Tras años de duro trabajo, los mayores se han ganado un merecido descanso

Imagen de archivo – casa en la playa
Con un número cada vez mayor de personas acercándose a la jubilación y unas pensiones más elevadas que en décadas anteriores, llega el momento de que como sociedad nos hagamos una pregunta clave y es el responder a cómo queremos que sea nuestra vejez. Después de tantos años de trabajo, cotizaciones y sacrificios muchos sienten que por fin ha llegado el turno de disfrutar. Para algunos eso significa viajar a lugares lejanos y exóticos, otros simplemente quieren pasar más tiempo con sus nietos. Pero hay un grupo cada vez más numeroso que tiene claro su objetivo: retirarse en un sitio tranquilo, soleado, cerca del mar y con algún que otro lujo cotidiano que no pudieron permitirse antes.
Y en ese sentido la Región de Murcia se ha convertido en una joya que cada vez atrae a más gente. El clima benigno todo el año, la tranquilidad de sus pueblos costeros y, sobre todo, unos precios que siguen siendo sorprendentemente bajos, han puesto a Murcia en el mapa como uno de los destinos predilectos para jubilados no solo españoles, sino también europeos. Es ya un lugar común eñ pasear por las playas de Los Alcázares, en la costa del Mar Menor, y escuchar más sueco, inglés o alemán que castellano. Vienen buscando sol, mar, y una vida sencilla pero plena.
Un vistazo rápido al portal inmobiliario Idealista revela por qué: las opciones que hay por menos de 80.000 euros resultan casi impensables en otras partes del país o del continente. En zonas como Los Narejos–Punta Calera, en el mismo municipio de Los Alcázares, aparecen ofertas que encajan perfectamente con lo que un jubilado puede necesitar.
Por ejemplo, por 73.000 euros, uno puede hacerse con una casa en planta baja con espacios exteriores amplios, como porche, patio trasero y hasta un solárium. Otras viviendas como un chalet pareado en la urbanización Oasis de 39 m², están anunciadas por 50.000 euros. No se trata de propiedades en mal estado ni mucho menos: muchas vienen con aire acondicionado, cocinas equipadas, armarios empotrados y ubicación privilegiada cerca de todos los servicios.
En otros casos por 62.000 euros, se puede comprar un bungalow construido en los 90, con terraza, cocina abierta y una distribución que no necesita más que entrar a vivir. Incluso hay opciones con licencia turística activa por 80.000 euros, a tan solo diez minutos caminando de la playa.
Y si alguien cree que por ese precio solo encontrará estudios diminutos, se equivoca. Hay una planta baja con tres habitaciones y 90 m² en calle German Arias que se vende por 80.000 euros también.