El Real Murcia se estrena en Segunda RFEF con un sufrido triunfo (3-2)

Los goles de Fran García, Alberto González y Andrés Carrasco permiten a los granas imponerse a un rival que, pese a ser la cenicienta del grupo, pone en apuros a los locales

LA OPINIÓN

Echó a rodar la Segunda RFEF en Nueva Condomina y lo hizo con victoria para el Real Murcia. Los goles de Fran García, Alberto González y Andrés Carrasco acabaron sirviendo a los granas para ganar a un Marchamalo (3-2) que, pese a ser la cenicienta del grupo, complicó las cosas a un equipo de Mario Simón que tuvo que tirar de jugadas a balón parado para no ser penalizado por su falta de juego y de identidad.

Por mucho que se empeñen los expertos, la posesión no gana partidos. Ya pueden decir las estadísticas que has tenido el balón un 70% del tiempo, que si no has logrado marcar un gol, de nada servirá tu esfuerzo. Solo será el consuelo de los perdedores. Tampoco te asegura el triunfo jugar mejor, contar con más ocasiones o ser más regular. ¿Cuántos encuentros se deciden por una acción aislada? Muchos, sobre todo si vamos bajando escalones en el fútbol nacional. 

Pues algo así ha ocurrido en el estreno de la Segunda RFEF en Nueva Condomina. Lo que pasa que no fue una acción aislada, fueron varias. Ha bajado ya tantos pisos el Real Murcia, que estadísticas como posesión, tiros a puerta o pases buenos pasaron a mejor vida. Solo queda rezar para que vayan llegando los goles y, si algún día el viento se pone de cara, poder decir que el Real Murcia jugó mejor.

No será ese domingo el día, y no será porque el Real Murcia, que se enfrentaba posiblemente a la ‘cenicienta’ del grupo, no fue capaz de dar dos pases seguidos. Habrá que seguir esperando para saber qué Real Murcia tiene en mente Mario Simón y si ese Real Murcia se plasmará algún día en el césped o se quedará solo en los sueños del técnico, pero de momento a los más optimistas poco les importará la pésima imagen ofrecida por los granas durante los primeros 45 minutos de su debut liguero, porque lo que vale son los goles, y al final del choque, el marcador de NC reflejaba un 3-2 que cualquiera hubiera firmado, y más en un club donde la palabra ambición dejó de pronunciarse hace tiempo.

La Segunda RFEF empezó con victoria para el Real Murcia. Pocos, viendo los cuarenta y cinco primeros minutos, habrían imaginado el 3-2 que reflejaba el marcador. Muchos no hubieran pensado en algo diferente a un 0-0, y es hace mucho tiempo que no se vivía un primer periodo tan aburrido e insufrible en el estadio murcianista.

Con un Real Murcia medio asustado por el alto voltaje de un Marchamalo dispuesto desde el minuto 1 a frenar cualquier chispa murcianista, las faltas, los parones, las imprecisiones, los despejes… se comieron cualquier posibilidad de juego. Ni Javi Saura ni Julio Gracia supieron dar un salto de calidad ante un rival recién ascendido y más que modesto. Con los centrocampistas esperando focos mayores, o eso esperamos, Dani García y Fran García eran los únicos que intentaban sostener a un Murcia perdido y sin identidad. Pero los García pasaron más tiempo en el suelo que en pie, porque, como en los coches de choque, los visitantes tenían claro cuál era su objetivo. Y Fane fue el primero en prestarse voluntario para barrer lo que se cruzase por su camino.

Cuando todos los presentes pensaban que hasta el infierno tendría que ser más divertido que estar en Nueva Condomina, empezó la fiesta de los goles. Porque en el minuto 35 Fran García enseñó el camino a los suyos. No hacen falta combinaciones ni pases bonitos, solo hay que disparar nada más ver área. Y el extremo aprovechó un rechace para desde la frontal abrir el marcador para los granas y hacer olvidar la desesperación del inicio.

Pero el Real Murcia no es el Real Murcia si no sufre. Al Real Murcia le encanta autoherirse. Y en el debut en Segunda RFEF lo volvió hacer. Solo necesitó cuatro minutos el Marchamalo para poner el empate en el marcador. Y eso que la defensa es lo mejor de esta plantilla. O eso nos dicen. Pues un error en un córner facilitaba las cosas para que Braum trajese de vuelta los nubarrones a NC.

Pero el Real Murcia sabía el camino y lo volvió a explotar. En otra acción a balón parado, única forma que encontraban los granas de llegar al área, Alberto González permitió a los suyos marcharse al descanso con ventaja en el marcador. Y eso que el esférico se negaba a entrar. Primero se estrelló en el larguero y luego fue rechazado por Jony en la primera intervención del meta del Marchamalo. Fue en ese instante cuando Alberto González decidió acabar de una vez con las bromas, poniendo un 2-1 que encarrilaría un triunfo que los murcianistas habían complicado por si solos.

Porque el Marchamalo no era rival para el Real Murcia. Porque el Marchamalo no te puede llevar a su terreno durante 45 minutos. Porque a la vuelta del vestuario los de Simón estaban en disposición de cerrar la jornada con una goleada. Puso el 3-1 Andrés Carrasco en su primer gol con la camiseta del Real Murcia y pudo estrenarse también Dani García, pero el atacante no aprovechó que Jony no estaba en la portería. Rafael le sacó el balón sin problemas.

Con el partido convertido en un festival de fallos defensivos, el siguiente error llegó en la defensa grana. Manos dentro del área y penalti que Josemi convertiría en el minuto 62 para volver a estrechar distancias. Con qué facilidad regalaba goles el Real Murcia.

Si Dani García había dejado escapar el cuarto en el 57, Fran García sería el siguiente e empeñarse en dejar el marcador demasiado abierto. Después de abrirse camino hasta el área, su disparo lo sacó Jony.

Ni con el marcador a favor fue capaz el Real Murcia de poner orden y hacerse con el control. La locura permitía a los granas llegar con más facilidad al área, pero también les debilitaba en defensa, y el Marchamalo no acababa de bajar los brazos.

Sabiendo que si pueden pasar cosas malas, al Murcia le pasan, hasta Mario Simón empezó a temblar, sacando en los instantes finales a Madrigal y Antonio López, acabando con cinco defensas más Armando sobre el campo.

Con el Marchamalo tirando de las pocas armas que tenía, el Real Murcia andaba desorganizado y escondido, aunque hasta así volvió a tener otra clara oportunidad que no aprovechó Juanfer.