Los rojiblancos lograron una victoria de oro en La Cerámica gracias al tanto de Saúl Ñíguez en los últimos instantes del partido
Iván Martín, baja ante el Atlético
Saúl Ñíguez vuelve a sonreír y con él un Atlético de Madrid que vuelve a posiciones Champions. En un partido que podía caer para cualquier lado, con un buen Villarreal con balón y un gran Atlético a la contra, el fútbol le dio al centrocampista lo que le había negado durante meses: la felicidad. Saúl acabó siendo el héroe del partido.
Se las prometía muy felices el Atlético en el primer tiempo, sobre todo en el inicio. Simeone sorprendió con Samu Lino junto a Pablo Barrios y Koke, y fue precisamente el brasileño el que tuvo la primera clara de los rojiblancos, con un pase extraordinario de Griezmann. Solo Jorgensen, con un pie soberbio, salvaba el primero. Nada pudo hacer con el segundo. En un córner botado por Riquelme, Witsel iba a poner la cabeza para abrir la lata.
El Atlético iba imponiendo su ley con suficiencia, ayudado por las pérdidas de un Villarreal tremendamente mal puesto en defensa. Los rojiblancos pudieron hacer un auténtico destrozo en el primer cuarto de hora. Solo Jorgensen parecía comparecer. Sin embargo, la cosa cambió cuando los de Marcelino se asentaron y Gerard Moreno empezó a aparecer.
Seguía teniendo sus ocasiones el cuadro rojiblanco a la contra, sobre todo con un par de acciones de Roro Riquelme, pero el balón ya para los ‘groguets’, que incluso empezaron a acechar la meta de Oblak. El remate de Gerard a la salida de un córner antes del descanso iba a ser un mal presagio.
Sorloth hacía el empate
Y es que, en la reanudación, Sorloth cazó un balón en el borde del área y lo llevó a guardar. El Villarreal estaba crecido, con lo que a Simeone le tocó mover el banquillo. Movió piezas, hizo entrar a Morata y el partido se abrió y de qué manera. Los ‘groguets’ podían hacer daño con balón, y el Atlético lo hacía casi sin hacer nada. Valga la redundancia.
Morata, en dos ocasiones, tuvo el 1-2 en sus botas. Pero el fútbol le debía una a Saúl. El centrocampista aprovechó una gran combinación entre Correa y Azpilucueta, para, con un toque sutil, volver a adelantar al Atlético cuando el empate parecía insalvable. Aún pudo hacer el 1-1 Traoré con un centro-chut que tenía muy mala baba.