El atestado definitivo de la Policía concluye que el automovilista, en el momento del choque, debía de triplicar la tasa máxima de alcohol
La principal hipótesis ha acabado imponiéndose. El conductor acusado de mandar a la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) de La Arrixaca a los adolescentes Iván, de 17 años, y Sonia, de 16, tras presuntamente arrollarlos en Murcia a finales de agosto invadió el carril por el que estos circulaban de regreso a casa. Esa es la conclusión que la Policía Local de Murcia ha plasmado en el atestado ampliatorio sobre este siniestro, al que LA VERDAD ha tenido acceso.
En sus declaraciones ante el juez, Álex G. B., que se encuentra en libertad provisional, no ofreció demasiados detalles sobre cómo se produjo la colisión y, en ningún momento, asumió que hubiese cruzado al otro carril. «El sitio es muy oscuro y hay muchas curvas», sostuvo este boliviano de 48 años. «De pronto, sentí un golpe en el cristal frontal izquierdo». Las pruebas recabadas por el grupo de atestados de la Policía Local de Murcia han acabado, sin embargo, imponiendo la invasión del carril contrario como la principal causa del siniestro, que aún mantiene hospitalizado a Iván, uno de los jóvenes.
La principal causa del siniestro
En el momento del accidente, Iván y Sonia circulaban por la avenida de La Ñora desde el Rincón de Beniscornia a Murcia, mientras que Álex G. B. iba con una Peugeot Partner desde Murcia hacia La Ñora. Era cerca de la 1.30 horas de la madrugada del pasado 25 de agosto. La Policía Local concluye de forma contundente en su informe que el conductor de la furgoneta invadió el carril por el que circulaban los adolescentes, llevándoselos por delante.
A esa conclusión, explica el atestado ampliatorio, llegan los investigadores en base a la primera inspección ocular realizada en el lugar del siniestro, en la que ya se pudo apreciar que todos los restos tras el impacto se encontraban en el carril por el que circulaba el patinete. Los agentes llegaron a identificar el punto exacto donde se produjo la colisión y este se encontraba a 1,70 metros de la línea de centro de la calzada que divide ambos carriles.
Los agentes tuvieron en cuenta, entre otros factores, que todos los restos del accidente se hallaron en ese carril
Debido al choque, explica el informe policial, los dos jóvenes impactaron contra la parte izquierda del parabrisas delantero de la furgoneta, quedando claramente marcados en el cristal los golpes de las cabezas de la pareja. Fruto de este fuerte impacto, fueron proyectados hacia el frente de la furgoneta hasta que quedaron tendidos junto a la calzada.
El accidente, explica la Policía, dejó numerosas huellas en ambos vehículos que han sido analizadas en este tiempo. Es el caso de la marca que la maneta de freno del VMP causó en el capó de la furgoneta del sospechoso. La marca de la rueda delantera izquierda en la base del patinete, argumentan los policías, demuestra que ese neumático, en algún momento, pasó por encima del VMP. Además, se localizó parte de la pintura azul que el patinete tenía en el mástil, donde figura la marca Bongo, en el paragolpes delantero del furgón.
La fórmula de Widmark
La Policía Local no se limita en su escrito a aclarar las circunstancias en que se produjo el doble atropello. Los investigadores también han conseguido estimar que, en el momento del accidente, la tasa de alcohol del conductor –que se dio a la fuga– se encontraría entre 0,67 y 1,10 miligramos de alcohol por litro de aire espirado. La tasa máxima de alcohol permitida al volante se encuentra actualmente en los 0,25 miligramos de alcohol por litro de aire espirado, por lo que, durante la colisión, el sospechoso presuntamente triplicaba o cuadruplicaba ese límite legal.
Para alcanzar esa ratio, la Policía Local ha desplegado la denominada fórmula de Widmark, que se utiliza para la estimación retrospectiva de la tasa de alcoholemia. El autor del atestado explica que, tras beber, transcurridos entre 30 minutos y tres horas, el alcohol pasa al torrente sanguíneo y se distribuye por todo el organismo. Lo hace en las fases de absorción, equilibrio y eliminación y la forma en que esos procesos tienen lugar puede variar mucho en función de múltiples factores, como el sexo, la edad o la ingesta de alimentos. Existen estudios, no obstante, que fijan como promedio una eliminación de 0,15 gramos por litro de sangre a la hora. Con esos cálculos, la Policía fija en esa horquilla la tasa de alcohol que debía llevar el conductor cuando atropelló a los dos adolescentes.
A Álex G. B. ya se le había retirado el carné en una ocasión tras provocar otro siniestro en 2017 cuando circulaba ebrio. Estuvo dos años privado del derecho a conducir, que recuperó en la primavera de 2020. Tras declarar ante el juzgado de Instrucción número 4 de Murcia, el acusado se encuentra en libertad con cargos por presuntos delitos de omisión del deber de socorro y lesiones por imprudencia. El magistrado le exigió que entregue el pasaporte, le impidió salir del país y le obligó a comparecer cada quince días en los tribunales. El juez tuvo en cuenta que, a su entender, no existe un riesgo de fuga ni de que el acusado entorpezca la instrucción.
Sonia recibe el alta e Iván sigue hospitalizado
Desde la fatídica madrugada del 25 de agosto, Sonia e Iván no han dejado de luchar. Estos dos adolescentes, de 16 y 17 años respectivamente, ingresaron en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) de La Arrixaca con numerosas lesiones causadas por el atropello. La menor, según confirmaron fuentes cercanas al caso, ha conseguido recientemente el alta médica y ya se recupera en casa de los estragos del siniestro. Iván sigue hospitalizado.
Los familiares de los dos adolescentes defendieron desde el principio que se había producido esa invasión del carril. Representados por los abogados Verónica Ene y Sergio Marco, reclaman que el presunto responsable del accidente ingrese en prisión provisional.