El equipo grana gana con un gol de Yriarte al Intercity (0-1) y le sigue discutiendo la primera plaza al Ceuta, que le saca cuarto puntos.
GREGORIO LEÓN
Masticó cristales el Murcia en el Rico Pérez. Durante muchos minutos habitó las sombras del infierno, vivió en las tinieblas. Pero los grandes equipos son capaces de sobrevivir en los peores días. Y el de Alicante fue feo, pero le reporta a los grana vida aún para el ascenso directo, que ha encarecido extraordinariamente la marcha del Ceuta. Quedan tres jornadas, y el Murcia ha alzado la voz: va a luchar hasta el final, sin posibilidad de rendición.
No tuvo el gobierno del partido el Murcia en la primera parte. Aunque virtualmente descendido, el Intercity, tirando de amor propio, se apropió de la pelota y la fue dirigiendo hacia la portería de Gazzaniga, que con una parada prodigiosa le negó el gol a Keyner. Borja Martínez, punzante, incidía por su costado. Y el Murcia no ofrecía más respuesta que un remate de Flakus. Pero el protagonismo ofensivo era del enemigo.
Quiso el Murcia tener más control. Y mejores recursos. Por eso colocó Fran Fernández en el césped a Yriarte ante un Moha descentrado, y a Loren para mejorar las prestaciones de Davo. Y los cambios operaron el efecto deseado. Pedro León, también rotación ordenada por el entrenador, lanzó un córner desde la derecha. Y elevándose con autoridad entre los centrales rivales apareció Jorge Yriarte para conectar un cabezazo que volvió locos a los mil quinientos aficionados murcianistas ubicados en las gradas del Rico Pérez.
Todavía quedaba algún sobresalto para los grana ante los últimos embates del Intercity. Gazzaniga salvó un remate de Borja Martínez. Y Álvaro Pérez lanzó la madera al larguero. Y así, agonizando, acabó el Murcia atrapando la victoria, que se niega a regalarle el ascenso directo al Ceuta.