Se trata de precipitados de calcita, similares a las que existen en otros ecosistemas con problemas de eutrofización. Investigadores del IEO constatan la desaparición total de la vegetación del fondo en esa área
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Los investigadores del Instituto Español de Oceanografía han podido por fin identificar la composición de la extraña mancha blanca que en los últimos años ha ido creciendo en el Mar Menor a la altura de Punta Brava: está formada por precipitados de calcita, similares a las identificadas en otros dos ecosistemas con problemas de eutrofización parecidos a los que sufre la laguna murciana.
Las inmersiones realizadas en la zona han podido constatar la desaparición total de la vegetación del fondo en el área cubierta por la masa blanquecina, cuyo origen podría estar relacionado con otro fenómeno para el que los científicos siguen sin encontrar una respuesta: el aumento del PH de las aguas del Mar Menor.
El investigador del Instituto Español de Oceanografía Juan Manuel Ruiz es quien ha avanzado a ONDA REGIONAL este descubrimiento, que sigue sin explicar cómo se generó la mancha blanca pero al menos permite identificar su composición: es un fenómeno de «blanqueamiento» similar al documentado en el Mar de Bering y en la desembocadura del parque nacional de los Everglades en Florida, con los que comparte también una llamativa sobreabundancia de un tipo de plancton extremadamente pequeño.
El hallazgo, como decíamos, no explica el origen de la mancha ni las razones por las que permanece siempre en la misma zona y no deja de crecer. Como hipótesis, Ruiz plantea que pueda existir una relación con otro fenómeno preocupante, que es la constante elevación del nivel de PH que han experimentado las aguas del Mar Menor desde el colapso de 2016.
Conviene subrayar que la variación de los niveles de PH en un ecosistema como el del Mar Menor constituye una anomalía muy notable y por partida doble: primero, porque los sistemas marinos tienen una enorme capacidad para autorregularse y evitar este tipo de cambios. Segundo, porque en un entorno como el de la laguna, lo que cabía esperar era que el agua se volviera más ácida y no más alcalina, que es lo que está ocurriendo.
Quedan todavía muchas preguntas a las que responder, por ejemplo qué tipo de relación puede tener está concentración de calcita con los nitratos de origen agrícola, o con los vertidos que llegan por la rambla del Albujón. Pero de lo que no hay dudas es de sus efectos: bajo la mancha blanca, ha desaparecido toda la vegetación que había en el fondo marino.