La Policía Nacional aclara la desaparición en junio de 2019 de un hombre, a quien una banda de narcos habría matado y enterrado en un monte
LA VERDAD
José Alonso Marín, alias ‘El Rosao’, de 35 años y vecino de Moratalla, desapareció el miércoles 19 de junio de 2019. Esa tarde, el hombre vestía un pantalón oscuro y una camiseta gris cuando salió de su casa y se puso al volante de un Audi A4 de color azul. Desde entonces y a lo largo de casi un año y medio, no había vuelto a haber noticias de este joven, a quien las fuerzas de seguridad relacionaban con el tráfico de estupefacientes y que muchos de sus vecinos daban irremediablemente por muerto. «A El Rosao lo han matado», era lo poco que algunos acertaban a manifestar, con el miedo metido en el cuerpo ante la posibilidad de que los asesinos pudieran hacer lo propio con quien se fuera de la lengua.
Ayer, todos esos malos augurios se confirmaron sobradamente cuando agentes de la Policía Nacional localizaron enterrado en un monte de Yecla, en la Sierra de Raspay, unos restos humanos que, según todos los indicios, pertenecen a este vecino de Moratalla. El hallazgo del cadáver y el consiguiente esclarecimiento de la desaparición han sido posibles gracias a una operación desarrollada por la Policía contra una presunta banda de traficantes, asentada en la localidad alicantina de Pinoso, en el curso de cuya investigación surgieron datos que apuntaban a su presunta relación con este asesinato.
Fuentes próximas al caso han señalado a LA VERDAD que, hasta el momento, son seis los detenidos por delitos relativos al tráfico de drogas, de los cuales tres estarían directamente vinculados al crimen. A ellos se sumarían otras dos personas, que presuntamente contribuyeron a deshacerse del automóvil de El Rosao, desguazado con ayuda de una radial y guardado a trozos en un almacén.
En el fondo de un barranco
Los tres presuntos implicados en el asesinato se encuentran en prisión desde el sábado por delitos contra la salud pública, pero ayer volvieron a pasar a disposición judicial por el delito de sangre. El juez de guardia los dejó en libertad por este hecho concreto, a la espera de que la Policía Nacional concluya su atestado sobre el asesinato, aunque con la tranquilidad de que no podrán huir ni destruir pruebas por encontrarse ya encarcelados.
Sospechan que dos de los arrestados desguazaron el coche de la víctima, un Audi A4, con ayuda de una radial para ocultarlo
El descubrimiento de los restos del vecino de Moratalla fue posible después de que uno de los detenidos confesara a los agentes el lugar dónde había sido enterrado y les condujera hasta allí: un barranco de la Sierra de Raspay, en término de Yecla, situado en una zona apartada casi de cualquier actividad humana.
A lo largo del fin de semana, se pudo observar un importante despliegue de policías en algunas zonas rurales del municipio de Yecla, en las que se buscaba a alguno de los sospechosos del crimen. La investigación ha sido desarrollada por agentes de los grupos de Estupefacientes y de Homicidios del Cuerpo Nacional de Policía en la Región.