenido y orientación
En segundo término nos interesa poner a discusión elementos para
avanzar en el contenido y la orientación de la formación política de los jóvenes.
Las dificultades de llevar a cabo esta formación ciudadanía radican, sin duda,
en aspectos de orden organizativo y curricular, pero también de orden
ideológico, tanto dentro del mismo sistema educativo como fuera. Queremos
incidir, por lo tanto, en los dos contextos, interno y externo, conscientes sin
embargo de que la responsabilidad principal recaerá siempre en la escuela o el
instituto, y personalmente en el profesorado, con un papel fundamental en todo
este asunto, por cuanto, al margen de las disposiciones curriculares, tiene la
posibilidad de propiciar unos mínimos en la formación política de sus
estudiantes.
Como se ha visto en la exposición de resultados, las actividades
desarrolladas en el Taller de Plenos modifican sustancialmente la opinión de
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los jóvenes acerca de la política y de los políticos, en los vectores siguientes: i)
porque ayudan a aumentar su confianza en los políticos; ii) porque incrementan
el valor acerca de la tarea de los políticos; iii) porque refuerzan su opinión de
que se tratan temas que repercuten en sus vidas diarias; iv) porque consolidan
la intención de participar en los procesos electorales.
Las razones de esta modificación hay que buscarlas en tres direcciones:
en primer lugar, como se ha dicho, por la presión que ejerce la solemnidad del
entorno, que desemboca en una confesión políticamente correcta de los
jóvenes acerca de su cultura política y de su confianza en los políticos y la
política; en segundo lugar, por la cercanía y proximidad con los protagonistas
directos de la política, algunos de ellos radiotelevisados con asiduidad, pero
principalmente caricaturizados en programas televisivos de máxima audiencia
en la televisión autonómica; en tercer lugar, por el mismo acto reflexivo y
deliberativo que se desarrolla durante la actividad del taller.
Todo ello contribuye, sin duda, a que afloren o emerjan una serie de
actitudes y opiniones que normalmente no tienen ocasión de expresar en las
condiciones expresadas. Es decir, cuando se realizan actividades de este estilo
en el contexto del aula, en el instituto, el alumno tiene más dificultades para
visualizar el conjunto y el marco real de la situación, lo cual no deja de tener un
efecto ciertamente inhibidor o poco estimulante hacia el tema. La política,
tratada en una situación de laboratorio como el aula, es concebida como algo
alejado, insulso, sin protagonistas claros. La situación en el Parlamento sugiere
otro marco interpretativo para los jóvenes, por supuesto más cercano a lo real
pero también más de carne y hueso.
Eso no significa que el contexto del aula no tenga una función a
desarrollar, sino todo lo contrario. Para evitar que la actividad del Taller sea
algo extraordinario y no tenga ninguna repercusión a medio o largo plazo, es
fundamental que el profesorado garantice la continuidad de esta tarea en los
centros educativos, bajo un enfoque integral, que complemente y asegure el
impacto recibido en el Parlamento. Una actividad de tal calibre requiere un
trabajo previo y posterior en el mismo centro educativo, quizás más importantes
que la misma actividad externa al centro, ya que el profesorado es quien debe
asegurar que se consoliden determinadas habilidades democráticas bajo un
enfoque integral.
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El contenido de esta formación política, con un enfoque integral, debería
incluir el desarrollo de la capacidad de observación de modelos de relación
democrática positivos, la reflexión deliberativa para desarrollar y profundizar en
la capacidad de comprensión crítica de los límites y posibilidades del sistema
democrática, y la práctica mediante simulación de las habilidades democráticas
y la implicación en acciones y proyectos de implicación comunitaria.
5.- Conclusiones
Como expusimos en los resultados, el mapa de valores democráticos
construido a partir de la aportación del profesorado nos permitiría configurar la
orientación más o menos precisa de esa educación política. Su respuesta
quedaría sintetizada en el esquema siguiente, donde se recogen los valores
expresados en tres niveles de desarrollo educativo, según su orden de
importancia:
En un primer nivel, se ubican los valores guía, de carácter sustantivo,
que dotan de esencia a la acción formativa; los valores expresados por el
profesorado eran los de libertad individual, igualdad, y solidaridad.
En un segundo nivel, se identifican unos valores fuertes, de carácter
operativo, que sirven para activar y concretar los anteriores; esos valores eran
la participación, la tolerancia, el respeto, y la conciencia de lo público.
En un tercer nivel, se sitúan unos valores que etiquetaremos de
necesarios, con una clara orientación estratégica, como eran la capacidad
crítica, la información, la responsabilidad, la honestidad y el civismo.
