Los grana pierden por 4-2 y se dejan el liderato en el Alfonso Murube. Joao Pedro y Pedro León, goleadores.
GREGORIO LEÓN
El Murcia ha sido infiel a sí mismo. Una de las grandes fortalezas era su alta fiabilidad defensiva. Pero todo saltó por los aires en el Alfonso Murube. Agujereado, desnudado en cada transición, el equipo grana se enfrentó a fantasmas inesperados. No fue la cicuta de Dani Aquino o la de Rodri Ríos la que lo mató. Ni siquiera el oportunismo de Andy Escudero. Fue el Murcia el que se suicidó. Una cura de humildad. Y una lección que entra en su mochila: si deja la puerta abierta, cualquiera le puede saquear. Y este domingo lo hizo el Ceuta. El equipo grana se deja un jirón de prestigio en su viaje. Y también el liderato. El filial del Betis remontó Can Misses y hace cumbre. Nadie marca diferencias en la categoría. Ni siquiera el Murcia.
El Murcia fue punzante en los primeros minutos. En el amanecer del partido, Pedro Benito debió embocar el 0-1, después de un centro cargado de miel de Antonio Toral. Pero fue el Ceuta el que modificó el resultado inicial con un remate, solo de Aisar. A la defensa grana se le empezaban a ver las costuras. Y las grietas crecieron, porque aunque empató Joao Pedro en un gol de fe, el cuadro africano tramó transiciones letales, sin encontrar la respuesta adecuada de los grana, replegando con lentitud, con pocos efectivos. En un pispás el 3-1 quedaba dibujado en el marcador. Los agujeros eran grandes.
La reanudación trajo complicaciones nuevas. Andy Escudero anotó su tercero, el cuarto del Ceuta. Fran Fernández alteró el once, metiendo más cuchillos. Cadorini, Pedro León, Ben Knight… Y los dos últimos fabricaron el 4-2 que hacía germinar la esperanza. El muleño, en el lugar preciso, daba vida. El Murcia murió en el área africana. Pero la tarea se hizo imposible.