El juez deja en libertad a Carles Puigdemont

El líder nacionalista, que ha pasado la noche en la comisaría del aeropuerto de Alguer, en Cerdeña, deberá quedarse en la isla hasta que los jueces resuelvan la euroorden

CRISTIAN REINO | DARÍO MENORBarcelona

Carles Puigdemont ha quedado en libertad por orden del Tribunal de Apelación de Sassari (Cerdeña). El expresidente de la Generalitat fue detenido ayer en Cerdeña a punto de cumplirse cuatro años desde su fuga, pero este viernes la justicia del país transalpino ha tomado la decisión de dejarle en libertad, aunque le obliga a quedarse en la isla hasta que los jueces resuelvan la euroorden, según ha confirmado Josep LLuís Alay, jefe de la oficina de Puigdemont.

Puigdemont fue arrestado por policías italianos en el aeropuerto del Alguer, en cuya comisaría ha pasado a noche, a la espera de pasar mañana a disposición judicial de los jueces de la Corte de Apelación de Sasser (Cerdeña), «que es competente para decidir sobre su puesta en libertad o su posible extradición». El dirigente nacionalista había viajado a la isla italiana para reunirse con líderes secesionistas sardos. Puigdemont fue apresado por dos policías de paisano. La detención se produjo como consecuencia de la orden de búsqueda y captura emitida por el Tribunal Supremo. Su abogado, Gonzalo Boye, confirmó el arresto. «Esta detención es en función de la euroorden del 14 de octubre de 2019», dijo el letrado, que este viernes ha incidido en que su cliente será liberado en los próximos días porque la orden de detención por la que fue interceptado no es «ejecutable».

Puigdemont tenía previsto reunirse con el presidente de la región autónoma de Cerdeña y con el síndic del Alguer. Junto a él se esperaba que en este encuentro internacional de la asociación cultural catalana Adifolk en Alguer, una ciudad donde se habla catalán por su antigua pertenencia a la Corona de Aragón, participara la presidenta del Parlamento de Cataluña, Laura Borrás, la consellera catalana de Acción Exterior y Gobierno Abierto, Victòria Alsina, así como otras autoridades catalanas y sardas. Organizado con motivo de las fiestas de Sant Miquel, el patrón de la ciudad, el festival tiene en su programa distintas representaciones de la cultura popular catalana, como los típicos bailes de la sardana. Los organizadores lo presentaron como una «ocasión para consolidar aún más las relaciones con Cataluña».