Los granas confirman su superioridad fuera de casa, ganando en un estadio donde nadie había ganado y alcanzando el deseado primer puesto gracias a la diferencia de goles
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Ian Forns celebra su gol
Cuando no haces los deberes en casa, lo puedes pagar caro. Estuvo cerca de comprobarlo el Real Murcia. De ser colíder tras el gol de Forns, a caer al cuarto puesto cuando el Mérida empataba el partido. Sin embargo, el Real Murcia fuera de casa es un equipo imparable. Lo volvió a demostrar este domingo. En un estadio en el que nadie había ganado, el Real Murcia ganó, y lo hizo peleando como si no hubiera un mañana. Dominó completamente la primera parte, en la que solo Juanpa evitó que se adelantara en el marcador; consiguió el premio tan buscado con un gol de Ian Forns en el 54; y cuando todo parecía que iba a acabar en tablas, porque Liberto levantó de la lona a los locales, el Real Murcia puso toda la carne en el asador para ganar el partido -Flakus de penalti puso el 1-2-. No solo eso, en el tiempo extra, el Real Murcia confirmó su superioridad como visitante. Marcó Kenneth el 1-3 y puso Palmberg el 1-4, dos goles que no valen puntos, pero que sí valen un liderato. Porque el Real Murcia, igualado a puntos con el Antequera, ya es líder.
Hace dos semanas en Marbella, Fran Fernández apostó por Flakus y le salió bien. Este domingo en Mérida, tras la enésima decepción en Nueva Condomina, el técnico grana le dio otra vuelta a su librillo. Por fin, como pedían los aficionados, el Real Murcia jugaba con dos delanteros. Pedro Benito, desplazado a la banda derecha, aparecía en un once al que volvía Alcaina. También debutaba Davo, el último fichaje invernal de los granas. Y, visto lo visto en el primer tiempo disputado en el Romano, a los murcianistas le sentaron bien los cambios. No se movió el marcador, gracias sobre todo a las paradas de Juanpa, pero se sintió el Real Murcia todo lo protagonista que no se siente en casa.
Un Real Murcia hambriento
Da igual las teclas que toque Fran Fernández, porque a domicilio cualquier combinación funciona. A domicilio el Real Murcia es un equipo hambriento, un equipo que no da por perdido un balón, un equipo que impone en el centro del campo y, sobre todo, un equipo que no desperdicia ni un minuto. Y ese Real Murcia, podrá marcar o no, pero satisface a sus aficionados.
No se movió el marcador al descanso. El 0-0 demostraba que había mucho en juego. Sin embargo, por ocasiones, el Real Murcia mereció mucho más. Porque, después de unos primeros minutos de estudio, el Real Murcia se hizo fuerte en la presión, sometiendo una y otra vez a un Mérida enredado, al que solo le quedaba tirar del pelotazo para no caer en la tela de araña de los murcianistas.
Isi Gómez y Pedro Benito barren para casa
Con Isi Gómez, la otra novedad en el once, demostrando que está de vuelta y con Pedro Benito barriendo cualquier balón que pasaba por su lado, el Real Murcia se sentía bien con la pelota en los pies. Y cuando el Real Murcia se siente bien, las ocasiones van llegando. Tuvo hasta dos Pedro Benito; también se probó Juan Carlos Real… Uno tras otro se fueron encontrando con un Juanpa que permitió a los de Guilló llegar con vida al descanso.
Porque mientras que el Real Murcia embotellaba a los locales, el Mérida apenas se asomó por la portería de Gazzaniga. Era imposible para los emeritenses pasar del centro del campo, donde Isi Gómez se hacía grande, pero donde las ayudas de Palmberg y de Pedro Benito hacían que el balón siempre acabara en el bando grana.
Solo hubo un pero en esa primera parte para el Real Murcia. La poca aportación de Alcaina dejaba al valenciano en una situación delicada, sobre todo después de dos suplencias. No le dio margen Fran Fernández. Al descanso ya no aparecía el delantero en el campo. Flakus ocupaba su lugar.
Y llegó el desado gol
No necesitó el Real Murcia arrinconar al Mérida tras el descanso. Se arrinconaron solos los locales. Y cuando intentaron salir, ya ni Juanpa les salvó. Fue en el minuto 54 cuando llegó el gol que tanto estaba mereciendo el Real Murcia. Robaba un balón Isi Gómez, que permitía a Flakus salir a la contra. Y cuando parecía que la jugada acabaría en nada, el esloveno supo darle una segunda vida. Se frenó, miró hacia atrás y encontró a Ian Forns en el borde del área, un Ian Forns que conseguiría el 0-1 que tanto valor tenía este domingo para el Real Murcia.
El gol del Real Murcia despertó al Mérida. Si hasta ese momento Gazzaniga había sido un mero espectador, en los minutos siguientes, los granas tuvieron que hacerse fuertes en defensa. Tanto que hasta Flakus salvó una acción de Liberto que iba directa a la red.
No tenía ni mucho menos hecho el trabajo el Real Murcia. Tocaría remar mucho para sacar los tres puntos en el Romano. Y Fran Fernández intentó refrescar las piernas de los suyos. Boateng entraba por Isi Gomez, y posteriormente eran Loren Burón y Kenneth -salían Pedro Benito y Davo- los que ocupaban las bandas.
Liberto vende cara la derrota
No iba a ser fácil y se demostró en el 69. En una acción por la banda de Mier, el Mérida destrozó a los granas con un centro que remataba un Liberto que entró al área como un ciclón, sin encontrar ninguna oposición. Poco había durado la alegría para los granas, que volvían a ver cómo llegar al liderato parece una misión imposible.
Cuando la duda estaba en si conformarse o ir a por la victoria, el Real Murcia sacó oro del contragolpe. Y eso que Loren Burón no andaba bien en la toma de decisiones. Pero en el segundo intento del de Puente Genil, cuando se equivocó al ceder a Flakus en vez de mirar a puerta, la pelea de Ian Forns por conseguir el rebote acabó con un penalti que acabaría dando la victoria al Real Murcia.
Un arreón que vale oro
Porque a Flakus no le temblaron las piernas ante Juanpa. El esloveno se está convirtiendo en una mina de oro para un ataque sin gol. Si ya se estrenaba en Marbella, este domingo sumaba su segundo tanto, un tanto que vale tres puntos, pero que no servía para alcanzar el liderato.
No sirvió el gol de Flakus para superar al Antequera, pero sí valían el primer puesto los tantos de Kenneth Soler y Palmberg, dos goles que llegaron en el tiempo extra, dos goles que confirman que el Real Murcia fuera de casa es de otro planeta.