La cosecha de limón caerá un 30% la próxima campaña en la Región

Asaja Murcia augura un futuro negro para los cítricos en el Levante si no se regulan sus condiciones de venta y les da dos años de vida

Limones de la huerta murciana.

Limones de la huerta murciana. / Iván Urquízar

La asociación agraria Asaja augura un futuro negro a los cítricos en el Levante si la situación no cambia. De momento, estiman que en la próxima campaña la cosecha se reducirá un 30%, debido a las adversidades climáticas, la mala calidad del agua, la incidencia de las plagas y la baja rentabilidad de la campaña pasada.

«Todos estos factores han llevado a los agricultores a dejar bastantes zonas sin podar y sin arreglar», aseguró este martes el presidente de Asaja, Juan de Dios Hernández, a La Opinión, que calificó la zona del Levante de «semicatastrófica» y auguró el fin de los cítricos en dos años: «Si no se regulan los precios, están condenados a desaparecer».

De momento, la asociación expresó en una nota de prensa que «los datos obtenidos, tras realizar encuestas en el campo y en las distintas zonas productoras de la Región, confirman una reducción de la cosecha», incidiendo en que habrá un 30% menos de limones de la variedad verna que se recoge en abril.

Juan de Dios Hernández asegura que las dos últimas campañas han sido «desgarradoras»

Hernández puso de relieve que las dos últimas campañas han sido «desgarradoras» para el sector primario. Por eso, esperan que la situación se equilibre con esta menor producción, después de que el año pasado tuvieran que asumir el coste de recolección de los cítricos destinados a la industria e, incluso, dejarlos directamente sin recolectar.

El líder agrario manifestó que aunque la situación no es favorable confían en la responsabilidad «tanto de los operadores económicos como de las grandes superficies que son los que tienen que hacer llegar ese equilibrio a la producción, a los agricultores».

Según Hernández, ese compromiso pasa por respetar los precios de producción. A diferencia de lo que pasó durante la campaña anterior, cuando esos costes se fijaron a la baja, estableciéndose «entre los 3 y 9 céntimos el kilogramo», teniendo en cuenta que los gastos asociados a la producción pueden llegar a situarse entre los 22 y los 28 céntimos el kilo. «Nosotros observamos, a pie de suelo, que la media de todo el año ha sido de un 1,85 céntimos a nivel nacional. Y si hablamos de exportación, bueno, están vendiendo limones a 2,50, a 3,00, a 3,50 en países vecinos como Francia y demás, en la Unión Europea. Es decir, hay un desequilibrio y el que siempre pierde es el productor y eso no puede ser», zanjó Hernández.

Uso de fitosanitarios

Otra de las reclamaciones principales que hizo la asociación, mediante una nota de prensa, tuvo que ver con el uso de fitosanitarios para poder combatir las plagas, ya que aseguran que las normativas de la Unión Europea con respecto a estos productos están llevando a los cultivos a enfermar. Como consecuencia, Asaja instó al Gobierno central a permitir el uso excepcional de estos plaguicidas y añadió que «el agricultor está indefenso ante las plagas por la dejadez e incomprensión del Ministerio de Agricultura».

A ese respecto, el presidente de la organización afirmó que la ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico de España, Teresa Ribera, ha desoído las peticiones de los agricultores en lo que considera un «espaldarazo» al sector: «En lo que lleva de mandato no se ha reunido con nosotros, eso es gravísimo», denunció.

Además, desde Asaja, hicieron un llamamiento contra los márgenes comerciales abusivos: «Durante varias campañas hemos asistido a precios fijos en los puntos de venta a los consumidores de entre 1,79 €/kg y 2,39 €/Kg mientras que el agricultor no ha superado los 18 céntimos por Kg, en el mejor de los casos, según los datos del Observatorio de precios de Asaja Nacional».

Asimismo, la asociación puso en valor la importancia de las campañas de concienciación dirigidas a los consumidores europeos, destacando el papel de los cítricos en el mantenimiento de la biodiversidad, la lucha contra la desertificación y la absorción del CO2. También precisó que «el consumo de cítricos europeos es garantía de calidad y seguridad alimentaria.