El Real Oviedo vuelve a Primera División 24 años después con una remontada ‘de corazón’ ante el Mirandés

  • Cazorla, Chaira y Portillo anotaron los tres goles que dieron la vuelta a la eliminatoria

  • Panichelli hizo soñar al Mirandés tras conseguir el 0-1 en el minuto 17

Mirandés – Real Oviedo: resumen de la vuelta de la final de promoción a Primera
Rodrigo Álamo   RTVE

La odisea llega a su fin. Tras 24 años vagando por Tercera, Segunda B y Segunda, uno de los equipos más históricos de finales de los 90’s consigue completar su regreso a la élite. El Real Oviedo vuelve a Primera División tras el descenso administrativo a Tercera en 2003 y tras ser salvado por sus accionistas en 2012 al ganar al Mirandés por 3-1 con prórroga de por medio.

‘No podemos vivir así, viendo a nuestro equipo sufrir’, reza el himno que escribió Melendi a ‘su’ Real Oviedo, pero qué es la vida y el fútbol sin ese sufrimiento. Hoy ha venido en forma de gol en contra a los 17′ y de una remontada que hace si cabe más épico este cántico, ya que lo cerraron a imagen y semejanza del final de himno del cantante asturiano, ‘poniendo el corazón’.

Y posiblemente el que tiene el corazón más azul en todo el mundo fue el que dinamitó todo, Santi Cazorla. El jugador de 40 años metió el gol que dio alas a los ovetenses para darle la vuelta a la eliminatoria. Chaira puso la piedra de la prórroga y Portillo, con el golazo del 3-1, quedará como el héroe del equipo carbayón, que jugará en Primera División por primera desde 2001.

 EP

Panichelli hace soñar Miranda y Cazorla da vida a Oviedo

El Mirandés, sin achantarse por el imponente escenario al que se presentaba, salió como ha hecho durante toda la temporada. Un equipo atrevido que encontró premio primero gracias a un jugadón de Iker Benito, quien sirvió un gran centro a la cabeza de Panichelli para cruzarla y hacer el primero del partido. Con la eliminatoria en contra por 0-2, el Real Oviedo acudió a su espíritu en el campo, el eterno Santi Cazorla.

El ‘8’ del Real Oviedo logró el tanto del empate tras un dudoso penalti por manos de Reina en el minuto 38, caldeando el ambiente del Carlos Tartiere, que volvía a creer en el ascenso. Sin embargo, el Mirandés no se vino abajo y tuvo una buena oportunidad minutos después en las botas de Izeta que salvó Aarón Escandell. Panichelli tuvo el 1-2 antes del descanso, pero volvió a aparecer un providencial Escandell.

Chaira pone las tablas en el principio de la segunda mitad y deja todo abierto

El Real Oviedo jugó con más corazón que fútbol en la primera mitad, pero en la segunda salió con las ideas más claras y tuvo premio instantáneo. Ilyas recogió un balón en el área tras un centro de Alhasane que se quedó embarullado y que el delantero marroquí convirtió en el 2-1 en el minuto 51. Con toda la segunda parte por delante, ahora era el Mirandés quien necesitaba un gol si quería ascender a Primera División. Su plan de partido tampoco varió mucho, ya que aún quedaba mucho tiempo de partido.

Quien sí pareció conforme con su segundo gol fue el Real Oviedo, que dejó atrás el infernal ritmo de los primeros diez minutos de segunda parte para contemporizar algo más, pese a que ese resultado llevaba el partido a una prórroga en la que, eso sí, el Real Oviedo tenía la ventaja de que el 2-1 le valía para ascender.

A partir del 60′ el miedo apareció en ambos bandos. Nadie atacaba de más porque el contra de encajar un gol que les negase los 30′ de tiempo extra parecía un peaje muy caro a pagar. Tan solo Alemao, en el 83′ y con una gran jugada personal, sacó el ‘uy’ de los aficionados en la grada del Tartiere.

Portillo desata la locura y el Real Oviedo celebra su regreso a Primera

El Mirandés, que no encontraba la oportunidad de atacar la meta de Aarón Escandell, dominaba en el comienzo de la prórroga el balón en busca de oportunidades. Lisci introdujo al corpulento Butke en busca de cazar algún centro lateral que llegase al área ovetense.

El Real Oviedo, sin embargo, con la templanza de tener 30.000 voces detrás de ellos siendo el jugador número 12, aguantó cuando tocaba y disparó con certeza con tuvo la ocasión. Portillo, el ‘hombre ascenso’ de los últimos años, anotó un golazo que valió el ascenso en el 104′. Recogió un balón en el área, lo controló y disparó una volea directa a la escuadra que desató la locura en el Carlos Tartiere.

Ni Cazorla pudo poner cabeza a la locura colectiva de los oviedistas, invadiendo el campo en la celebración pese a ser sustituido y tirándose de rodillas como el hijo pródigo que consigue por fin el deseado objetivo tras 24 años fuera de la élite.

La segunda parte del tiempo extra fue tiempo para que la afición carbayona se convenciese de que sí, que esta vez sí. El Mirandés, muy cansado, no causó ningún problema a Escandell y el Tartiere se convirtió en una fiesta durante 15 minutos que parecieron interminables en todo Oviedo. Sin embargo, dentro del césped el partido acabó creciendo en tensión, dejando una tangana que acabó con la expulsión de Eguiluz (Mirandés) y Costas (Real Oviedo)

Pese a este incidente, para el Real Oviedo este ascenso supone un final inmejorable a un camino largo y duro, pero al cual los aficionados ovetenses mirarán con menos dolor al saber que el final de la historia es circular y que su equipo vuelve a codearse con los mejores.