El Real Murcia no levanta cabeza

Los granas no pasan del empate ante el Sanluqueño, volviendo a fallar en casa y alargando su mala racha a cuatro semanas, lo que les deja a cinco del liderato

Loren Burón controla el balón ante dos rivales en el Real Murcia-Sanluqueño

Loren Burón controla el balón ante dos rivales en el Real Murcia-Sanluqueño / Israel Sánchez

Ángela Moreno    

Se ha empeñado el Real Murcia en meterse en un lío. Se han empeñado los granas en bajarse de la pelea por el liderato. Se empeñan en dar vida a la lucha por el play off. Porque lo que era un bache va camino de convertirse en una crisis. Ahora mismo el Real Murcia vive su peor momento de la temporada, y parece que no son capaces de encontrar una salida. Si alguien pensaba en que se reaccionaría ante el Sanluqueño, se equivocó. Porque ante el Sanluqueño el Real Murcia no pasó del empate a cero, un empate a cero que pone de relieve los problemas de gol del equipo. Ante un rival que vino a salvar un punto, los de Fran Fernández alargaron durante muchos minutos su imagen gris y a eso se añadió que no aprovecharon las pocas que tuvieron, algunas de ellas muy claras.

Al final otro 0-0 decepcionante, que alarga a cuatro las semanas sin ganar, que confirma los problemas en Nueva Condomina y que deja al Real Murcia otra vez fuera de la pelea del liderato, un primer puesto ahora en manos del Antequera, que tiene cinco puntos más que los murcianos.

A los 25 segundos…

Llegó el Sanluqueño a sobrevivir como fuera en Nueva Condomina. A los cinco minutos ya andaban perdiendo tiempo los visitantes. A los diez todos sabíamos que iba a ser un encuentro muy largo. Sin embargo, el Real Murcia lo podía haber finiquitado pronto, muy pronto. Porque a los 25 segundos el Real Murcia podría haber derribado de un soplido todo el plan diseñado por Mario Fuentes. Pero cuando el Real Murcia tiene que mirar a puerta es de todo menos un equipo que aspira al ascenso. Da igual que presiones, que ganes batallas o que domines en el centro del campo. Y da igual porque lo importante es marcar y el Real Murcia no marca. Y eso penaliza mucho cuando en la primera parte apenas eres capaz de disparar dos veces a puerta.

Solo 25 segundos necesitó el Real Murcia para poder ejecutar al Sanluqueño. La presión hacía su efecto y Pedro León enseñaba su patita con un centro perfecto. El centro que hubiera abrazado cualquier delantero. Pero el balón no llegó a un delantero, el balón llegó a Loren Burón y Loren Burón, pese a estar solísimo, no remató ni entre los tres palos.

Sin gol, el Real Murcia reforzaba el guion del Sanluqueño, y el Sanluqueño, abrigadito atrás, hizo la vida imposible a los locales. Dominaban los granas, tiraban de presión, pero se ahogaban en los últimos metros. Como en esas parejas en las que no hay conexión, a los futbolistas del Real Murcia les cuesta entenderse en las inmediaciones del área. Nunca llegan las decisiones correctas, y sin decisiones correctas, lo que ganas en el centro del campo, lo pierdes unos metros más adelante.

Primera parte muy larga

Fue una primera parte larguísima, en la que nunca se sufrió, pero en la que siempre se estuvo lejos de un triunfo que cortara la mala racha. Porque cuando el Real Murcia volvió a conseguir encontrar la chispa para llegar al área, se repitió la historia. Sorprendía David Vicente por la derecha. Otro buen balón al área. Pero otra vez se falló en el remate. Esta vez fue Real el que andaba en las nubes de Valencia, golpeando inocentemente la pelota, que acabó mansa en las manos de Samu Pérez.

En el partido en el que el Real Murcia no encontraba la inspiración, el Real Murcia fallaba las dos únicas que tenía, y dos que no podían ser más claras.

Incluso al borde del descanso volvió a ocurrir, aunque esta vez no hubo ni remate. Porque de nuevo Juan Carlos Real no se enteró de la película que acababa de protagonizar un Loren Burón muy poco protagonista.

Con la afición tirando de paciencia, al Real Murcia no le quedaba otra que mejorar en la segunda parte. Necesitaban los granas mayor inspiración de futbolistas como Moha y Juan Carlos Real, también más presencia en el área, donde Pedro Benito aporta mucha movilidad, pero genera vacíos en la zona decisiva. Sin embargo, no hubo cambios tras el descanso. Mantenía su apuesta Fran Fernández, que había repetido once, con Mier como lateral izquierdo, con Boateng en el centro del campo, y Pedro Benito arriba.

Aparecen los espacios, siguen los fallos

Se reiniciaba el juego con un Sanluqueño más abierto, y los espacios le sientan bien al Real Murcia. Mientras que los visitantes ni habían mirado a los ojos de Gazzaniga, los granas seguían desperdiciando ocasiones. Esta vez fue Pedro Benito. Recibía un balón el gaditano que le dejaba prácticamente solo ante Samu Pérez. Pero a la hora de fusilar al meta visitante, le temblaron las piernas, perdiendo toda la ventaja y dejando al Real Murcia sin ese gol que tanto necesitaba.

Movía entonces el banquillo Fran Fernández. Sacaba del campo a Loren Burón y Boateng para dar entrada a Palmberg y Toral.

Con el Sanluqueño más abierto, se abría la opción de las contras. Pero el Real Murcia es de esos equipos que te pone el caramelo en la boca y luego te lo quita sin dejarte saborearlo. Porque hay jugadores rápidos y verticales, que ganan carreras, pero esos mismos jugadores son incapaces de tomar una buena decisión. Le sucedió a Toral y se repite con un Carlos Rojas que sigue sin entender que el fútbol es un deporte de equipo.

Llegaba el partido al minuto 80. Con cuatro cambios agotados -a Toral y Palmberg se habían sumado Cadorini y Rojas-, el Real Murcia seguía atascado en sus propias desconexiones ofensivas. No se entendían unos con otros, y sin entenderse todo se complica. Más cuando necesitas ganar sí o sí. Eran minutos de reproches en el campo. De por qué no me la has dado, de por qué se la das a la defensa, de que no salieran las cosas, como un pase atrás que no encontraba rematador.

Quería Rojas activar a sus compañeros. Era el más activo en esa fase final del partido, en la que a falta de cinco minutos, Fran Fernández apostaba por dos delanteros, con Carrillo y Cadorini.

No daba continuidad el Real Murcia a su juego, o directamente no confiaba en su juego, prefería andar sobre el alambre, esperando algún golpe de inspiración, pero la inspiración no llegaba y el Sanluqueño parecía tenerlo todo bajo control, queriendo el balón como método de defensa, buscando faltas, perdiendo tiempo…

Condenado

No había forma para el Real Murcia. Cada vez que llegaba al área se chocaba con cualquier cosa. La defensa visitante volvía a cruzarse en un remate de Rojas y Samu Pérez sacaba otra mano para evitar otra acción de peligro.

Parecía condenado el Real Murcia, una condena que acabó siendo realidad cuando el colegiado señaló el final y el 0-0 no se movió del marcador. Tercer empate consecutivo, cuarta jornada sin ganar, tercer pinchazo seguido en casa… Una sangría de puntos que impide a los granas mantenerse en la pelea por el liderato.