En esta gradación se vislumbra claramente un programa de formación
política, orientado a educación secundaria, que queremos comentar como
colofón de este trabajo. La distinción entre valores guía, operativos y
estratégicos, tiene una determinante connotación pedagógica, por cuanto predibujan sendos niveles de desarrollo curricular, pero también expresan una
apuesta bien precisa en el terreno ideológico. La priorización del profesorado,
con valores de índole progresista (libertad e igualdad, junto con la solidaridad),
es coincidente con un planteamiento ideológico de izquierda y centro-izquierda,
mayoritario entre los estudiantes de la muestra. Esta coincidencia ayudaría a
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reforzar la coherencia de un programa de formación política, que sería recibido
al menos con cierta comodidad por los alumnos.
Sería oportuno y útil conocer, con rigor y profundidad, el grado de
conocimiento de los alumnos acerca de la orientación ideológica del
profesorado, puesto que la posible distancia entre unos y otros puede ayudar o
impedir el desarrollo de cualquier acción en este sentido. Esta aseveración
tiene un peligro evidente cuando el docente adoctrina e intenta aprovechar la
formación política para dogmatizar posiciones; lejos de conseguir su propósito,
lo habitual es que los jóvenes rechacen esa deriva fundamentalista.
La apuesta por un marco de referencia basado en la libertad, la igualdad
y la solidaridad, de manera conjunta e inseparable, además de marcar una
orientación claramente progresista, determina la imposibilidad de apostar por
modelos autoritarios, discriminatorios o egoístas, negadores de los respectivos
valores anteriores, y determina sin ambigüedades el sentido y orientación en el
desarrollo de los niveles siguientes. Los modelos políticos liberales e
igualitarios, herederos de la más pura esencia de la modernidad, se inspiran en
esa dualidad indivisa, que Bobbio reclama para la izquierda siguiendo la más
pura tradición dialéctica de orientación marxista. Bobbio afirma que
precisamente las parejas de nociones (libertad-autoritarismo; igualdaddesigualdad) informan sobre la posición ideológica de derecha e izquierda.
Según él, en versiones radicales no puede haber libertad sin igualdad como no
puede existir la segunda sin la primera. Conviene precisar que, así como la
idea de libertad casi no ofrece dudas, el de igualdad necesita concreción y,
para Bobbio, guarda más relación con la equidad que con el igualitarismo, y
siempre estará en función de los agentes, bienes, y del criterio de reparto de
esos bienes. Esta idea de igualdad se refleja, por ejemplo, en la defensa o no
de voto para los inmigrantes.5
Lo contrario, la elección entre igualdad o libertad, conlleva una deriva
peligrosa puesto que ineluctablemente se interpone el valor de la seguridad, ya
que «promover la seguridad siempre exige el sacrificio de la libertad, en tanto
que la libertad sólo puede ampliarse a expensas de la libertad”.6
5 BOBBIO, Norberto, Derecha e izquierda, Taurus, 1995, Madrid, 2ª ed. 6 BAUMAN, Z., Comunidad. En busca de seguridad en un mundo hostil, Siglo XXI, Madrid, 2001.
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Situado, pues, el primer marco de referencia, los demás niveles se
desarrollarían con coherencia y sin solución de continuidad, concretados en los
valores operativos de participación, tolerancia, respeto y conciencia de lo
público, y mediante un conjunto de valores estratégicos, sintetizados en la
capacidad crítica, el acceso y administración de la información, la
responsabilidad, la honestidad y el civismo.
Nos parece un marco interesante para empezar a pensar en la
posibilidad de proponer un programa de formación política coherente con la
sensibilidad de los jóvenes que tiene delante el profesorado, un programa que
profundice en temas de interés para ellos, con el objetivo y la necesidad de
hacer más transparentes y fluidas las relaciones en el espacio público, que en
definitiva son definitorias del clima político de un país. Experiencias como la
que hemos visitado en este trabajo estimulan a seguir pensando en los centros
educativos como espacios democráticos pero sobre todo en espacios de
formación de una ciudadanía democrática, activa y crítica.
Bibliografia
BAUMAN, Zygmunt. (2001). Comunidad. En busca de seguridad en un mundo
hostil. Madrid: Siglo XXI.
BOBBIO, Norberto. (1995). Derecha e izquierda. Madrid: Taurus, 2ª ed.
CRICK, Bernard. (2001). En defensa de la política. México: Tusquets Editores,
5ª ed.
GENERALITAT DE CATALUNYA. (2008). Actituds polítiques i comportament
electoral a Catalunya: materials per a un debat social. Barcelona: Departament
d’Interior. http://www.gencat.cat/drep (última consulta 02.06.2008).